Ya concluyó el Draft 2018 en el que los equipos de la NFL tuvieron la posibilidad de adquirir jugadores universitarios para mejorar su roster actual.

Bajo esa perspectiva, corresponde entonces analizar si los equipos se han reforzado adecuadamente con sus distintos picks, determinar si con sus elecciones verdaderamente lograron cubrieron todas las posiciones en las que tenían carencias o, en su defecto, si deberían contratar algún jugador adicional en la agencia libre.

En este caso, los equipos bajo análisis son los Minnesota Vikings -finalistas de la Conferencia Nacional la temporada anterior- y los Green Bay Packers. Ambos equipos comparten la división Norte de la Conferencia Nacional.

Respecto de los Minnesota Vikings, sus incorporaciones en el draft fueron las siguientes:

1-Mike Hughes, esquinero de la Universidad de Central Florida

2-Brian O’Neill, tacle ofensivo de la Universidad de Pittsburgh

3- Jalyn Holmes, defensive end de la Universidad de Ohio

4-Tyler Conklin, ala cerrada de la Universidad de Central Michigan

5-Daniel Carlson, pateador de la Universidad de Auburn

6-Colby Gossett, guardia ofensivo de la Universidad de Appalachian State

7-Ade Aruna, defensive end de la Universidad de Tulane

8-Devante Downs, apoyador de Universidad de California

En la primera ronda seleccionaron al esquinero Mike Hughes. Gran incorporación. Hughes es un talentoso esquinero que ayudará a mejorar una secundaria de Minnesota que resultó destrozada por su rival en la final de conferencia pasada. Esta adquisición intentará asegurar que eso no vuelva a ocurrir. Adicionalmente, Hughes fortalecerá los equipos especiales de Minnesota dado que es un especialista devolviendo patadas de despeje.

El segundo jugador drafteado por los Vikings fue el tacle ofensivo Brian O`Neill. O`Neil es un atlético linero que si agrega musculatura en gimnasio podría ser un sólido bloqueador. Su pick sin duda apunta a darle la mayor protección posible al  QB Kirk Cousins, -millonaria incorporación de Minnesota en la agencia libre-.

Su tercera incorporación fue el linero defensivo Jaylin Holmes. Minnesota necesitaba mayor profundidad en su frente defensivo (su esquema defensivo se basa en tener cuatro lineros defensivos en cancha) y con Holmes se busca aportar fuerza, rapidez y versatilidad a esa línea.

Su cuarto pick le consiguió al ala cerrada Tyler Conklin. Mientras que siga Kyle Rudolph en el roster vikingo como ala cerrada principal, la función de Conklin seguramente será la de proteger al mariscal y abrirle huecos a los corredores.

Su quinta opción la resolvieron eligiendo al pateador Daniel Carlson, pateador confiable en la universidad. El futuro dirá si también resulta confiable en la elite de la NFL.

El guardia Colby Gossett fue el sexto pick de Minnesota. Esta incorporación seguramente añadirá profundidad a la línea ofensiva Vikinga. En su último año universitario, Gossett no permitió ninguna embolsada, razón principal por lo que los Vikingos lo draftearon. Si protege al mariscal de su nuevo equipo de la misma manera, sin duda será una gran adquisición.

En su séptima elección optaron por el linero defensivo Ade Aruna. Los vikingos querían incrementar su cantidad de jugadores en la línea defensiva por lo que la incorporación de Aruna no fue sorpresa. Aruna necesita tiempo para desarrollarse pero cuenta a su favor con que es muy atlético y explosivo.

Y la última selección vikinga apuntó el apoyador Devante Downs. Su elección tardía en el draft se debió a que en el 2017 sufrió una seria lesión en la rodilla y no se sabe si estará listo para la temporada 2018. Estando sano, Downs es un sólido apoyador que jerarquiza la zona media de Minnesota.

Puede concluirse que, en líneas generales, Minnesota hizo un muy buen draft.  Rick Spielman, gerente general de la franquicia, obtuvo jugadores de calidad y reforzó posiciones claves. Seguramente, en la agencia libre, irán por algún linero ofensivo con experiencia, ya que los jugadores con los que hoy cuentan en esta posición son jugadores con gran futuro pero que necesitarán tiempo y experiencia para convertirse en titulares efectivos. 

