Joaquín Sabina cumple 67 años
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El 12 de febrero de 1949, en Úbeda se iba a producir un acontencimiento que, probablemente por aquel entonces no iba a tener demasiada repercusión. Nacía un artista. Su madre ama de casa y su padre policía. Con 14 años comenzó escribiendo poemas, y a versionar a artistas como Elvis Presley o Little Richard. Su ideología comunista le llevó a tener problemas, y quién lo iba a decir, con su padre, que tuvo una órden de detención contra su propio hijo. Pero por aquel entonces Joaquín ya estaba lejos. Entre Londres y Edimburgo consiguió el asilo político hasta 1977, año en que regresó.

Ya en España comenzó en los bares madrileños a cantar con Javier Krahe y Alberto Pérez en el café madrileño de La Mandrágora. Parecía que Joaquín se quedaba solo en la poesía, y por lo tanto en ser cantautor, cosa que deja clara con su primer LP ''Inventario''. Pero él mismo no se sentía cómodo con esta etiqueta y lo reflejó en su siguiente álbum ''Malas Compañías''. De aquí se pueden destacar temas importantes como ''Calle Melancolía'' o el himno de la capital de España, ''Pongamos que hablo de Madrid''. Los éxitos llegaban poco a poco, sobre todo en 1987 con la publicación de ''Hotel Dulce Hotel'' que consiguió superar la venta de 400.000 copias. Antes de este, colaboró con Viceversa en el álbum ''Juez y Parte'' que le dio un gran salto de popularidad y con el que se empezaba a reconocer su trabajo. De este álbum destacan temas como ''Princesa'' o ''El Jóven Aprendiz De Pintor''. 

Tras los éxitos de los 90 como ''Esta Boca Es Mía'', ''Mentiras Piadosas'' o ''Física o Química''; llega la colaboración con el argentino Fito Páez. El disco titulado ''Enemigos Íntimos'' ya predecía lo que iba a suceder los desencuentros entre los dos músicos. La gira de este disco estaba programada para dar 70 conciertos que tuvieron que ser cancelados. Además, Sabina escribió una carta en forma de poesía para Fito Páez en la que se dejaba claro que las diferencias se podían oler a kilómetros.

Pero la obra cumbre no iba a llegar hasta el año 1999, cuando publica ''19 Días y 500 Noches''. Sin duda es el mejor trabajo del artista ubetense. Vendió 500.000 copias y consiguió cuatro premios de la SGAE en el 2000 y el Premio Ondas a la mejor canción por ''19 Días y 500 Noches''. Joaquín Sabina llegó al máximo, y ese tope en algún momento tenía que bajar. La bajada se produjo en el año 2000 cuando el cantante sufrió un infarto cerebral debido a la mala vida que llevaba. Desde ese momento entendió que las cosas debían cambiar. Dejó las drogas y de fumar, y se tomó la vida de forma más tranquila. La enfermedad le llevó a estar en depresión durante unos cuantos años, de la que todavía, según él, le sigue afectando y le ha servido para asentar la cabeza.

¿Qué queda hoy en día del veterano poeta? Sin duda quedarán por conocer nuevos trabajos, además del legado cultural que ha dejado. Esas canciones que sitúan al espectador en plena ciudad de Madrid para contarnos una historia de amor o desamor en ''Caballo de Cartón''; una mujer misteriosa de la que poco sabe, aunque claro está que huyó con su cartera y ordenador y lo que es peor, que se llevó su corazón en ''Medias Negras''; o incluso se ha podido escuchar a Joaquín referirse a la posguerra y la tauromaquia en la bella ''De Purísima Y Oro''. Mientras tanto los amantes de la música tienen que dar gracias al maestro, y disfrutar de su música e identificarse con ella en muchas de sus canciones. 

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