La afición de los Bills estaba deseosa de ver buen juego acompañado por victorias de su equipo, ya que en el inicio de temporada, ni el juego ofrecido estaba a la altura de las expectativas ni el casillero de victorias había sido estrenado. En una división en la que los Patriots dominan desde hace años y con rivales como Jets o Dolphins, no solo basta con acumular unas cuantas victorias, sino que el juego ofrecido tiene que ser digno de plantar cara a cualquier rival que se preste. Este partido fue un claro ejemplo del juego y la intensidad que los hermanos Ryan, con Rex a la cabeza como entrenador principal, quieren imprimir a unos Bills que luchan por dejar de navegar a la deriva como han hecho durante los últimos años.

Los Arizona Cardinals viajaban a Buffalo con la intención de pasar por encima a unos Bills que venían de encadenar 2 derrotas seguidas, ofreciendo un juego mediocre y con pocas vistas de cambio. Arizona es una de las franquicias más potentes de la liga y, sin Sammy Watkins y con un Marquise Goodwin en horas bajas, las cosas no pintaban especialmente bien para los locales. Buffalo necesitaba urgentemente soluciones y LeSean McCoy llegó al estadio con una sola idea en la cabeza: destrozar como fuese la poderosa defensa Cardinal para llevar el balón a la línea de anotación. El running back cumplió con su trabajo, ya que tras 2 touchdowns y un juego por tierra imperioso, Shady McCoy terminó el partido como uno de los principales héroes del día.

Fue un partido de resurgimientos: aparte de que McCoy retomase la forma que le llevó a cosechar tanta fama y reconocimiento en sus años como miembro de los Eagles, la defensa de Buffalo volvió más fuerte que nunca al nivel que le hizo ser un terror para las ofensivas hace pocos años. 4 intercepciones y un fumble acabado en touchdown después, en Buffalo pueden volver a decir que su secundaria es una de las más temidas de la NFL. El ataque de Arizona se redujo a David Johnson (2 TDs en carrera) y a las patadas de Chandler Catanzaro debido a una defensa al pase prácticamente impoluta, dejando a Carson Palmer, el quarterback visitante con una valoración de QB de tan sólo 35 puntos, 0 tocuhdowns y 4 intercepciones. El grupo de cornerbacks de los Bills puede enorgullecerse de su actuación ante uno de los mejores pasadores de la liga.

McCoy y Stephon Gilmore fueron los favoritos de la afición tras conseguir 2 anotaciones el primero y 2 intercepciones el segundo. Esta victoria supone un balón de oxígeno para Buffalo y su entrenador, cuestionado tras su dudoso arranque de temporada, y más en vistas del partido que espera la semana que viene ante los Patriots en Foxborough. Una clara victoria sellada con buen juego y sensaciones ante una de las mejores franquicias de la liga siempre es un buen punto de partida, pero el domingo Buffalo se enfrenta a uno de los retos mayúsculos de su temporada. Rivales de división y contendientes al trono en febrero, los New England Patriots siempre suponen un desafío para cualquier rival al que se enfrentan. Ahora toca ver cuánto dura el estado de gracia de los Bills, pero está claro que una hipotética victoria en el Gillette Stadium sería un punto de inflexión en su temporada.

Por su parte, tras encajar más de 200 yardas de carrera y ver frustradas sus opciones de ataque, la derrota de los Cardinals supone su segundo tropiezo de la temporada, otra vez ante un rival de la AFC East, tras perder en la primera jornada ante los Patriots. Bruce Arians deberá hacer del University of Phoenix un fortín para transformar este inicio de temporada en un asalto al título, premio del que se quedaron muy cerca el año pasado. Cuentan con jugadores que son estrellas en ambos lados del terreno de juego, por lo que en teoría no sería difícil revertir la situación. Arizona sigue siendo un equipo temido y a tener en cuenta, ahora es momento de convertir esas etiquetas en realidades.

Por ahora, tanto Bills como Cardinals salen del lance con un récord de temporada de 1-2, algo que demuestra que para ambas franquicias queda trabajo por hacer, todo dependerá de la dureza de sus calendarios y su destreza en el juego para decantar la balanza de la temporada del lado de los Playoffs o quedarse fuera de la lucha por el título. Queda .mucha temporada, veremos si los planes de ambos equipos terminan cumpliéndose al finalizar la semana 17.