DeAndre Hopkins se ha convertido en el jugador referencia del cuerpo de receptores para Houston Texans y la propia NFL. Ya son cinco sus temporadas como profesional en la franquicia de Houston desde que fuese elegido por los mismos en el Draft de 2013, siendo la presente temporada la mejor hasta la fecha. Hopkins ha conseguido llevar sus actuaciones al nivel más alto de la competición, hecho que le ha considerado como uno de los mejores receptores de la presente temporada. Hopkins ha conseguido a lo largo de esta temporada unos números de 96 recepciones para 1.378 yardas con un total de 13 touchdowns, estos números muestran la confirmación del alto nivel y constancia en su juego de receptor.

La actuación de Hopkins durante esta temporada es todavía más destacable si tenemos en cuenta la difícil situación que se presenta cuando un equipo cambia de quarterback varías veces en una misma temporada, ya que para un receptor es vital mantener una buena conexión con su quarterback. Hopkins ha recibido balones de hasta 3 quarterbacks diferentes esta temporada, Deshaun Watson, Tom Savage y T.J. Yates. La diferencia entre un buen receptor y un receptor estrella es la capacidad de adaptación a estos cambios tan importantes dentro de una ofensiva, Hopkins se ha postulado como el receptor con mayor capacidad de juego y adaptación de su equipo con cada quarterback, llegando a triplicar el número de yardas conseguidas por el segundo receptor de los Texans.

Si nos detenemos a observar el promedio de números con cada quarterback, se confirma la gran capacidad de adaptación y continuidad en su juego ante los cambios de quarterbacks. El promedio por partido con Deshaun Watson le otorga 6,4 recepciones para 86 yardas y 1 touchdown. Con Tom Savage consigue un promedio de 6,4 recepciones para 95 yardas y 0,5 touchdowns por partido. Finalmente, con T.J Yates obtiene unas 6,3 recepciones para 98 yardas y 1,3 touchdowns por partido. Con cada uno de los tres quarterbacks ha conseguido sobrepasar las 100 yardas en un partido. Hopkins se ha convertido en un jugador soñado por los entrenadores, sus cualidades le permiten ser uno de esos jugadores perfectos para jugar con diferentes quarterbacks, no necesita pases que lleven una gran precisión para lograr recepciones.

En definitiva, la capacidad de juego, con su gran habilidad de atrapar balones imposibles lejos del cuerpo, su gran adaptación a la técnica de juego de varios quarterbacks, y su profesionalidad como jugador demuestran el valor que tiene DeAndre Hopkins dentro del cuerpo de receptores de la NFL.