Ha dado su vida por la natación sincronizada y ahora ha llegado el momento de poner punto y final a su carrera deportiva. Una larga trayectoria con más éxitos de los que podría haber esperado cuando empezó a hacer sus primeros ejercicios en el agua. Nada más y nada menos que dos medallas olímpicas (Plata en Pekín 2008 y Bronce en Londres 2012), seis medallas mundiales y siete europeas avalan a Alba Cabello, una de las componentes del equipo de "sirenas" españolas que dieron más de una alegría al deporte de nuestro país. En el acto multitudinario celebrado en el Consejo Superior de Deportes (CSD) para comunicar oficialmente su retirada, la nadadora madrileña ha hablado sobre su vida como deportista y sus consecuencias al dedicarse a la sincronizada profesionalmente. "Sacrifiqué horas y estudio por una pasión", asegura Cabello que a su vez no se arrepiente por ello: "No solo soñé asistir a unos Juegos, sino que repetí dos veces y gané dos medallas". 

La nadadora catalana también ha recordado emocionada cuando acudió a las instalaciones del Mundial'86, con cinco años: "No sabía que estaba escribiendo las primeras líneas del libro de mi vida". Lo mejor de su experiencia reconoce que ha sido "conocer a gente rica y humanamente" porque gracias a "personas únicas me siento única".

Ahora, tras su retirada, Cabello se plantea otra forma de ver su deporte y valora la opción de ser entrenadora para devolver todo lo que la natación sincronizada le ha dado durante todos sus años de profesión. "Me gustaría un guiño especial a mi equipo. Gracias por seguir teniendo confianza en las chicas que sueñan como yo en ser olímpicas. Os deseo lo mejor y siempre tendréis mi apoyo. No es un adiós, es un hasta luego", concluye.

Sea dentro o fuera de la piscina, Alba Cabello sigue dejando huella y siempre serán recordadas sus elevadas acrobacias que daban un toque de riesgo y espectacularidad a los ejercicios que campeonato tras campeonato hacían vibrar a los seguidores de la natación sincronizada y el deporte en general.

 

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