La Super Bowl XXV de la temporada 1990-1991 se celebró en el Tampa Stadium de Tampa Bay, enfrentando a los campeones por entonces por primera vez de la AFC los Buffalo Bills, y a los campeones de la NFC cuatro años después de que lo consiguieran en su primera ocasión durante el curso de 1986-1987, los New York Giants.

Y ambos equipos brindaron una final muy igualada y con un juego muy cuidadoso, pues no hubo turnovers de ningún tipo, la única vez que ha ocurrido en una Super Bowl hasta que se llegó a la edición XXXIV, y no ha habido más. Los Giants vencieron por un ajustado 20-19 y levantaron su sexto Vince Lombardi, el segundo contando el partido decisivo con el nombre de "Super Bowl" tras el logrado en 1987. Por su parte, los Bills perdieron su primera final, y, aunque repitieron presencia en los tres años siguientes, nunca han conseguido aún ser campeones de la NFL.

¿Cómo llegaron hasta la Super Bowl?

Por el lado de la NFC, los Giants llegaron a Playoffs con el segundo mejor récord (13-3), y primero se deshicieron de los Chicago Bears (3-31) para posteriormente enfrentarse con el mejor equipo de temporada regular, los San Francisco 49ers (14-2), a quienes sorprendieron por un equilibrado 15-13 en la final de conferencia. Por otro lado, los de Buffalo demostraron su poderosa ofensiva y su defensa de gran calidad (la sexta mejor de la liga) en postemporada barriendo a los Miami Dolphins (34-44) y a los por entonces Los Ángeles Raiders (3-51), tras marcarse el mejor curso de su historia (13-3 de balance).

Así, en esta temporada, se veían las caras en la edición número XXV el mejor ataque (los de Buffalo acabaron la temporada como el equipo más anotador) y la mejor defensa (los neoyorkinos permitieron tan solo 211 puntos, dejando a 7 rivales con menos de 10). Ya lo habían hecho previamente en la regular season donde Buffalo se llevó el gato al agua con un marcador de 17-13, pero en esta ocasión iban a cambiar las tornas.

Buffalo llevaba la voz cantante en la primera mitad

Pese a ello, el equipo que dirigía Marv Levy mandaba en el partido al descanso, venciendo por 12-10. Los de Bill Parcells abrieron el marcador avanzando hasta la yarda 11 de Buffalo en 11 jugadas, una de ellas vital lanzando 16 yardas a Mark Ingram, para que su kicker Matt Bahr sumara los primeros tres puntos.

En el turno de los Bills, el QB Jim Kelly dio un pase de 61 yardas a James Lofton que definió el drive, llegando a la yarda 8 del campo del oponente, aunque el ataque también se redujo a un field goal, este de 23 yardas.

Con 3-3, antes de iniciar el segundo cuarto, Buffalo demostró su potencial ofensivo durante doce jugadas para 80 yardas, sin conocer el tercer down y completando seis lanzamientos seguidos, y entre las que hubo un pase de 20 yardas a Andre Reed (recibió 4 veces) y otro de 16 para Thurman Thomas. Remató Don Smith con un touchdown terrestre, el último de su carrera.

Tras intercambiar punts, los Giants se situaron en uno de ellos en su propia yarda 7 y les pasó factura. Su quarterback Jeff Hostetler tropezó con el RB Ottis Anderson próximo a su endzone, y, al recuperar el equilibrio, Bruce Smith lo alcanzó para devolver la posesión a su equipo y sumar dos puntos con el safety (12-3).

Pero los Bills no pudieron tomar el control del encuentro del todo, pues en ese drive extra conseguido Kelly lanzó tres pases incompletos, y, con 3:49 por jugarse antes del paso por vestuarios, los Giants pudieron acercarse en el marcador. Hostetler dirigió 87 yardas con la ayuda de Anderson y Meggett hasta la 14 de Buffalo, y consiguió dar un pase de TD hacia Stephen Baker de 14 yardas.

Nadie quitaba la posesión a los Giants

Sin embargo, en la segunda parte el estilo de juego que había marcado los Giants para esta final empezó a resultar ser dominante: emplear cuanto más tiempo posible con la posesión del balón, lo que les llevó a batir el récord de posesión en una Super Bowl, 40:33 minutos, dejando al mejor ataque de la liga jugar únicamente 8 minutos en la segunda mitad. Así, se pusieron por delante con un touchdown de carrera de una yarda de Ottis Anderson, tras un drive que avanzó 75 yardas en 14 jugadas, la mitad de ellas siendo lanzamientos para el TE Mark Bavaro, durante un tiempo de 9:29, también récord. Aunque la respuesta de los Bills llegó de forma inmediata, y en su primera jugada ofensiva de los últimos 15 minutos anotó, al realizar una carrera de 31 yardas Thurman Thomas (19-17).

Posteriormente, la franquicia neoyorkina fundió la mitad del último cuarto atacando, convirtiendo tres situaciones de terceros downs, siendo solo detenidos en la yarda 3 de Buffalo gracias al LB Cornelius Bennett quien despejó el tercer lanzamiento de Hostetler, para acabar realizando Matt Bahr un field goal de 21 yardas que les hizo retomar el mando en el partido. 

El field goal maldito de Scott Norwood

Finalmente, los Bills iban a poseer un último drive para tratar de asignarse su primera Super Bowl, y movieron cadenas desde su yarda 10 a la 29 de los Giants. Pero en el instante decisivo a 8 segundos de finalizar el tiempo reglamentario, el kicker Scott Norwood falló su intento de tiro de campo de 47 yardas y regaló el Vince Lombardi a los Giants. Esta Super Bowl, en su Aniversario de Plata, es a día de hoy la única en la que un gol de campo fallido ha hecho perder a un equipo finalista. 

En cuanto a números, el quarterback de New York Hostetler repartió 222 yardas en 20/32 pases, pero el protagonismo se lo llevó el running back Ottis Anderson con sus 102 yardas recorridas en 21 jugadas y 1 TD. Fue el primer corredor que recibió el MVP desde que Marcus Allen lo lograra 7 años antes, el trofeo que cobró el nombre de "Pete Rozelle". En Buffalo estuvieron comandados por Jim Kelly (212 yardas en 18/30), siendo el jugador más destacado el corredor Thurman Thomas quien por tierra aportó 135 yardas y por aire en cinco recepciones, 55 yardas.

Grandes entrenadores y jugadores salieron de esta final

Como fruto de esta Super Bowl se obtuvo varios jugadores y entrenadores que años después integrarían el Salón de la Fama de la NFL: Marv Levy (head coach), Jim Kelly, James Lofton, Bruce Smith y Thurman Thomas por los Bills; Lawrence Taylor y Bill Parcells (head coach) por los Giants.

Además, nos dejaron dos futuros entrenadores de larga trayectoria: el por entonces coordinador defensivo de los neoyorkinos Bill Belichik, actual HC de los Patriots y considerado como el mejor de todos los tiempos, y el entrenador de WRs Tom Coughlin, quien también saltó a los mandos de un equipo, dirigiendo 12 temporadas a los propios Giants. Ambos en la temporada siguiente de esta Super Bowl ya se posicionaron como head coach, Belichick en los Cleveland Browns y Coughlin en el Boston College.