Ray Manzarek: fallece la psicodelia de The Doors
Ray Manzarek, joven / Foto: Ntrzacatecas.

Llegarían los primeros ensayos. Robby Krieger, guitarrista, se decide a escribir la que ha sido probablemente la piedra angular de los Doors, Light My Fire. Jim Morrison propone sus arreglos para la voz. Pero sería Manzarek quien pondría el punto determinante: la introducción. El tecladista haría pura magia en el teclado, convirtiendo el solo de esta canción en uno de los más famosos dentro del género jazz, sí, habéis leído bien.

Y es que The Doors carecía de bajista. Era Manzarek quien asumía esa responsabilidad en los directos con un Fender Rhodes Piano Bass, o sea, un teclado con el sonido de un bajo. Para estudio, el grupo contrataba distintos bajistas, ya que el sonido del teclado no era lo suficientemente nítido para ser registrado.

¿La esencia de Love me two times, toda esa fuerza instrumental? Se la debemos a Manzarek. Tanto los graves iniciales como el solo intermedio. La intro de Shaman’s Blues es toda suya, así como la de When The Music’s Over. En el Live at the Hollywood Bowl del 68, el espectáculo que crea la hace eterna. La explosión edípica de Morrison en The end (-Father –Yes, son? –I want to kill you –Mother, I want to fuck you!) no sería posible sin la intensidad del tecladista, progresiva, asfixiante, catártica. The Doors es psicodelia. La psicodelia fluye de las manos de Manzarek directamente hacia su teclado. Ergo, no podemos concebir las puertas de la percepción sin él.

Tendemos a pensar en Jim Morrison como sinónimo de los Doors. Jim Morrison era la estrella, el mito. Era la leyenda que sigue viva cuarenta años después de la muerte. Pero sin Ray Manzarek, la aventura no hubiera sido posible. Su cordura fue necesaria cuando Morrison se desmoronaba. Su música fue la que distinguió a la banda en la época y la que ha hecho que, décadas después, nadie haya conseguido, tan siquiera, asemejarse a ellos.

Tras la muerte de Morrison, Manzarek publicó, junto con el resto del grupo, dos álbumes más, Krieger y él en la voz. También fue productor de The X, una banda de punk norteamericana. Bajo el nombre de Riders of the Storm, también conocidos como The Doors of the 21st Century, fue de gira con los miembros aún vivos de la banda durante el nuevo siglo, recuperando los clásicos.

Sea como sea, la mayor parte de su legado está vertido en The Doors. Mayo de 2013 se ha llevado a un gran músico, que no ha sido siempre valorado como debería. Quienes supieron entenderle harán, como sucede con el Rey Lagarto, que Ray Manzarek siga vivo por muchas décadas. Que así sea.

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