Jonathan Rea ha vuelto a ser el gran protagonista de la actividad del Mundial de Superbikes durante el año 2016. Segundo año a lomos de la Kawasaki, mejor moto de la actual parrilla, y segundo Mundial para un piloto que sufrió durante años la incapacidad de Honda de hacer una moto competitiva para pelear por el título. A diferencia de 2015, esta vez sí se encontró con una versión luchadora de Tom Sykes y con un Chaz Davies más rápido que nunca, pero nada fue suficiente contra Rea. Una vez más fue el mejor.

El norirlandés se presentaba en el nuevo año como el principal favorito a ganar de nuevo el título. Había arrasado el curso anterior, en un año de récords sin precedentes que habían marcado el probable inicio de 'la era Rea'. Con el '1' en el carenado, el británico se hizo fuerte en pretemporada, mostrando que muy rápido habría que ir para dejarle atrás. Y sí, los rivales volvían a ser los mismos. Concretamente, dos: Tom Sykes y Chaz Davies.

Comienzo de temporada fulgurante

La batalla comenzó, como cada año, en el traicionero asfalto de Phillip Island. Y fue allí donde Jonathan Rea empezó a fraguar su éxito en 2016. Pese a que la pole se la llevó Sykes, Rea se hizo con las dos victorias y, unido al mal rendimiento de Tom con los neumáticos en ambas mangas y la caída de Davies en la cita dominical, dejó al vigente campeón con una ventaja superior a los 25 puntos con sus dos principales rivales tras las dos primeras mangas de la temporada.

Y su dominio se trasladó a Tailandia, donde logró su tercera victoria del curso en tres respectivas carreras. Parecía que su ritmo era superior incluso al del año pasado, pero sus rivales reaccionaron. En un duelo épico hasta el final, Sykes le frenó en la segunda carrera de Tailandia, y Chaz Davies se mostró intratable en el tercer GP del año, en su talismán Motorland Aragón, donde selló el doblete y avisó a Rea de que no sólo tendría rival al otro lado del garaje.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Sin embargo, el GP de Holanda, en Assen, volvió a disparar a Rea en su carrera hacia el título. Como siempre, el trazado neerlandés fue propicio para Jonathan, que se llevó las dos mangas y metió una distancia de más de dos carreras con sus dos rivales por la corona. En ese momento, parecía que la marcha de Rea hacia la consecución del título era imparable y muchos hacían cuentas de cuándo sería campeón. Pero justo allí comenzaría una racha de varias carreras sin ganar para el norirlandés.

Menos victorias, misma regularidad

Imola fue una repetición de la situación de Motorland Aragón, con un Davies sumamente inspirado, y con Rea conformándose con el segundo puesto en ambas mangas. Dos semanas después, un fin de semana caótico en Malasia le dejó sin victorias, pero, gracias a su regularidad, salió reforzado en la clasificación general, por las malas actuaciones de Sykes y Davies en la manga disputada en mojado. Y para terminar el mes de mayo, en Donington Park se encontró con la mejor versión de Sykes de todo el año: doblete y Rea sin opciones. Aún así, aguantaba y nadie le bajaba del podio. El título estaba más cerca todavía.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

El británico volvió a la sanda de la victoria en Misano, donde se hizo con su tercer doblete del curso, tras los logrados en Phillip Island y Assen. Además, los errores de Davies se sucedían y parecía que sólo Sykes podría ser una amenaza de cara al título. Sin embargo, en la primera manga de Laguna Seca Rea volvió a superar a Sykes en una enésima carrera táctica, dejando la distancia en 71 puntos a falta de nueve carreras para el final. La situación era más favorable que nunca para el actual campeón.

Dos 'ceros' y el Mundial se abre

Pero todo comenzó a torcerse cuando su moto se paró a mitad de la segunda manga de la cita estadounidense. Iba liderando y Sykes no tenía opciones de batirle, pero, de un plumazo, 25 puntos de ventaja volaron y el campeón se fue de vacaciones con 'sólo' 46 de renta. Algo que iría aún peor con su caída en la primera manga de Alemania, justo a la vuelta del parón estival. Davies ganó y Sykes, segundo, se colocaba a apenas 26 puntos del liderato de Rea, que peligraba ahora más que nunca.

Pero fue al día siguiente, bajo el diluvio universal en Lausitzring, cuando Rea dio el golpe definitivo al campeonato. Salió como un tiro y Sykes, desesperado en el intento de seguirle, se fue al suelo. Logró una victoria imperial que le catapultaba a los 47 puntos de ventaja. Sykes dejaba de depender de sí mismo y Rea pasaba a poder ser campeón a base de segundos y terceros puestos. El campeonato volvía a estar en su mano. 

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Las dos siguientes citas, disputadas en el mes de octubre, mostraron al Rea más conservador. La primera, en Magny-Cours, tuvo a la lluvia como invitado. Rea, que suele arriesgar y brillar en estas condiciones, amarró un cuarto y un segundo y, gracias a que Sykes no ganó ninguna de las dos carreras -se las llevó Davies-, le hizo tener su primer 'match-ball' en Jerez. Sin embargo, en España Rea no fue todo lo rápido que se esperaba y sólo pudo ser tercero el sábado y segundo el domingo, dejando la coronación para Qatar, donde sólo con dos puntos conseguiría el objetivo.

Y así fue, en una nueva exhibición de velocidad de Chaz Davies, ganador de las seis últimas carreras de la temporada, como Rea se consagró como bicampeón. Sin ser el piloto con más victorias del año -fue Davies-, ni el que consiguió más poles -Sykes-, pero sí el más sólido y regular. Eso sí, pese a su éxito, Rea avisó que, de cara a 2017, mucho habrá que mejorar para evitar que una Ducati venida a más, especialmente a manos de Davies, se le suba a la chepa.