El nadador británico, conocido por una dura historia en la que tenía auténtico pánico el agua, ha cargado duramente contra la Federación Internacional de Natación (FINA) y su forma de organizar las competiciones anuales de piscina corta. Las palabras del campeón olímpico son duras hacia el circuito, y advierte de que “la Copa del Mundo llega en un mal momento para mí, y para otros nadadores”.

“La Copa del Mundo es absurda y vergonzosa” declara Peaty, en declaraciones a Swinvortex, sin piedad alguna. “Pónganla en enero o febrero para que sirva de test para la principal competición mundial del año. Yo prefiero ganar uno oro o varios oros en un Mundial en piscina larga que una plata o lo que sea en la Copa del Mundo”.

La mayoría de inscritos en el certamen han sido chinos por disputarse la prueba en la propia Beijing. El largo viaje, romper una rutina de entrenamiento y planificar un calendario a medio plazo con garantías de éxito, no es nada fácil para los nadadores de primer nivel. A veces, incluso, no compensa tan largo desplazamiento para una prueba entre otras de mayor calado, como el Mundial.

La dotación económica de los primeros premios varía en función de la posición final: 100.000 dólares al ganador, la mitad a los segundos clasificados y 30.000 para quien sea bronce. La FINA, en cambio, pone un extra de dinero en cada posición del top-3, siendo 1500$, 1000$ y 500$ respectivamente.  

“La piscina corta es otro deporte. La gente va a la Copa del Mundo a ganar dinero, y no debería ser así” declara Peaty. ¿Dinero o éxito progresivo? La competición a veces tiene razones que la razón desconoce.