Tom Sykes acabó hoy con su peor pesadilla. Con una losa tremenda de la que debía desembarazarse pronto si quiere volver a ser campeón del mundo. Sí, hoy pudo con Jonathan Rea en el cuerpo a cuerpo luchando por la victoria. Algo que no había conseguido desde que comparten equipo en Kawasaki. Hoy Sykes sacó a relucir su raza de campeón que le hace situarse con esta, su 27ª victoria, entre los mejores pilotos de la historia del campeonato.
Tras el fiasco de Phillip Island, circuito en el que las gomas le volvieron a jugar una mala pasada, muchas críticas llovieron sobre el rendimiento de Sykes. En la primera manga mejoró, pero fue insuficiente para batir a Rea. En la carrera del domingo, pese a sufrir hasta la extenuación, al final se quitó el gran peso que llevaba a cuestas. "Es la primera victoria del año y realmente he tenido que pelear muchísimo para conseguirlo", afirmaba un exhausto Sykes al acabar la prueba.
Hacía ocho carreras que Sykes no conseguía ganar una manga. En ese periodo, Rea se llevó cinco, y Davies, Haslam y Torres completaron el palmarés. Ahora, pese al extraordinario nivel de Rea, Sykes parece dispuesto a aceptar el desafío: "Estoy contento porque Rea está en un nivel increíble, especialmente en este circuito. Es un trazado en el que sufrí el año pasado y he conseguido dar un paso adelante importante, así que hay agradecer el trabajo de todo el equipo", comenta el que fuera campeón del mundo en 2013.
Al contrario que en tantas ocasiones, Sykes no se vino abajo con la degradación de las gomas: "Fue una gran carrera, una dura batalla. Lo hace más meritorio el hecho que desde la sexta vuelta iba sufriendo con los neumáticos, que hacían que mi paso por curva fuese algo más lento de lo que yo pretendía", asegura el británico, que añade que a través de las pantallas veía "cómo Rea y Davies se acercaban" y eso hizo que "repensase en cómo gestionar la prueba". Finalmente, victoria para Sykes, que se sitúa segundo en el Mundial, a 29 puntos del liderato de Rea.