En relación a los Green Bay Packers, las incorporaciones en el draft fueron las siguientes:

1-Jaire Alexander,  esquinero de la Universidad de Louisville

2-Josh Jackson, esquinero de la Universidad de Iowa

3-Oren Burks, apoyador de la Universidad de Vanderbilt

4-J`Mon Moore. Receptor abierto de la Universidad de Missouri

5-Cole Madison, linero ofensivo de la Universidad de Washington State

6-Jk Scolte, pateador de despeje de la Universidad de Alabama

7-Marquez Valdez-Ecantling,  receptor abierto de la Universidad de South Florida

8-Equanimeus St Brown, receptor abierto de la Universidad de Notre Dame

9-James looney, defensive end de la Universidad de California

10-Hunter Bradley, long snaper de la Universidad de Mississippi State

11- Kendall  Donnerson, defensive end de la Universidad de Southern Missouri State.

El gerente general de los Packers Brian Gutenkunst, desde el primer momento del draft se concentró en reforzar la posición más débil su esquipo, la secundaria .

Por ese motivo, las dos primeras selecciones de Green Bay fueron  los esquineros Jaire Alexander  y Josh Jackson. Tanto Alexander como Jackson son excelentes esquineros, de lo mejor en esa posición en este draft. Jackson es alto, de brazos largos y gran cazador de balones (comparado por muchos con Richard Sherman).

Alexander tiene una gran técnica, con muy buena lectura del mariscal y es de muy difícil separación para los receptores. La única duda que se plantea respecto de Alexander es su verdadero estado físico ya que durante sus años universitarios sufrió varias lesiones. Con estas adquisiciones, la mejoría en la secundaria de Green Bay debería ser instantánea y notoria.

En el tercer pick optaron por el apoyador Oren Burks. Burks, es una selección excelente. Es un apoyador atlético con buena lectura de la ofensiva rival. Green Bay necesitaba casi de manera desesperada un apoyador interno, por lo que seguramente Burks será titular de manera inmediata.

La ida de Jordi Nelson provocó que necesariamente los Packers incorporen receptores abiertos para suplir su ausencia. Por esa razón, en su cuarto, séptimo y octavo pick Green Bay drafteó los receptores abiertos J`Mon Moore, Marquez Valdez-Scantling y Equanimeous St.Brown. Moore y St.Brown son receptores muy veloces y atléticos.

Corren muy bien las rutas, especialmente las rutas profundas. Ambos receptores pueden ser sólidos titulares en la NFL. Junto a los ya consagrados receptores Davante Adams y Randall Cobb sin duda conformarán un grupo de receptores extremadamente talentosos y de difícil marcaje para las defensas. 

Valdes-Scantling es un receptor muy alto, con muy buenas manos pero con poco rodaje y falto de experiencia, por lo que habría que desarrollarlo previo a que entre al campo de juego.

Además, los Packers mediante este draft fortalecieron la línea defensiva con las adquisiciones de James Looney y Kendall Donnerson. Ambos son presionadores de mariscal muy fuertes con muchísimo potencial. El hecho de haber podido elegirlos en la novena y décima primera ronda en el draft, habla de la buena selección que hizo Green Bay.

Su único error en este draft fue la temprana elección del pateador de despeje Jk Scoot. En quinta ronda Green Bay podría haber elegido un jugador de otra posición y no un pateador de despeje. Un jugador en esta posición se podría adquirir en altas rondas del draft o en la agencia libre.

Más allá de esto, Green Bay fue uno de los grandes ganadores de este draft. Su principal problema en sus últimos años era la defensa en todos los sectores. Por esa razón, este draft contrarrestó esta falencia eligiendo en su mayoría jugadores defensivos de gran futuro. Ofensivamente, Green Bay suplió la ausencia de Jordi Nelson adquiriendo tres receptores abiertos. 

Si queda un punto débil para mejorar en la agencia libre sería por el lado de la posición de ala cerrada. En esa posición está solo Jimmy Graham, de lo mejor de la liga en esta posición, pero sin ningún suplente que lo sostenga.

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