La nadadora olímpica cansada ya de las limitaciones de la federación húngara se ha rebelado por las malas condiciones ofrecidas a los deportistas. No es la primera vez que la triple campeona olímpica choca con este tema ya que en enero Hosszu les reprochó que no se ocupaban de los nadadores. Actualmente la 'Iron Lady' entrena con su marido estadounidense Shane Tusup. 

Todo comenzó el martes a través de una carta pública de Facebook que la misma nadadora  publicó, dirigida principalmente a Tamas Gyarfas, responsable de la Federación Húngara de Natación (MUSZ). "Si la natación húngara es realmente importante para Tamas Gyarfas, debería dimitir de su puesto", escribió Hoszzu.

Tiene claro que el presidente es el que más problemas causa: “es el factor más dañino. Yo mismo soy el ejemplo de que hay vida más allá de la Federación Húngara de Natación”.  Ataca contra las estructuras de entrenamiento pero también lamenta la gestión de la federación, a la que considera poco democrática.

Otros nadadores también se sumaron a esta revuelta como:  David y Evelyn Verraszto, Peter Bernek y Dominik Kozma, además de Daniel Gyurta, medalla de oro en Londres 2012, y Boglarka Kapas, medalla de bronce en Rio 2016 quien también declaró: "Desafortunadamente las cosas no son como deberían en la natación húngara y es el momento de hablar de este tema".

La federación por su parte llamaron a todos estos nadadores indignados a hacer una lista concreta de los problemas y disminuir la tensión creada estos últimos meses. Hosszu hizo también un llamamiento a Gyarfas a dimitir: "Si la natación húngara es realmente importante para Tamas Gyarfas, debería dimitir de su puesto", aunque por el momento, él mismo se ha negado a dimitir confiando en el diálogo. Gyarfas ya había causado problemas antes cuando en 2008 recomendó a Katinka a abandonar la natación. 

A pesar de todas las polémicas, los nadadores siguen trabajando duro para el Campeonato del Mundo de natación de 2017 que se celebrará en la capital húngara, Budapest.