Los New  York Jets propinaron a sus verdugos del año pasado en el camino hacia los Playoffs su segunda derrota de la temporada y en mayor medida, consiguieron dejar en la cuerda floja a su ex-entrenador Rex Ryan, que se encuentra ahora en una situación muy complicada y que deberá dar la vuelta recibiendo a Arizona y viajando a Foxborough. No va a ser precisamente fácil.

Las dos escuadras llegaban al partido en Buffalo con imperiosas necesidades tras haber perdido en la primera jornada: Nueva York por un punto ante Cincinnati y Buffalo de manera sorprendente en Baltimore. El choque lo tenía todo para ser de alta tensión: rencillas anteriores, duelo divisional y la abrumadora estadística que indica que únicamente el 12% de los equipos que comienzan la temporada 0-2 consigue un billete a la postemporada.

La primera mitad de la contienda fue dominada por un ataque de los Jets que pese a tener que conformarse en sus primeros dos drives con 6 puntos consiguió dos anotaciones antes de irse a vestuarios gracias a la capacidad de Fitzpatrick para mover las cadenas ayudados por su corredor Matt Forte y por la mejor pareja de receptores de la liga: Brandon Marshall y Erick Decker, que hicieron pasar a Ronald Darby y Stephon Gilmore una de las peores noches de su carrera (los cornerbacks perimitieron 13 recepciones para 262 yardas).

Por el otro lado el ataque de los Bills, incapaz de correr con un desconocido LeSean McCoy, se vió limitado a las big plays que su quarterback Tyrod Taylor pudiese generar. Una de ellas fue un pase de 84 yardas hacia Marquise Goodwin que quemó por completo al cornerback estrella de los visitantes Darrelle Revis. Revis fue el mejor CB de la NFL durante años pero ahora, a sus 31 años de edad, necesita más ayuda del safety. Ya lo vimos la semana pasada donde el receptor AJ Green atrapó 12 pases para 180 yardas y una anotación.

La vuelta al emparrillado pilló a la defensa de los de Nueva York aún dormitando. En ese estado el quarterback Tyrod Taylor es donde saca más partido: un pase profundo a Salas de 71 yardas, después de que Taylor demostrase su capacidad para escapar de la presión, consiguió acercar a los Bills en el marcador. Y por fin la defensa local, aún lastrada por las bajas de sus dos primeras selecciones en este presente draft (Shaq Lawson de Clemson y Reggie Ragland de Alabama), forzó un fumble que retornó para ponerse por delante en el marcador.

El ataque de los Jets, lejos de asustarse, mantuvo la calma y consiguió tres drives seguidos muy completos que se saldaron con dos anotaciones terrestres de Matt Forte y un Field Goal que devolvía la ventaja a su favor. Forte, ex-corredor de los Chicago Bears, acabó con 100 yardas y 3 TDs (algo esperado, ya que un servidor lo dejó en el banquillo en su equipo de Fantasy).

Buffalo al verse dos anotaciones por debajo en el marcador y a falta de cuatro minutos para el final lo fió todo a su pasador que aunque consiguió un drive casi perfecto (7/9 para 65 yardas y una carrera de 10) no pudo lograr la heróica. 

Tras esta derrota los Bills quedan en una posición muy difícil de gestionar, con un entrenador bailando en el alambre, últimos de división y desprendiendo un olor a proyecto acabado que tira para atrás a cualquiera. Y sobre todo que hace, aún más complicado, que alguien confíe en los hermanos Ryan como entrenadores en un futuro cercano.