Suele decirse que las segundas partes nunca fueron buenas. En el caso del irlandés Eugene Laverty y su vuelta a la parrilla de Superbikes, era simplemente necesaria. Así lo firmó, sin contemplaciones, cuando el equipo Aprilia llamó a su puerta el pasado verano tras dos años de sinsabores en el Aspar Team en el Mundial de MotoGP, una experiencia que todo piloto quiere vivir pero en la que sólo unos elegidos pueden disfrutar de buenos resultados.

Pero Laverty, como tantos y tantos pilotos provenientes de las Islas Británicas, ha nacido para competir en Superbikes. Es un campeonato en el que está más cómodo, por su dinámica, ambiente y, evidentemente, por el nivel, algo más bajo que en MotoGP, que le permite tener opciones de ganar carreras o incluso de aspirar a ser campeón. Porque sí, hace no demasiado tiempo Laverty estuvo cerca de ser campeón.

Ocurrió en 2013, cuando Laverty, a sus 26 años de edad y tras un año de 'número dos' de Biaggi,-campeón esa temporada y que colgó el mono tras coronarse en Francia en un final trepidante- se hizo con las riendas del equipo Aprilia, el más fuerte de la parrilla en ese momento, y se consolidaba como aspirante al título en la próxima temporada, teniendo como compañero de equipo a un veterano como Guintoli, por el que pocos apostaban entonces como posible campeón.

Esa temporada Laverty ganó tantas carreras como el campeón Sykes (9), pero la irregularidad le impidió llegar con perspectivas serias de título al tramo final de curso, donde fue el mejor -Laverty se llevó la victoria en cinco de las últimas ocho carreras-. Pese a ser más rápido que su compañero Guintoli, en Aprilia apostaron por el francés para acompañar a Melandri en 2014, un año en el que, curiosamente, fue Guintoli quien se proclamó campeón contra todo pronóstico.

Laverty quedó 'desterrado' a una Suzuki que era un simple banco de pruebas para la futura Suzuki MotoGP. Pese a ello, ganó la primera carrera del curso, en Australia, aunque no pudo mantener esta regularidad durante el resto del año. Las ofertas de MotoGP le terminaron de descentrar hasta acabar en una decepcionante décima plaza final. Su aventura en el Mundial de SBK parecía, por entonces, que tocaba a su fin.

Dos años después, y tras un paso poco fructífero por el universo MotoGP, donde un cuarto puesto en Argentina'2016 ha sido su actuación más destacada, finalizando decimotercero en la clasificación general del pasado curso, Laverty vuelve a Superbikes. Y lo hace de la mano de la misma fábrica que le hizo acariciar la gloria en 2013. Es cierto que son otros tiempos, ya que Aprilia no forma parte del Mundial como equipo oficial, sino con una estructura, la del Milwaukee Team, mucho más reducida.

¿Y qué se puede esperar de Laverty en 2017? Sería jugar con fuego colocar las mismas expectativas que en 2013, cuando Aprilia era el equipo dominante de la categoría y el irlandés peleaba por las victorias en cada circuito. Le será complicado regresar a los puestos de arriba, pero, a buen seguro, se sentirá mucho más en casa que en dos complicados años en MotoGP. El irlandés volador está de vuelta y el aficionado a las Superbikes le volverá a disfrutar.

 

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Sobre el autor
Rubén Gómez
Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona.