A primera hora de la tarde del día de ayer nos reuníamos en el claustro de la Universidad Católica de Murcia con la nadadora paralímpica Teresa Perales con motivo de  la celebración de las VII Jornadas Técnicas COE - VI Congreso de Olimpismo UCAM. A sus 40 años y con la enorme sonrisa que caracteriza a esta gran nadadora, la atleta nos ha querido contar  de primera mano todas y cada una de las sensaciones vividas durante estos últimos meses. Meses de subidas y bajadas, de arduos entrenamientos, de sentimientos a flor de piel; porque si alguien ha vivido de cerca la frase “para ganar hay que sufrir”, esa ha sido nuestra protagonista. No es fácil para una madre tener que separarse temporalmente de su hijo para centrarse en la preparación de un gran acontecimiento, sin embargo, Teresa nos ha demostrado que como bien dicen, cuando hay ganas todo se puede.

Pregunta: En Río estuviste cerca de lograr el mismo número de medallas que el mejor nadador de todos los tiempos Michael Phelps, ¿qué se siente al ser comparada con el estadounidense?

Respuesta: Bueno, esta vez se me ha escapado por dos medallas pero he estado cerca de conseguirlo. Estuve cuatro años igualada y finalmente se me escapó, pero así tengo la excusa para seguir y para intentar igualarle de nuevo en Tokio 2020 o superarlo, ojalá.

P: Hace unas semanas mostraste tu clara intención de participar en tus sextos Juegos como ya has dicho, ¿cómo te planteas estos cuatro largos años de preparación?

R: Sí, en principio tengo la idea de seguir compitiendo y siempre con la prudencia de saber que el cuerpo me tiene que respetar porque llevo muchos años y una larga trayectoria.

P: En Río 2016 fue la primera vez que no conseguiste entrar en la final de un gran acontecimiento, ¿supuso una decepción  para ti y para asumir las posteriores pruebas que aún te quedaban por disputar los próximos días?

“No he perdido ninguna medalla, solo las he dejado ganar”R: No sentí decepción, quizá se siente un escozor al principio al no saber qué ha pasado exactamente. Estaba descolocada, es como si me hubieran puesto un muro y no lo pudiese superar; no es que estuviese cansada, simplemente se me escapó e inmediatamente transformé este sentimiento porque aún me quedaban cuatro pruebas por delante. La siguiente final se me volvió a escapar por fallo técnico sobre todo, fue algo totalmente inesperado y tenía dos opciones: o venirme abajo y empezar a ser protagonista del drama y pensar en que estaba acabada sabiendo que los medios podían hablar de eso, o cambiar de mentalidad, así que me dije “solo son medallas”.  No he perdido ninguna, solo las he dejado ganar, con esa mentalidad fui a las siguientes pruebas y mira, al final plata, oro y plata.

La nadadora  concediéndonos una entrevista minutos antes que el acto diese comienzo. Foto: Bart Romero
Teresa Perales concediéndonos una entrevista minutos antes de que diese comienzo el acto. Foto: Bart Romero

P: ¿Has vuelto ya a tu rutina de entrenamientos o aún sigues disfrutando de tu más que merecido descanso?

R: No, aún sigo en mi periodo de descanso. Hoy hace exactamente un mes que terminaron los Juegos y me he dado mes y medio de descanso, así que aún me queda un poquito.

P: A numerosos deportistas de élite les sucede que tras subir a lo más alto en unos Juegos, sienten un vacío en su interior por haber logrado la máxima aspiración en su vida deportiva, ¿cómo llegó ese ansiado oro en Río de Janeiro?

"Tras ganar la medalla de oro en Río salí fortalecida mentalmente"R: Pues imagínate, en este oro  venía de no haber ganado dos medallas que quería lograr y lo que sentí fue ese fortalecimiento interior y mental sobre todo y decir “claro que sí”. Sabía que si no lo intentaba era cuando no iba a saber si ganaba o no, así que pude con ello. Tras ganar la medalla  de oro en Río salí fortalecida mentalmente, aparte de lo que supone subir al pódium, oír el himno, ver la bandera de tu país en lo más alto, etc.

P: ¿Cuáles son tus objetivos a corto plazo y cuál es la preparación que llevas a cabo para superarlos?

R: El Campeonato de España es el próximo gran acontecimiento y aunque aún no ha salido la fecha,  será probablemente en el mes de marzo. Sin embargo, el objetivo importante del año que viene es el Campeonato del Mundo que se celebra en México. En cuanto a la preparación, depende del objetivo, lo mínimo son cuatro horas y lo máximo siete entre piscina, gimnasio, bicicleta, etc.

P: ¿Cuál es la fórmula para poder compaginar la maternidad con tu exigente rutina de entrenamiento?

R: Haciendo malabares muchas veces, cábalas para conseguir encajar todo y a veces con cierta dificultad, sobre todo porque tengo que compaginar entrenos con trabajo para cuidar a mi hijo que al fin y al cabo es lo más importante de mi vida; todas las medallas no valen nada,  no hay nada en el mundo que sea igual que mi hijo.

P: A pesar de que en los medios únicamente aparezcan los triunfos logrados, sabemos que la otra cara del deporte de élite alberga cantidad de sufrimiento y horas de entrenamiento, ¿compensan todos esos momentos cuando consigues subir a lo más alto?

R: Siempre merece la pena el sufrimiento, ganes o no ganes porque siempre aprendes cosas en el camino. Me han preguntado muchas veces cuál es el mejor momento o el momento clave de mi carrera y sí, te puedo decir alguna medalla de oro o momentos que han sido difíciles y que los he sabido superar; en Londres por ejemplo, se me resistía el oro y lo conseguí en la última oportunidad. Pero ahora, en Río, no me voy a quedar ni siquiera con ese oro tan esperado, me quedo con ese momento en el que le explique a mi hijo lo que significa de verdad dejar de ganar pero no perder.

La que nos hizo vibrar y alimentar nuestras ilusiones durante los pasados Juegos es la misma que nos ha mostrado una vez más, y en primera persona, la grandeza de la que están pulidos los atletas de élite. Grandeza deportiva, y más aún si cabe, grandeza personal.