La situación en la AFC no está tan animada como en la NFC, o al menos eso es lo que comentan algunos. Sea como sea, la batalla por los dos primeros puestos se aprieta, y los dos conjuntos que disputaron la final de conferencia el año pasado luchan por permanecer en lo más alto. New England confía en la variedad y potencia de su ataque, mientras que Denver se encomienda a su espectacular unidad defensiva. Dos enfoques diametralmente opuestos que, de momento, están dando muy buenos resultados.

Los Broncos afrontaban la jornada con un balance de cinco victorias y dos derrotas, y tenían por delante un duro duelo divisional contra un rival, los San Diego Chargers, que ya había conseguido derrotarlos en su último enfrentamiento. New England confía en la variedad y potencia de su ataque, mientras que Denver se encomienda a su espectacular unidad defensivaLos Patriots, con seis victorias y una derrota, se enfrentaban a un partido de categoría similar. En el turno de partidos de la mañana -a las 13:00 hora estadounidense, 18:00 hora española- el equipo de New England viajaba a Buffalo para vérselas con los Bills de Rex Ryan, deseosos de venganza tras haber caído 16-0 en el enfrentamiento de la cuarta jornada, en Foxboro. Ningún rival divisional ha ganado ambos duelos contra los Patriors desde el año 2002, y Rex Ryan se relamía pensando en romper la racha. Aún así, tendrían que hacerlo sin dos de sus principales armas, LeSean McCoy y Marquise Goodwin.

A pesar de las bajas, ya en el primer drive del partido el running back sustituto, Mike Gillislee, rompía a la defensa y facilitaba las cosas al ataque de Buffalo, que acabó teniendo que conformarse con los tres puntos conseguidos vía field goal de Carpenter. Cuando llegó el turno de Tom Brady y el ataque visitante, la variedad de armas ofensivas permitió mover el balón por todo el campo y coronar el drive con un pase de touchdown de Brady a Amendola. El hasta ahora impreciso kicker, Stpehen Gostkowski, inauguró su impecable tarde transformando el punto extra. Los Patriots, con su habitual dinámica de empezar golpeando fuerte en ataque, se colocaban 7-3 arriba en el marcador tras el primer intercambio de golpes. La situación mejoraba para los visitantes cuando un par de drops de Clay y Tate provocaban que el ataque de Buffalo tuviera que dejar el campo tras solo tres jugadas. Ningún rival divisional ha ganado ambos duelos contra los Patriots desde el año 2002Con el balón bajo el control de New England en el centro del campo, Brady alzó la vista, lanzó profundo y conectó con Chris Hogan, ex-jugador de los Bills, para un touchdown de 53 yardas y el 14-3 en el marcador.

Después de la segunda anotación de los Patriots el partido bajó el ritmo, al menos desde el punto de vista ofensivo. Los Bills continuaron sufriendo para mover el balón en ataque, pero su front seven consiguió hacerse notar y llegar a Brady con más eficacia y regularidad. Un par de sacks consiguieron frenar a los Patriots en dos drives consecutivos, rompiendo además la racha visitante, que habían convertido 5/5 en terceros downs hasta ese punto. Con el balón en posesión de los chicos de Rex Ryan y un agujero de once puntos en el marcador, una interferencia de pase colocó al ataque de Buffalo en la yarda 8 de su rival. Gillislee anotaba en la siguiente jugada y reducía la ventaja a 14-10.

Con los dos sacks, ambos con el jugador rival superando al tackle izquierdo, Nate Solder, en la memoria, los Patriots confiaron en LeGarrette Blount para reblandecer a la defensa local. Una vez rondaban la línea del centro del campo, Brady aprovechó una situación defensiva favorable y encontró a Gronkowski en el medio, que tenía marcaje individual, y vio cómo el excelente tight end se zafaba de su marcador y se apuntaba un touchdown de 53 yardas. Con esa anotación, Rob Gronkowski ya es el jugador con más touchdowns anotados en la historia de la franquicia: sesenta y nueve.

Los Bills se encontraron cerca de la zona de anotación de New England gracias a otra interferencia de pase defensiva, pero esta vez se quedaron sin puntos debido al field goal fallado por Carpenter. No falló Gostkowski desde 51 yardas y New England se marchó al descanso mandando 24-10 en el marcador. Y al volver del descanso, más de lo mismo. Amendola devolvía el balón tras el kickoff y lo colocaba en la yarda 20 de Buffalo. Poco después Edelman recibía un pase de Brady y, con Corey Graham colgado de su pierna, se estiraba para atravesar la línea de gol. Julian Edelman no anotaba un touchdown desde el 8 de noviembre de 2015. La celebración no pudo ser demasiado efusiva, ya que la anotación tuvo que ser revisada. Fue dada por válida y New England ampliaba su ventaja a 31-10.

