Los sinsabores recientes forjaron este presente de Dallas Cowboys. El tridente ofensivo y emblemático de la franquicia ya es historia: con Tony Romo y Dez Bryant lesionados y sin la presencia de DeMarco Murray, el ataque vaquero luce mejor que nunca. Las selecciones de Dak Prescott y Ezekiel Elliott fueron el acierto más importante de la gerencia que encabeza Jerry Jones, que venía cuestionadísimo por sus decisiones anteriores.

Los planes para el mariscal de campo no incluían demasiada participación en este 2016, pero la lesión de Tony Romo le abrió las puertas a un jugador que debía ser promesa. Sin embargo, por su juego y su personalidad, Dak Prescott se aferró al puesto titular en la medida que las semanas avanzaron. Las 1.486 yardas reflejan un inicio fantástico y apenas fue interceptado una vez, tras 183 intentos de pase.

Esto generó un problema en Dallas: ¿hay que respetarle el lugar a Romo? De ninguna manera. El rookie oriundo de Mississippi State absorbió la responsabilidad y la transformó en confianza. Aunque Jason Witten piense diferente y considere que Romo tiene que regresar. A pesar de la opinión del tight end, los receptores se sienten cómodos con Prescott. Cole Beasley está “on-fire” y aprovecha las visitas de Dez Bryant a la enfermería, mientras Terrance Williams alterna buenas performances con entregas de balón algo comprometidas.

Claro que el desempeño de Prescott y compañía se debe a que poseen una de las mejores líneas ofensivas de la NFL. Con ella, fue más cómodo su ingreso al equipo. Lo mismo le cabe a Ezekiel Elliott, la nueva figura que se posiciona como runningback de elite. Sus estadísticas son brutales y es hombre más temible de la liga con los ataques terrestres: 703 yardas, 117.2 por partido, y 5 anotaciones.

El presente de Cowboys también se debe al trabajo de la defensiva, que mejoró considerablemente y es la cuarta que menos puntos recibió en toda la NFL. Por lo tanto, el valor de esta unidad es tan importante como el ataque. Se destacan los rendimientos de Terrell McClain (DT) y David Irving (DE) en la trinchera, mientras que Morris Claiborne (CB) y Bryon Jones (FS) aseguran el perímetro con grandes coberturas.

Repasando sus partidos, el debut con Giants fue difícil para la secundaria ante los pases de Eli Manning y aún Prescott y Elliott estaban verdes. Para el juego en Washington, los novatos se soltaron y demostraron sus cualidades. Algunos encuentros necesitaron de apenas una mitad para marcar la diferencia, como ante Bears y Bengals. Contra 49ers. empezó perdiendo, pero Elliott se encargó de derrumbar los todos los obstáculos. Y el duelo en Green Bay es, hasta el momento, el que consolida a esta franquicia como firme candidata en la NFC.

Cowboys logró afianzar todas sus líneas para afrontar una temporada que parecía ser de transición. Los rendimientos individuales y colectivos superaron las expectativas. El puntal es el juego terrestre, mientas que por aire logró armar una unidad segura a la hora de lanzar. La defensa es de las mejores y, en definitiva, si los rendimientos continúan así, Dallas puede soñar en grande. 

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