Los equipos de la NFL desde siempre se han caracterizado por jugar acompañados por un team de porristas que alientan con sus bailes y cánticos a cada una de las franquicias y además completan el espectáculo entreteniendo al público en las tribunas. Sus shows -que muchas veces incluyen impresionantes acrobacias y saltos-, exigen entrenamiento y mucha preparación y sacrificio. Pero esas no son las únicas exigencias para las porristas de la NFL.

A principios de este año los Saints de Nueva Orleans despidieron a la porrista Bailey Davis. El motivo de su despido fue que la señorita Davis publicó una imagen en su cuenta privada de Instagram que el equipo consideró “inapropiada”. La imagen era una foto de Davis vistiendo un traje de baño de una sola pieza. No  más que eso. Ella se defendió del arbitrario despido, formalizando una queja ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo en la que alega despido injustificado.

A diferencia de los jugadores, que están sindicalizados a través de la Asociación de Jugadores de la NFL, las porristas son trabajadoras eventuales con pocos beneficios y en cambio muchas obligaciones.

Cada equipo tiene su reglamento  sobre cómo debe ser el comportamiento que deben tener las animadoras dentro y fuera del ámbito laboral. Se trata en general de extensos documentos que abarcan prohibiciones y requerimientos para las porristas en los temas y cuestiones más variadas.

En la mayoría de los casos, las reglas indican que las animadoras  tienen prohibido el contacto con los jugadores del equipo. No pueden cruzarse en ningún lugar público ni seguirse en redes sociales. Además, estos reglamentos incluyen consejos de higiene personal, como técnicas de afeitado. En algunos casos, les prohíben usar pantalones deportivos en público. Tal es el grado de control que las franquicias de la NFL quieren tener sobre las animadoras, que este manual se inmiscuye además en cómo deberían las porristas llevar su vida fuera del trabajo, y eso incluye limitar sus actividades en las redes sociales, las personas con las que eligen salir y socializar, hasta restricciones para el uso de ciertas joyas y esmalte de uñas. Es decir, las franquicias de la NFL digitan la vida de sus animadoras en muchos sentidos.

Otro incidente entre las franquicias y las porristas y a su vez el de mayor exposición pública, fue el que expuso hace pocos días el periódico más reconocido de la ciudad de New York.

En efecto, en una entrevista que otorgaron al periódico “The New York Times” cinco ex-porristas de Washington Redskins, éstas han revelado que en un viaje que realizarón a Costa Rica para una sesión de fotos en 2013, un grupo de hombres las esperaban con planes sexuales. 

De acuerdo con la publicación, ellas estuvieron en el hotel Occidental Papagayo - Adults only, situado en Guanacaste, Costa Rica. Para la sesión de fotografías se les exigía estar sin sostén -aunque las imágenes no mostrarían la desnudez-, con lo que ellas estaban de acuerdo. El grave inconveniente surgió por el hecho que la franquicia de los Redskins invitaron a un contingente de patrocinadores y propietarios de palcos del estadio para que puedan presenciar las sesiones fotográficas que duraron alrededor de 14 largas horas. Vale decir que todas estas personas eran hombres.

Igualmente,  las animadoras declararon que lo peor sucedió luego de la finalizada la sesión. La directora del equipo de animadoras, Stephanie Jojokian, acudió a la habitación de nueve de las chicas para informarles que varios hombres de las firmas patrocinadoras las habían elegido para que los acompañen a un centro nocturno.  Las porristas comentaron que su participación no involucró sexo, pero más allá de eso y lo que les resultó realmente desagradable fue la exigencia de su directora de equipo de que actuaran como símbolos sexuales para complacer a los patrocinadores masculinos (lo que ciertamente y además de misógino, no era parte alguna de su trabajo).

Luego de tan incómoda situación, algunas integrantes del equipo tomaron la decisión de no volver la siguiente temporada. Además de todo, no les pagaron adicional alguno por dicha sesión de fotos.

Washington Redskins únicamente cubrió sus gastos de hospedaje y vuelos. Cabe aclarar que, hasta el momento el equipo de Washington no se ha pronunciado respecto de las declaraciones de las animadoras.

Este último caso (la NFL ha protagonizado innumerables escándalos por abuso y acoso sexual a mujeres en el pasado) promete continuar cobrando relevancia y exposición. En especial, en virtud de la visibilidad e importancia que los casos de acoso cobraron en funcion de campañas como #MeToo y Time’s up, en el que varias actrices han denunciado el acoso del que han sido víctimas en la industria del cine de Estados Unidos. Probablemente y ante estas denuncias, se avecinen cambios positivos y protectivos para las porristas de la NFL.