La última carrera, la última sensación. Acabar dando lo mejor de sí, estar al nivel, marcharse con la conciencia tranquila y, si se puede, intentando ser el mejor. Es lo que piensa cualquier piloto en la última cita del calendario. Algunos, claro, tenían más encima. Es el caso de Davies y Sykes. Una pelea por el subcampeonato. A una sola carrera.
Ésta comenzó con Rea a la cabeza, desde la pole, demostrando que ahí estaba el campeón. Aunque le duró poco. Pronto le encontró Davies, sufriendo Rea, además, una salida de pista que le costó diez posiciones. Sykes, pues, hizo lo propio, colocándose segundo a la estela de Davies. Y tan estela, pues el de Ducati voló sacándose segundos de la manga. En la contra se encontraba Rea, probando el lado amargo, remontando posiciones para incorporarse a la cabeza, pues tenía el ritmo de ella.
Y, de repente, como si hubieran escuchado sus plegarias, se le abrió el cielo al de Kawasaki. Bandera roja por una rotura de motor de Saeed Al Sulaiti, una oportunidad para reengancharse a la última batalla. Así, en la primera vuelta de la nueva carrera, a diez giros, ya remontó dos puestos, colocándose séptimo. A partir de ahí fue subiendo. En el siguiente, ya rodaba tercero.
Así quedó la cosa: Davies, Sykes y Rea. La santa trinidad de Superbikes. Los dos primeros jugándose el subcampeonato con un tercero en discordia. No daba su brazo a torcer el campeón, por mucho que él lo tuviera ya todo hecho, título en mano. En la vuelta seis pasó a Sykes, buscando terminar el campeonato con victoria, como quisiera cualquier campeón.
El guión era ese, tres vueltas entre Davies y Rea. Un mano a mano de altura. Dos pilotos crecidos y sólo un posible ganador. Hizo todo lo que pudo Rea, peleó duro, más al límite que de costumbre…Y ganó Davies. Así fue. Y no fue Rea segundo. Porque comenzó a frenar su moto al final, un acto de galantería para que el subcampeonato fuera para la casa, a Kawasaki, pues su compañero de equipo, Sykes, necesitaba acabar por delante para que Davies no le adelantara en la general. Y eso pasó.
Ganó Davies la carrera pero no pudo aún así ser el segundo del campeonato. Le queda la honra, eso sí, logrando su undécima victoria por las nueve de Rea. Son número a tener en cuenta, una esperanza que le avive por dentro, que si el final de temporada hubiera sido igual que el principio las cosas, quizás, no hubieran acabado de esa manera. Así, aún con todo, ha demostrado que ha sido el mejor piloto de final de año. Que no es poco.
Con Sykes segundo y Rea tercero, el cuarto puesto fue para Guintoli. Por detrás Haslam, Torres y Hayden. A destacar la actuación del español, un sexto puesto a la altura de lo que se esperaba de él, pues en ese circuito siempre rodó bien, logrando allí el año pasado su primera victoria. Por último, Forés, De Rosa y Lowes, cerrando el último top ten de la temporada. Una temporada que, otro año más, ha regalado un motociclismo de altura.