El tercer cuarto comenzó animado. En el drive de respuesta de Buffalo, la defensa de New England los contuvo durante tres jugadas. A la hora de hacer el punt, el punter de los Bills se convirtió en el protagonista de la jugada más extraña del año cuando se le escurrió el balón y, con la presión del momento, lo cogió y salió corriendo, consiguiendo de paso el primer down. Unas cuantas jugadas después, Tyrod Taylor anotaba un touchdown de carrera para recortar diferencias que no sirvió de mucho, ya que en el drive posterior Blount hizo lo propio elevándose cual Boeing 747 por encima de las líneas de ataque y defensa y anotando un touchdown "terrestre". Su novena anotación del año dejaba el luminoso en 38-17.

Los Bills, a la desesperada, se vieron jugándose un cuarto down en la red zone de New England en el siguiente drive. La defensa aguantó y dio el balón a su ofensiva, que marchó por el campo hasta que un sack frenó la secuencia. Gostkowski se encargaría de subir tres puntos más al marcador mediante un field goal, que junto a un touchdown en los "minutos de la basura" y la posterior jugada de dos puntos también completada, suponían el definitivo 41-25 en el marcador. La diferencia, curiosamente, era de 16 puntos, idéntica a la del enfrentamiento de la cuarta jornada. Con las heridas cerradas, New England se coloca 7-1 y disfrutará del liderato de la conferencia hasta su vuelta a los terrenos de juego tras su semana de descanso. Los vigentes campeones de dicha conferencia, los Denver Broncos, continúan en persecución. Cuando el partido de Buffalo daba sus últimos coletazos, en Denver estaban a punto de comenzar las hostilidades entre los locales y los San Diego Chargers.

Serían los Broncos los encargados de llevar el peso ofensivo de los primeros compases del encuentro, avanzando principalmente de forma aérea por el campo. Con CJ Anderson fuera para el resto de la temporada, el rookie Devontae Booker sería el encargado de protagonizar el juego terrestre de su equipo. La defensa visitante se acabó imponiendo y Denver se tuvo que conformar con un field goal, anotado por McManus. Los Chargers, por su parte, movieron el balón con decisión e hicieron trizas a la defensa local por tierra y aire, llegando hasta su zona de anotación y sumando un touchdown tras una gran jugada de Antonio Gates a pase de Philip Rivers. Y a partir de aquí, con el 7-3 a favor de los visitantes en el marcador, el partido se durmió. New England se coloca 7-1 y disfrutará del liderato de la conferencia hasta su vuelta a los terrenos de juego tras su semana de descansoLos ataques empezaron a acumular errores y, sobre todo, penalizaciones, mientras que las defensas marcaban el pulso de un encuentro que parecía haber entrado en parada cardiorespiratoria.

Tras una sucesión de secuencias olvidables, un pase de Rivers que rebotó en las manos de su receptor fue atrapado por Bradley Roby. El defensive back de Denver, que no parecía satisfecho solamente con la intercepción, emprendió la marcha y se coló en la end zone rival, anotando un touchdown defensivo que los ponía por delante 10-7. A pesar de que la intercepción y la anotación habían provocado un pico de intensidad en el latido del encuentro, la atmósfera volvió a decaer. No fue por tedio, esta vez. Un lance del juego había provocado que Melvin Gordon, de forma accidental, colisionara con Wade Phillips en la banda, dejando al coordinador defensivo de Denver, de sesenta y nueve años, en el suelo. Fue atendido rápidamente por el personal médico del lugar y retirado en camilla, arrancando los aplausos del público al levantar un dedo en un gesto tranquilizador.

San Diego, en su vuelta a labores ofensivas, no fue capaz de mover el balón. Sí lo fue Denver, que se plantó en la yarda 6 de San Diego mediante, entre otras jugadas, un pase largo de Siemian que Sanders atrapó de forma espectacular. Una vez allí, cuando Siemian se disponía a lanzar, la línea defensiva de los Chargers le robó el balón y se apoderó de él. Esta vez los visitantes llegaron hasta más allá de la yarda 30 de los Broncos, pero a falta de poco menos de un minuto para el final de la primera mitad, Josh Lambo fallaba un field goal de 45 yardas. Al descanso, el marcador favorecía a Denver.

