Niña Pastori obtiene su tercer Grammy con "Ámame como soy"
Foto: Sony Music

Desde los cuatro años ya hacia sus pinitos con su madre, Pastora García (Pastori de la Isla) y prácticamente desde entonces viene levantando el bello y arrancando el pellizco de todo aquel que tiene el placer de escucharla. Indiscutiblemente la figura de su madre fue la que le marcó todas las pautas y le reveló todos los caminos que conducen a la técnica y el duende de las penas negras. De hecho cuando solo tenía ocho años ya tenía meridianamente claro que no quería hacer otra cosa en la vida que seguir por la senda de los palos del flamenco. Su relación con el mundo del duende fue desde siempre ciertamente especial, pues isleña de San Fernando y gaditana, el inmenso eco de la voz de su paisano Camarón supuso una fuente de inspiración que condicionó y consolidó todo aquello que comenzó a amar en lo volantes de su madre, en los giros de Pastora, en su casa, donde ya se desbordaban duendecillos infantiles por su garganta. A punto de cumplir 21 años de carrera, se rompieron muchas cuerdas de guitarra y sillas de nea, desde que a María Rosa García García la presentó un mito como José Monge Cruz con apenas doce años en el Teatro Andalucía de Cádiz. Con el apoyo de un monstruo y la incondicional presencia de su progenitora se marchó a los ‘madriles’ para deleitar paladares exquisitos en “La Parrala”, y allí en la gran ciudad demostró una vez más que la luz de la Isla, el blanco nuclear de las salinas acariciado por la brisa gaditana es pura alquimia y el alambique por el que surgieron muchos genios del cante.

Desde entonces ha sido un torbellino de talento y fusión, de trabajo en la adaptación de un arte que es patrimonio de la humanidad a los nuevos tiempos. La voz y el arte de Niña Pastori sedujo a muchos fans, a muchos artistas como Alejandro Sanz, pero esencialmente sedujo a uno de ellos, al más grande de este oficio: Camarón. Y eso dota de un poso de calidad y verdad que pocos artistas flamencos poseen. Con solo 17 años y bajo el padrinazgo de Alejandro Sanz y Paco Ortega, que quedaron prendados de ella en La Venta de Vargas, trabajaron para la compañía Sony Music, elaborando Entre dos puertos, un gran disco de lanzamiento en el que destacó sobremanera "Tú me camelas" escrito por Paco Ortega. Un álbum que vendió nada más y nada menos que 150.000 copias. Un despegue absolutamente sideral, teniendo en cuenta que logró meterse en la lista de grandes éxitos con un disco del género flamenco.

Ocho discos con Sony Music

Niña Pastori ha publicado ochos discos, todos con la compañía Sony Music, el ya citado Entre dos puertos, lanzado en 1996; Eres luz, lanzado en 1998. Cañaílla, lanzado en el 2000, en el que brilla con una luz inmensa su dúo con Alejandro Sanz en el tema "Cai"; María, lanzado en 2002; No hay quinto malo, lanzado en 2004; Joyas prestadas, trabajo lanzado en 2006 en el que para celebrar sus diez años en la música se atrevió con versiones ajenas al flamenco. Recopilatorio, un álbum recopilatorio lanzado en 2007. En 2009 se produjo su regreso a las raíces flamencas, demostrando que no se le había olvidado el dominio de varios palos de este arte universal y lo hizo con Esperando verte, trabajo con el que logró su primer Grammy Latino al mejor álbum de flamenco. En 2009 lanzó Antología: Caprichos de mujer. Con La orilla de mi pelo, lanzado en 2011, conquistó su segundo Grammy; y antes de tocar nuevamente el cielo con su último trabajo, lanzó Raíz, junto a Lila Downs y Soledad Pastorutti en 2014.

Su tercer Grammy Latino

Foto: AireFlamenco.com
Foto: AireFlamenco.com

Con Ámame Como Soy, se produce la trilogía de éxito internacional de una niña del cante que se convirtió en señora imperial de los soníos que seducen y levantan el bello, el de una sirena flamenca con bata de cola de escamas que rema en la arena del tiempo, que en su tierra se detiene cuando el flamenco abre los pestillos del alma para que entre el sol, que es el corazón del sur por las ventanas.

Fusión del flamenco y la música latina

Ámame cómo soy es un ejemplo de fusión flamenca con la música latina, pues el duro trabajo y los arreglos elaborados por Julio Jiménez Borja ‘Chaboli’ (su inseparable compañero de fatigas y amor), le han permitido brillar junto a artistas hispanos de la categoría de Juan Luis Guerra, Rubén Blades o Pancho Céspedes. Compitiendo junto a otros grandes como Remedios Amaya, José Mercé, María Toledo, Antonio Reyes y Diego del Morao, la artista isleña se ha convertido en la flamenca del año y su disco en merecedor del Grammy latino al mejor álbum de flamenco. Ámame como soy cuenta con doce maravillosas canciones, doce maravillosas fusiones grabadas en los estudios de Pinto en el Puerto de Sta. María, que bien merecen un gran premio, pero que sobre todo merecen ser paladeadas y escuchadas: Eres Tan Pequeña, Remolino, La Quiero a Morir, Te Quiero Te Quiero, El Cantante, Yo Tengo Una Cosa, Si Tú No Bailas Conmigo, Usted Abusó, La Música no se Toca, Lo Que Yo Daría, Hola Soledad y Ámame Como Soy.

Échame una mano prima

Niña Pastori siempre cantó para su público, para el buen hacer y la evolución del flamenco, su fusión, siempre teniendo presente que en la raíz reside el duende y un regreso a ella siempre constituye una victoria, pero que su adaptación a los nuevos tiempos siempre ha sido esencial para defender lo que siempre ha corrido por sus venas. Niña Pastori siempre cantó para su madre Pastora y muy especialmente para sus hijas, pero quizás en este disco, sin olvidar el gran trabajo de ‘Chaboli’, canta con todo el alma y el corazón para su prima. Quizás por eso cuando recogió el prestigioso premio no pudo contener la emoción recordando a la que fue su más fiel e incondicional fan a la que perdió recientemente. Sin duda habrá recordado el célebre tema Échame una mano prima y recordándola ha querido regalar al mundo un trabajo que ha sido justamente reconocido internacionalmente.

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