El circuito australiano de Phillip Island vive, a partir de este próximo domingo, el inicio de un reto histórico. Algo sin precedentes en el Mundial de Superbikes. Nadie ha ganado tres Mundiales seguidos en esta disciplina -algo que, por cierto, habla muy bien de la igualdad existente en la historia de este campeonato- y ahora Jonathan Rea, campeón en las dos últimas temporadas, está en el momento preciso y en el lugar adecuado para completar tal hazaña. No será fácil, pero Rea parece tener los ingredientes necesarios para lograrlo.

Desde que llegara a las filas del equipo Kawasaki, hace dos temporadas, la superioridad del piloto norirlandés en la categoría ha sido palpable. Había vivido años en una Honda poco competitivo que apenas le concedía opciones para ganar algunas carreras cada temporada -especialmente en Assen, su circuito talismán, o las disputadas sobre suelo mojado-, con lo que sus posibilidades de pelear por el título eran prácticamente nulas. Muchas lesiones y varios rumores de un paso a MotoGP que nunca llegó pasaron hasta que la salida de Loris Baz de Kawasaki le abrió la puerta del mejor equipo de la parrilla, aquel que ha ganado tres de los últimos cuatro campeonatos en disputa, llegando siempre a la última cita del Mundial con opciones en el último lustro.

La adaptación de Rea a su nueva montura apenas tuvo repercusión en los resultados. De hecho, ganó en su debut en Phillip Island, aupándose a la primera posición del campeonato, que no ha soltado desde aquel domingo de febrero de 2015. Cierto es que han sido dos años totalmente distintos a la hora de conseguir el objetivo, puesto que a la dictadura de 2015 le siguió la frialdad y regularidad de 2016 para sellar el bicampeonato en una segunda parte de temporada en la que apenas consiguió victorias pero llegó en buena posición a Qatar a base de no cometer errores.

Ya por entonces, en aquel 29 de octubre de 2016 que le coronó por segunda vez, Rea se citó con la historia. Se convertía en el primer hombre, tras Carl Fogarty allá por el año 1999, en ganar dos títulos de SBK seguidos. Ahora, tras cuatro meses de vacaciones y trabajo de pretemporada a partes iguales, afronta un reto exclusivo. Lo hace con la misma estructura, la del Kawasaki Racing Team, en la que permanecen las mismas personas que han hecho grande, leyenda incluso, a Jonathan Rea.

Kawasaki sigue siendo la referencia

Los tests invernales muestran un panorama muy similar al de la pasada temporada, y ese es el de Kawasaki en primer plano, con Rea y Sykes como principales candidatos a la corona. Rea ha asegurado durante este invierno que, pese a que se han mejorado cosas, como la entrega de potencia de la máquina y la aceleración, la moto sigue sin ser perfecta. Él, que es un animal competitivo, qué va a decir. La pretemporada, no obstante, le vuelve a colocar como el hombre a batir, ligeramente por delante de Sykes y Davies en todos los pronósticos.

Foto: Kawasaki Racing Team

Son estos dos británicos los dos grandes -y únicos, probablemente- problemas en el camino de Rea hacia la eternidad. Dos rivales, además, de un perfil muy diferente. Sykes es su compañero de equipo, al que ha destronado no sólo de la supremacía de la categoría, sino también del liderazgo de su propia escudería, empequeñeciendo el talento de Yorkshire y llegando a desquiciarle en numerosas ocasiones. Pese a la mejoría de Tom en 2016 y sus ambiciones de campeonato de 2017, sigue pareciendo que Rea le tiene tomada la medida. Al menos, mientras no se demuestre lo contrario.

Davies, el gran rival

Sin embargo, el rival que amenaza desde Italia, desde la fábrica de Bolonia de una Ducati hambrienta de victoria, es algo más peligroso e imprevisible. Chaz Davies, tercero en 2016, se fue a las vacaciones invernales con la sensación de ser prácticamente invencible, habiendo ganado las seis últimas carreras del campeonato. El crecimiento del piloto, de su equipo, y del binomio entre ambos, es meteórico, y es lo que más preocupa en Rea y Kawasaki. En el deporte, y más aún en uno tan evolutivo y tecnológico como el motociclismo actual, es complicado mantener una dinastía ganadora durante mucho tiempo. Y ahora es Davies quien amenaza la de Rea.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

¿Tendrá que elevar Jonathan Rea el nivel mostrado en 2016? Probablemente, para batir a Davies, sí. Deberá ser algo más agresivo con las gomas frescas, en las primeras vueltas de carrera, allí donde Davies cimentó su superioridad en la segunda mitad del pasado curso. Además, evidentemente, tendrá que mantener su propia esencia, aquella que le ha hecho grande: la de ser un maestro en la gestión de los neumáticos, la de controlar las carreras como nadie y la de ser un mago en las citas con la lluvia como invitado sorpresa. La historia vuelve a llamar a Rea, ahora en 2017.