La segunda parte comenzó con una dinámica parecida. La defensa de Denver estaba muy enchufada después de conceder un touchdown en el primer drive del partido, y Darian Stewart aprovechó otro pase de Rivers tocado por un receptor para apuntarse una intercepción y dejar el balón en la yarda 10 de los visitantes. Dos jugadas después, el corredor rookie y ahora titular de los Broncos, Devontae Booker, anotaba un touchdown para Denver y abría brecha en el marcador. No en vano Denver es el equipo de la liga que más puntos saca de los turnovers que provoca, en este partido habían conseguido 14 de los 17 totales de esa forma. Y habría ocasión para aumentar esos números poco después, ya que en el siguiente drive se produjo algún fallo de entendimiento entre Rivers y su receptor y el pase del quarterback de los Chargers acabó en los brazos de TJ Ward, suponiendo su segunda intercepción en apenas un abrir y cerrar de ojos. En este punto del partido Rivers encadenaba siete incompletos consecutivos, con dos intercepciones entre ellos. Viéndose con el partido en el bolsillo, Booker recibió un pase de Siemian en la yarda 5 y se aproximó a la end zone. Quizás fue el exceso de confianza lo que provocó que un defensa lo pillara desprevenido y provocase un fumble, recuperado por los Chargers en su propia yarda 2.

Con el balón al borde de su end zone, los Chargers cabalgaron sobre un inspirado Melvin Gordon para colocarse en posiciones más cómodas. Rivers tiró de carácter para conectar dos veces con Inman y acercar a su equipo a la red zone de los Broncos. Rivers encadenaba siete incompletos consecutivos, con dos intercepciones entre ellosCon la end zone a la vista, Rivers puso un balón en el aire, con la altura justa para que sólo Travis Benjamin, en dos tiempos, pudiese hacerse con él. Mientras que el ataque de San Diego se había repuesto del golpe, los equipos especiales no parecían seguir la misma tendencia. El punto extra fue bloqueado por la defensa de Denver, quedando el marcador en 17-13. La corta ventaja permaneció poco tiempo en el luminoso. Trevor Siemian condujo a su equipo hasta la end zone rival y, estando a una yarda, se la dió a Juwan Thompson, recién ascendido del practice squad esa misma semana, para que sumase el touchdown a su casillero y colocase a su equipo 24-13 arriba.

San Diego quiso responder, pero su secuencia ofensiva quedó en nada y los puso en situación de punt. Esta vez los equipos especiales estuvieron a la altura de la situación y el balón fue botando tranquilamente hasta detenerse en la yarda 2 de Denver. Y la pequeña victoria en la batalla por la posición en el terreno dio sus frutos. Un mal pase de Siemian acabó en las manos de Casey Hayward, demostrando que la defensa de Denver no es la única que sabe jugar a ese juego, y fue retornado para el touchdown visitante. Con el 24-19, San Diego optó por una conversión de dos puntos para tratar de ponerse a un field goal de distancia en el marcador, pero la defensa de Denver no estaba por la labor y negó la conversión al bloquear su línea defensiva el balón nada más salir de las manos de Rivers.

Siemian quiso responder a la defensa de San Diego con autoridad, y completó con Virgil Green y Demaryius Thomas en dos pases largos para plantarse en las puertas de la end zone rival. La defensa de los Chargers, sabiéndose con el partido en juego, aguantó y forzó el field goal, dejando a su equipo ocho puntos por detrás y con una opción de seguir luchando. Con 27-19, el ataque agradeció el favor de su defensa, recibiendo el balón y moviéndolo por el campo. Melvin Gordon continuó con su gran noche particular y superó las cien yardas terrestres, siendo la primera vez en 22 partidos que la defensa de Denver permitía a un corredor superar la centena. A pesar de todo, cuanto más se achicó el campo más fuerte se hizo la defensa, y acabó por detener a los Chargers a dos yardas de la end zone.

El ataque de Denver no fue capaz de salir de allí, pero sí lo fue Riley Dixon. A pesar de tener que ejecutar el punt prácticamente debajo de sus postes, el balón voló casi 70 yardas antes de caer en poder de los San Diego Chargers. Con tanto campo por recorrer y tan poco tiempo en el marcador, la presión de la defensa y del propio segundero provocaron que Rivers lanzara un incompleto en cuarto down, devolviendo el balón a Denver para que dejara morir el partido.

De esta forma los San Diego Chargers ven cómo se rompe su racha de dos victorias consecutivas y pierden mucho fuelle en la lucha por los puestos de wildcard al verse con un balance total de tres victorias por cinco derrotas. Mientras tanto, los Broncos mantienen el pulso divisional con los Oakland Raiders y les empatan en primera posición con un balance de seis partidos ganaros por solo dos perdidos. En la misma división también marchan con paso firme los Kansas City Chiefs, con cinco victorias y dos derrotas, preparados para aprovechar cualquier tropiezo al frente. New England tiene el primer puesto, pero la AFC Oeste aprieta fuerte por detrás. Con media temporada por delante, esta conferencia tiene todavía mucho espectáculo que dar.