Tenía que ocurrir lo imposible para que Jonathan Rea no fuera campeón en Jerez. Superbikes ha sido suya este año. Le bastaban seis puntos para agarrar el título. Desde que arrancó el mundial en Phillip Island ha ido paseándose premio tras premio para convertirse en el referente que es hoy. El idilio con la Kawasaki fue patente desde el primer día, con ella ha comenzado ya a hacer historia.

El cuarto puesto conseguido en el trazado español, primera vez que se baja del podio en toda la temporada, le ha proclamado decimoséptimo campeón mundial de Superbikes. Con el sueño cumplido, confiesa que la esperanza siempre estuvo ahí: "Siempre he creído que éramos capaces de ganar un campeonato del mundo". Una creencia que ahora podría parecer fácil, pero que ha sido mantenida en una trayectoria de momentos duros que hacen que ahora el mérito sea aún mayor. Poder pilotar sin ataduras, dando lo mejor de ti, es lo más valioso: "Lo más especial, de verdad, no es sólo el momento en el que estamos ahora. Fue unirme a Kawasaki, a un equipo que ha tenido tanto éxito las últimas temporadas, compartiendo boxes con uno de los pilotos más fuertes del mundo de Superbikes".

Foto: Kawasaki Racing

"La Ninja ZX-10R es, sino el mejor, uno de los mejores paquetes hay ahora en la parrilla"

Su actuación este 2015 es una declaración de esfuerzo y equipo, porque los números que lo han consagrado este año sólo podrían conseguirse con apoyo: "Es un testimonio del trabajo duro ya no sólo de Pere Riba, mi jefe de equipo, o Paolo Marchetti, mi pilar en la electrónica, sino también de todos los mecánicos que se esfuerzan siempre para que tengamos la mejor puesta a punto. Es una prueba de que la Ninja ZX-10R es, sino el mejor, uno de los mejores paquetes que hay ahora en la parrilla".

Su pilotaje también se lo debe a ese trabajo de equipo. Esa dulzura que transmite su moto, siempre pilotando suave, esconde un trasfondo electrónico y mecánico que no puede más que agradecer. Reluce también la ansiedad de la meta. Cualquiera que se ha hecho con un título mundial conoce la sensación de no ver la hora de cerrarlo, pese a tenerlo cerca. Rea puede decir que ya lo ha hecho, aunque le haya tocado vivir momentos duros: "Lo bueno de esto es que desde que era un niño con un sueño, nunca me di por vencido. Seguí creyendo en mí mismo".

Ni las lesiones pasadas ni las horas de post recuperación pudieron con sus ganas. Esta temporada perfecta, culminada con el título, cura todas las heridas: "Una temporada como esta sin duda compensa los tiempos difíciles que en realidad nadie ve". Son las humildes palabras de Jonathan Rea, historia ya de las dos ruedas.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Esperanza Murcia
Amante del Motociclismo. Contándote el arte de las dos ruedas en Vavel.