26 de abril es la cita que tienen tanto franquicias como futuros talentos para alcanzar un acuerdo y llegar a la NFL. El draft ha ido evolucionando a lo largo del tiempo y en los últimos años se ha convertido en un evento llamativo para generar audiencia por doquier, elemento que se ha aprovechado para ser televisado en horario estelar los jueves.

Para el acomodo de equipos, la NFL lo determina con base en el récord de la última temporada, es decir, la escuadra que terminó con la peor marca de la NFL será el que tenga el pick número uno y el campeón tendrá la última selección de la primera ronda; para este año y por ser los actuales monarcas, los Philadelphia Eagles tienen la selección 32, mientras que el peor equipo que fueron los Cleveland Browns, contarán con el pick uno.

Por segundo año consecutivo los Browns tendrán la primera selección global que, a comparación del año pasado, irán por un quarterback que pueda ser el indicado para tomar las riendas en el equipo. Sam Darnold de USC y Josh Rosen de UCLA suenan como los principales prospectos en dicha posición.

Sam Darnold es el mariscal más completo de esta camada (Christian Torres – @ctsportssarg)

Sam Darnold tiene las características perfectas para ser un quarterback de élite en la NFL: fuerza en los brazos, precisión, movilidad, equilibrio, velocidad y visión de campo. 

Darnold también posee el don de poder prever cuándo y dónde se abrirán los receptores –sea en una cobertura hombre a hombre o en cobertura por zona–. Además, lanza con una anticipación fuera de lo normal para la edad y experiencia que tiene, sin la necesidad de esperar a que estén abiertos sus receptores para tirar el ovoide. 

Es un pasador que puede ser mortal cuando entra en un buen ritmo, especialmente en sus pases cortos y medios. Sus números en el 2017 sin duda avalan esto, ya que tiró para 4.143 yardas aéreas con un 63% de pases completos y 26 touchdowns.

Su sistema demostró basarse en lecturas simples, aunado a que sabe por dónde va a venir la presión, debido a que no se intimida ante ésta. Tampoco tiene miedo de ser golpeado al momento de lanzar, cuando es necesario es sumamente paciente y espera hasta que se desarrolle la jugada para mandar el envío, aunque esto le signifique ser golpeado.

Sam Darnold. Fuente: Cleveland Browns
Sam Darnold. Fuente: Cleveland Browns

Poseedor de un brazo de élite como pocos, logra ser muy potente y preciso. Así, al efectuar los pases los hace con una gran espiral y cuando realiza envíos largos evita darle demasiado aire a los lanzamientos para que sean rápidos. 

Otro detalle –no menor para la posición de mariscal de campo–  es la personalidad de Darnold. Tiene una enorme capacidad de liderazgo –tanto dentro como fuera del campo de juego–. Además, sabe ganarse el respeto con el ejemplo mediante su esfuerzo, capacidad de trabajo y compañerismo. Estas cualidades hacen que sus compañeros de equipo lo apoyen y confíen ciegamente en él, cuyos atributos son los que les faltan a Josh Rosen y Baker Mayfield, que en cambio están catalogados de jugadores egoístas. Y lo concreto en este aspecto es que un jugador egoísta en la posición de quarterback no genera confianza ni en sus propios head coaches, ni en la gerencia ni en los jugadores.

En resumen, Sam Darnold parece tener el combo completo para brillar entre los mejores pasadores, por lo que es probable que sea la selección número uno en el draft de la NFL.

Josh Rosen, la capacidad más allá de la inteligencia (Adrián Hernández – @jahr12)

Una de las generaciones más prometedoras en la posición de quarterback será la del 2018 y, sin duda, Josh Rosen, proveniente de la UCLA, es uno de los favoritos para ser seleccionado tempranamente en el evento.

A pesar de que el favorito es Sam Darnold, no se puede descartar a Rosen, que podría ser una de sorpresas en este régimen, debido a que es de los pocos jugadores que cuentan con una visión exacta del campo de juego para lanzar en el momento oportuno. También cabe señalar que, en la NCAA, en diferencia de la NFL, la mayoría de las jugadas se desarrollan bajo la formación escopeta, no obstante, Rosen generalmente inició las jugadas detrás del centro para recibir el ovoide, como se acostumbra en la liga profesional.

Los grandes quarterbacks, como Tom Brady, son pasadores y no corredores, Josh Rosen cuenta con una capacidad enorme de saber leer las jugadas y alargarlas, si es necesario, hasta conseguir mover el ovoide. Además, cuenta con un impecable brazo que puede cruzar fácilmente las cincuenta yardas sin ningún problema. Asimismo, en jugadas de corto y mediano yardaje es muy fiable, contabilizando que la mayoría de las acciones en la actualidad se desarrollan de corto avance, como el caso de los pases pantalla. En este aspecto, si es bien manejado por el head coach y el coordinador ofensivo, Josh Rosen puede ser uno de los mejores de la liga en los futuros años.

Si bien Rosen es un quarterback no tan rápido como otros, maneja adecuadamente la bolsa de protección para poder realizar acciones que no pongan en riesgo el marcador. Dicho lo anterior, se puede ejemplificar en los resultados del NFL Combine, ya que en la carrera de 40 yardas, contabilizó 4,92 segundos.

Josh Rosen. Fuente: Buffalo News
Josh Rosen. Fuente: Buffalo News

Aunque no es tan atlético como otros jugadores, es un jugador muy completo atléticamente, puesto que de joven practicaba tenis, permitiéndole en el fútbol americano una movilidad constante tanto con los pies como con las manos.

En la temporada del 2017 apenas disputó 11 partidos debido a algunas lesiones, sin embargo, lanzó para 3.756 yardas, completando 283 de 452 pases para un porcentaje mayor al 60% (62,6), consiguiendo 26 touchdowns y diez intercepciones. Igualmente fue nombrado en diversas ocasiones como uno de los mejores jugadores en Pac-12 en el colegial.

En las estadísticas finales como universitario, disputó 30 partidos como titular, sumando 9.339 yardas (promediando más de 300 yardas por partido, mucho mayor en comparación con algunos quarterbacks de la NFL), además de 59 touchdowns y 26 intercepciones.

Aunque uno de los principales factores que podrían determinar el éxito es su personalidad, debido a que en días recientes mencionó que le gustaría tener más anillos que Tom Brady cuando concluya su carrera. Si Josh puede mantener los pies en la tierra con la ayuda de sus entrenadores, no hay duda de que será un jugador que cualquier equipo quisiese tener en su plantilla.