Nina Simone, el hechizo permanece
Nina Simone, fotografía de portada de la edición "The Best of Nina Simone" en 3cd de 2010

Carolina del Norte vio nacer a Eunice Kathleen Waymon. Su padre fue un barbero que en la juventud se dedicó a cantar y tocar la armónica, mientras que su madre interpretaba al piano para él, hasta que se centró en la Iglesia y el góspel. Sus siete hermanos convivieron con la música transformándola en un mágico ser inherente a sus personas.

Eunice tuvo su primer contacto con su don cuando, curiosa, se acercó al órgano de su madre con menos de tres años; y en cuanto creció lo suficiente, se atrevió con el teclado. Un buen día, su madre la sorprendió sacando sonidos de un instrumento que hasta hacía escasos meses ni siquiera podía alcanzar. La voz era el otro poderoso instrumento de Eunice y no tardó en descubrirlo: comenzó a cantar junto con sus hermanas en el coro de la iglesia metodista de su madre.

Con tan solo 10 años, Eunice daría su primer concierto en la biblioteca de la ciudad. Su talento quedaría manifiesto, pero también el racismo de la sociedad norteamericana: sus padres fueron relegados de los asientos de delante a los de atrás por su color de piel. Esto sería determinante para la vida y la carrera de la artista, que acabaría convirtiéndose en defensora de la igualdad y la libertad de la sociedad negra en Estados Unidos, y en militante del movimiento de Panteras Negras. To be Young, gifted and black (Joven, dotado y negro), inspirada por Lorena Hansberry, se convirtió en el himno afroamericano por antonomasia.

Aunque logró estudiar en la escuela de música Julliard de Nueva York, fue rechazada en el Instituto Curtis de Philadelphia, nuevamente, por motivos raciales. No importó su talento ni sus estudios. Así que la joven tuvo que ponerse a trabajar, en 1954, en un bar de Atlantic City para ganar dinero. El dueño no quería una pianista, quería una cantante. Ella improvisó la encantadora I loves you Porgy, de Ira y George Gershwin. Fue así como esa inocente Eunice de Carolina del Norte se convirtió en Nina Simone, una diva en potencia en Nueva Jersey.

Su primer trabajo vio la luz en 1958, cuando era ya notablemente conocida. Jazz as played in an exclusive side street club, o Little girl blue, como otros lo llaman, fue un éxito rotundo, con I loves you Porgy como single. Uno de sus temas más famosos saldría de aquí: My Baby Just Cares For Me (compuesta por Walter Donaldson con letra de Gus Kahn para el filme musical Whoopee de 1930). Nina siempre creyó que era uno de los más insustanciales de su carrera. Nada más lejos de la realidad. En los 50, Frank Sinatra la incorporó a su repertorio habitual. Y en 1984, Chanel la utilizó para un anuncio, atrayendo de nuevo la atención hacia una algo olvidada Nina Simone.

Más tarde, la diva firmaría un contrato con Colpix -Columbia Pictures Records- y publicaría diez álbumes en cinco años, así como piezas para bandas sonoras de películas de Columbia. Wild is the wind es, sin duda, una de las más conocidas, y ha sido múltiples veces versionada: desde David Bowie, pasando por Esperanza Spalding o Johnny Mathis, nadie se ha resistido a los encantos de estas criaturas del viento.

En 1964 firmó con Philips, y esta vez lanzó un total de siete discos en tal solo tres años. I put a spell on you es probablemente una de las canciones más potentes de esta época. Es la Nina más grave –con su inconfundible voz de rango tenor-, más sincera, más profunda. Nadie sacó partido a un susurro, un quejido, la simple resonancia, la pasión de ese arte que es el soul, como ella lo hizo. Surge también su primera canción para con la defensa de los derechos civiles: Mississippi goddam!

Simone se une a RCA en 1966. Cosechará más éxitos que pasarán a la posteridad, entre ellos, Ain’t got no/I got life, del musical Hair, y el ya mencionado To be young, gifted and black.

Tras el asesinato de Martin Luther King, en 1969, Simone se marcha de Estados Unidos, hastiada del racismo y de la injusticia. Estuvo viviendo en varios lugares del mundo: Liberia, Barbados, Suiza, Países Bajos, Trinidad, Gran Bretaña. Atraída e identificada con la cultura francesa, se establece en el país europeo. Incluso versiona, con maestría, el clásico Ne me quitte pas de Jacques Brel.

El otoño de Simone fue bastante controvertido. Tras negarse a declarar impuestos a modo de protesta contra la Guerra de Vietnam, fue arrestada por un breve lapso de tiempo en 1978. Eso no le impediría, el mismo año, publicar Baltimore y, en 1982, Fodder on my Wings, ambos para una discográfica suiza. Su autobiografía fue publicada en 1992 bajo el título I put a spell on you. Un año más tarde lanzó su último álbum de estudio, A single Woman, y se instaló definitivamente en Francia.

Aunque ella quería terminar sus días en África, cerró los ojos por última vez el 21 de abril del 2003 en Carry-le-Rouet. Nina Simone sentenció en cierta ocasión: “El jazz es una palabra blanca para definir a la gente negra. Mi música es música clásica negra”. Sea jazz, sea soul, sea música blanca o negra, una sola cosa es cierta, Eunice nació con un don que Nina explotó. Con unas manos que hacían reír al piano. Con una voz que hizo llorar al mundo.

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