"Whistle register", un sonido (no) humano
Leona Lewis. / Digitalproductionme.

Después de la voz de pecho y la voz de cabeza, sí, más allá del falsete, se halla el whistle register, el sonido más agudo que puede emitir el ser humano. Se llama así por dos razones: una, porque suena igual que cuando silbamos. La segunda, porque el mecanismo es el mismo. Es decir, las cuerdas vocales se cierran, dejando un mínimo hueco por el que sale el aire, y esto da lugar a ese sonido limpio, sin vibrato, sin posibilidad de crear dibujos ni articular palabras. Sin embargo, Minnie Riperton sí que era capaz. Puede que por eso sea una de las más importantes representantes de esta técnica. Fijaos en Inside My Love.

Más de una cantante posee esta virtud. Mariah Carey nos deleitó en su época dorada –y aún lo hace-, con notas afinadísimas, brillantes.

Christina Aguilera no se queda atrás. Lo tiene todo: posee una voz de pecho impecable, a ratos rasgada, con tintes negros, y a su vez unos límpidos agudos.

Nadie va a discutir la magnificencia de Aretha Franklin, pero hay que reconocer que el cambio que añade Kelly Clarkson a Natural Woman es espectacular.

Una gran revelación de este whistle register es Leona Lewis. Lo demuestra en varias canciones, pero es probablemente el culmen de este Summertime con el que alcanza la perfección en el standard de Gershwin.

La jovencísima actriz estadounidense Ariana Grande, aunque conocida por actuar en la serie Victorious, es soprano ligera y posee el don, pues, del whistle. Georgia Brown, por su parte, es una soprano lírica brasileña cuyo rango vocal abarca ocho octavas, ni más ni menos. No se le resiste ni la voz de pecho, ni de cabeza, ni el falsete ni el silbido. También los hombres pueden jugar a este juego aunque, obviamente, son menos. Ya en el siglo XVIII se dio el caso de Farinelli, el castrato (realmente llamado Carlo Broschi), cantante con voz de soprano y rango de tres octavas y media; nunca se supo si su castración, cuando era niño, se debió a la conservación de su voz aguda, o a un accidente de caballo. Adam López, en la actualidad, posee un Record Guiness por su capacidad de whistle.

En teoría, cualquier persona, especialmente si es mujer, con la preparación adecuada, puede llegar a emitir este tipo de sonido. De hecho, los niños lo hacen de manera natural -¿quién no ha perdido algo de audición tras oír llorar a una criatura durante unos minutos?-. No obstante, hay que tener muchísimo cuidado. Un exceso de esta técnica puede desgastar las cuerdas vocales, provocar disminución del rango o incluso propiciar la aparición de pólipos. Lo mejor, pues, será seguir disfrutando del whistle como lo que es, una rareza, pero una de esas rarezas irremediablemente atractivas.

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