En pleno parón veraniego y con una oleada de fichajes y rumores referentes a la próxima temporada, aún hay un Mundial por disputarse en la parrilla de Superbikes. Aunque todos los pronósticos apuntan a que Jonathan Rea conseguirá revalidar su corona, Tom Sykes no está dispuesto a ponérselo nada fácil. La buena dinámica del piloto inglés en las últimas carreras he encendido la batalla por el campeonato, con cuatro pruebas -ocho mangas- por disputarse entre los meses de septiembre y octubre.

La temporada de Tom Sykes está siguiendo una línea ascendente en todo momento. Partía como el gran rival de Rea, dada la superioridad de su equipo, Kawasaki, durante la pretemporada. Sin embargo, las primeras pruebas de la temporada le relegaron a un segundo plano, accediendo otro británico, Chaz Davies, al papel de opositor al título y gran rival del vigente campeón. El mal arranque de Sykes -fuera del podio en Australia y caída en Holanda- le complicaba, ya de salida, su tarea de reconquistar un Mundial que no gana desde 2013.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Durante esos meses de sinsabores, el futuro de Sykes llegó a estar en el aire. Él siempre fue el plan A de su equipo, al que pertenece desde 2011 y con el que ha ganado un Mundial y más de una treintena de carreras, pero Tom no estaba cómodo, y sigue sin estarlo, con su situación en la escudería. El protagonismo que le ha robado Rea en los último 18 meses no gusta a un campeón como él y estuvo, según muchos rumores, muy cerca de abandonar la nave a final de esta presente temporada, con un presumible destino relacionado con Ducati.

Imola, el punto de inflexión

Finalmente, Sykes optó por renovar con Kawasaki y a partir de ahí vino su resurgir en la clasificación general del Mundial. Tras el fin de semana de carreras en Imola, a principios de mayo, el campeón de 2013 estaba a 67 puntos del liderato y, además, tenía lejos también al por entonces segundo del campeonato, Davies, que venía de ganar las dos mangas en territorio italiano. Esa ronda fue un punto de inflexión en Sykes, que a partir de ahí, en las cuatro siguientes rondas (Malasia, Gran Bretaña, San Marino y Estados Unidos) ha sido el piloto que ha conseguido más victorias, 'poles' y puntos de toda la parrilla. Un halo de esperanza de cara al Mundial.

En estas cuatro citas -ocho mangas en total-, el de Kawasaki sólo se ha bajado del cajón en la carrera en mojado en Sepang, donde sólo pudo ser octavo. Por lo demás, acumula cuatro victorias y tres segundos puestos que le han llevado a recortar, en este periodo de tiempo, 21 puntos con respecto a Rea. Suficiente para bajar de esa barrera psicológica de los 50 puntos que supone un Gran Premio. Tras su triunfo en la segunda manga de Laguna Seca, unido al abandono por avería mecánica del líder del Mundial, Sykes volvió a creer en el título.

Un calendario favorable

Con el calendario en la mano, las citas que quedan por disputarse podrían alimentar el sueño de remontada de Sykes. Es cierto que Lautsitzring es un territorio desconocido para todos y en ese caso probablemente el 'camaleón' Rea sea el que mejor se adapte a la novedad, pero Magny-Cours y Jerez son feudos históricos del piloto de Huddersfield. En el trazado andaluz ganó el Mundial en 2013, además de triunfar en una de las mangas el año pasado, mientras que en Francia ha ganado casi siempre que no se ha corrido bajo la lluvia.

Foto: crash.net

El principal problema para Tom es que está demasiado solo en la lucha por el Mundial. La ventaja de Rea (46 puntos) le permitirá jugar con ella en las ocho mangas restantes. El norirlandés sabe que siendo segundo en todas es campeón, con lo que Sykes necesitará ayuda externa para ganar el título. Contando con que los errores de Rea apenas se producen, las Ducati de Davies o Giugliano pueden jugar un papel fundamental. O quizás la Honda, en trazados revirados e¡como el de Jerez. Sykes lo tiene difícil, pero no imposible. El '66' quiere, al menos, llegar vivo a la última cita. Llegar vivo a Qatar el próximo 30 de octubre.