La NFL es el coto privado de Bill Belichick y Tom Brady. En las quince temporadas que ambos han disputado juntos -obviando la de 2008 por lesión- su dominio es incontestable. Catorce títulos de división, once apariciones en finales de conferencia y, tras la victoria de ayer, siete viajes a la Super Bowl, de las cuales conquistaron cuatro. Dentro de dos semanas tendrán ocasión de pelear por la quinta, lo que sería un hito histórico en este deporte, además de ser la novena participación de la franquicia en el gran partido, otro gran récord. Anoche los Pittsburgh Steelers fracasaron en su intento de bloquearles el camino y acabaron siendo un mero juguete en las manos del temible dúo de New England. El Gillette Stadium, hogar de los Patriots, se mostró una vez más infranqueable.

Durante los días previos al encuentro corrieron ríos de tinta respecto al duelo que se planteaba entre Le'Veon Bell y la potente defensa terrestre de New England. No tuvo a bien el destino que disfrutásemos de esa batalla particular, ya que el excelente running back de los Steelers tuvo que abandonar el campo en el primer drive de su equipo aquejado de molestias en la ingle y no pudo regresar. DeAngelo Williams, el veterano corredor suplente, fue el encargado de llevar el peso del ataque por tierra de Pittsburgh, anotando un touchdown pero registrando apenas unas paupérrimas 34 yardas en 14 acarreos. Si tuvimos la ocasión de ser testigos de otro apasionante duelo personal, el que enfrentaba a Malcolm Butler y a Antonio Brown. En las dos ocasiones anteriores fue el receptor el que pareció salir victorioso del envite, registrando más de 100 yardas en ambos partidos. Esta vez Brown solo pudo hacerse con siete balones para 77 yardas, registrando solo dos recepciones para 24 yardas en cuatro pases dirigidos hacia él estando en cobertura personal de Butler.

Tras los guarismos expuestos se encuentra, de forma quizás lógica, una difícil noche para la unidad ofensiva de Pittsburgh. La dificultad para mover el balón por tierra puso el peso del partido en el brazo de Roethlisberger, que se vio obligado a lanzar 47 pases. Con su principal referencia atada en corto por la defensa de New England, Big Ben convirtió en actores protagonistas a Eli Rogers y Jesse James, que durante la primera mitad ganaron numerosas veces sus duelos particulares con Logan Ryan y Patrick Chung, respectivamente. El rápido receptor acumuló siete recepciones para 66 yardas, mientras que el tight end atrapó cinco balones y amasó 48 yardas. Antonio Brown solo pudo hacerse con siete balones para 77 yardasUn síntoma del gran trabajo defensivo del cuadro de Foxboro se manifestó en las siete recepciones del running back DeAngelo Williams, ya que Roethlisberger se vio obligado a tomar la ruta del 'checkdown' más veces de las que le gustaría. Solo una bomba atrapada por Hamilton en la end zone el último cuarto con el partido ya decidido maquilló las estadísticas del quarterback de los Steelers.

La defensa de New England respondió y cumplió con creces ante la unidad ofensiva de Pittsburgh, respondiendo a los críticos y demostrando que su rendimiento no era únicamente consecuencia de un calendario en el que los quarterbacks de élite brillaban por su ausencia. Con una gran actuación y dos turnovers que hurgaron en la herida de los Steelers, allanaron el camino a su ataque, que marchó sin demasiados problemas y encontró numerosos huecos en el entramado defensivo visitante. Tom Brady lanzó para 384 yardas -récord personal- y tres anotaciones, y destrozó a la secundaria de Pittsburgh. El quarterback encontró en numerosas ocasiones a Chris Hogan en rutas de segundo nivel, anotando dos veces en la primera mitad. La segunda de sus anotaciones llegó en un flea flicker ejecutado a la perfección que creó el hueco justo para que el receptor ganase la espalda de la defensa. Hogan acabó el encuentro con nueve recepciones, 180 yardas y dos touchdowns, batiendo el récord de la franquicia de yardas de recepción en un partido de postemporada. La tercera anotación aérea se la apuntó Julian Edelman, el siempre fiable socio de Brady, que registró ocho recepciones para 118 yardas y el respectivo touchdown. El punto negativo de la ofensiva aérea fue para el rookie Malcolm Mitchell, que regresaba de una lesión, y acusó la falta de ritmo. Registró una única recepción para cinco yardas. Tras este partido, el quarterback de New England tiene un balance de 5-1 contra los Steelers desde que Mike Tomlin asumió el cargo de entrenador jefe. En cuanto al juego de pase, su promedio supera las trescientas yardas y posee un acumulado de 22 touchdowns frente a ninguna intercepción. Las pesadillas de Mike Tomlin llevan siempre un 12 a la espalda.

Mientras el ataque aéreo destrozaba a la defensa rival, el ataque terrestre de New England no conseguía arrancar. El front seven de Pittsburgh cerró los huecos a los corredores durante buena parte de los primeros tres cuartos. Bien entrado el tercer cuarto, la defensa visitante comenzó a ceder y el incansable tractor de los Patriots, LeGarrette Blount, arrancó los motores. Una anotación terrestre en los últimos minutos del tercer cuarto sirvió para aumentar la ventaja y hundir el puñal en el costado de los Steelers, que se desangraban inevitablemente. No mejoraba el cuadro clínico cuando pocos segundos después un fumble provocado por Van Noy y recuperado por Ninkovich desembocaba el previamente mencionado touchdown de Edelman.

Ya en el último cuarto, una intercepción de Rowe selló el pasaporte a Houston de los locales. La unidad defensiva de New England, habiendo mantenido al ataque de Pittsburgh a raya y concediendo solo 9 puntos (hasta los últimos minutos, donde concedieron un último touchdown cuyo único valor es estadístico) durante la mayor parte del encuentro, demostraba que es una defensa a tener en cuenta. En la Super Bowl se las tendrán que ver con el imparable y versátil ataque de los Falcons. La increíble mente defensiva de Bill Belichick contra el creativo ataque de Kyle Shanahan. Dan Quinn viéndoselas de nuevo con Tom Brady en el gran escenario. Dos semanas. ¿Quién se llevará el Lombardi?

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