Que Chaz Davies tiene un talento equiparable al de Jonathan Rea y el de Tom Sykes, los dos hombres que se disputan la corona de Superbikes en el tramo final del año, es algo que nadie pone en duda. Como el hecho de que Ducati sigue dando pasos agigantados para tratar de acercarse, en términos de rendimiento, a la fiabilidad, velocidad y solidez de las casi invencibles Kawasaki. Sin embargo, algo le sigue faltando al espectacular Davies para ser campeón, para alcanzar el sueño que persigue desde hace cinco años.

Desde que llegara a la categoría en 2012, con el título de Supersport del año anterior bajo e brazo, Davies ha ido progresando campaña a campaña, aunque siempre con la etiqueta de piloto irregular. De piloto que tiene sus dos o tres circuitos predilectos en los que, si tiene la moto como él quiere, es imbatible, pero que sufre en cualquier tipo de situación que no controla al 100%. Un tópico del que, pese a ganar muchas carreras y ser subcampeón la pasada temporada, aún no se ha despegado.

Pese a que el título ya está prácticamente imposible para él -le separan 81 puntos de Rea con apenas 100 en juego-, y pese a que también es muy complicado que pueda reeditar el subcampeonato conseguido el pasado curso, Davies está realizando, números en mano, la mejor temporada de su carrera deportiva. Lleva ya siete victorias, por las cinco de 2015 y es bastante probable que supere en puntos su registro del año pasado. Para ello debería conseguir 71 puntos entre las dos mangas de Jerez y Qatar.

Sin embargo, de lo que debe estar lamentándose Davies, viendo el ligero bajón de rendimiento de Rea este año, es de haber tenido un pequeño bache en las carreras de verano, en las que estuvo sin conseguir una sola victoria desde mayo hasta septiembre, algo que le ha lastrado, y mucho, en sus aspiraciones de ser campeón esta temporada. Tres caídas en apenas mes y medio (Donington Park, Misano y Laguna Seca) le terminaron de apartar de una batalla exclusiva entre Rea y Sykes.

Es cierto que desde 2015 Davies es un piloto mucho más constante y que es rápido en cualquier tipo de trazado, pero en lo que se refiere a las victorias, sigue siendo un hombre de rachas. Sólo hay que observar su línea trayectoria este año: de sus siete victorias, seis de ellas han venido en forma de doblete, en Aragón, Imola y el reciente logrado en Magny-Cours. Probablemente, si no hubiese llovido en la segunda manga de Alemania, tendría su cuarto doblete.

Las dos últimas citas de 2016 son una especie de 'pretemporada' para Davies de cara a 2017, año en el que debería, sin duda, pelear por el campeonato hasta el final, algo que no ha podido hacer nunca en su carrera. Tiene un equipo 100% volcado en él -la salida de Giugliano muestra que Ducati gira en torno a Davies- y, pese a que la escudería sufrirá recortes de presupuesto por la llegada de Lorenzo al equipo de MotoGP, siguen teniendo un mayor poder económico que Kawasaki para evolucionar. Y es que parece que, con todos los astros alineados, sólo la regularidad, la asignatura pendiente de Davies, separa al galés de su primer título de Superbikes.