Los Giants el año pasado fueron un equipo interesante, llegando a playoff y dando señales de que podían ir un paso más adelante, pero nada más lejos de la realidad. Mientras que la defensa sí ha logrado mantener el nivel del año pasado, el ataque ha continuado en una espiral autodestructiva en la que ya estaba al final de acabar la anterior temporada.

El equipo es absolutamente incapaz de hacer nada, con una OL digna de la liga canadiense y en especial un Eric Flowers que parece un niño contra adultos. Cuando lo más positivo que se puede decir de un equipo es que al menos Engram parece que puede ser un gran TE es cuando te tienes que preocupar de haber pasado de contendiente a ser un equipo preparado para el tanking.

Y todo esto pasa mientras Nueva York pita con fuerza a Ben McAdoo, el entrenador de los Giants viene precedido de la enorme sombra del gran Tom Coughlin (quien irónicamente apareció en el campo en el décimo aniversario de la Superbowl ganada a los Patriots) y no está ayudando a ganarse el cariño de la gente. Más allá de los evidentes problemas de la plantilla hay cosas que cansan a la afición de los Giants por motivos evidentes.

Con Eli Manning, Brandon Marshall y Odell Beckham Jr. es incomprensible ver al equipo jugando dos carreras por tres down y solo buscar un pase. El entrenador además es poco dado a las decisiones arriesgadas y cuando las ejecuta suelen ser con ideas peregrinas, como trazar una ruta de dos yardas para una cuarto down y tres yardas para recorre, lo cual desespera por completo a la afición neoyorkina.

Lo irónico es que cuando finalmente aceptó que los Giants no tienen carrera y necesitan pase, el ataque sí mejoro, generando mucho más peligro y logrando otro drive realmente poderoso, con un Eli que mostraba cosas de su mejor repertorio. El resultado aún así fue la nada gracias a que los receptores estuvieron al nivel de Lambeau Field, con fallos inaceptables para un equipo de primer nivel. Si Nueva York no entra en Playoff puede ser lo último que veamos de Ben McAdoo en el equipo y por razones obvias.

Matthew Stafford aprovechó los problemas de la secundaria de Giants debido a las lesiones para volar por encima de Eli Apple, el cual volvió a mostrar todas sus carencias. En un sensacional primer drive y tras obligar al equipo neoyorkino a vigilar la carrera, el QB mejor pagado de la liga pasó a la espalda del defensor para adelantar a los Lions con un buen Touchdown.

Eli no se dejó amilanar por esta clase de problemas y consiguió manejar una ofensiva rápida para igualar el encuentro nada más iniciarse el segundo cuarto, conectando muy bien con su nuevo TE, Ingram. Un espectacular strip sack de Jason Pierre Paul pareció dar esperanzas a los Giants, pero la siguiente jugada fue una intercepción a Eli Manning que dejó el balón en la red zone de los Giants. Los Lions no desaprovecharon este error garrafal y anotaron otro TD gracias a la siempre eficiente conexión entre Stafford y Ebron.

Las OL empiezan a desaparecer

A partir de ahí hasta el descanso los dos QB tuvieron que sufrir lo peor de sus equipos, la línea ofensiva. Mientras que Eli recibía sacks como si fuesen churros, Stafford tenía que ver como Greg Robinson se cargaba la mitad de jugadas con absurdos holdings que solo dañaban más su ya conocida reputación como alguien incapaz de evitar las penalizaciones. Aún con eso el ataque liderado por Matthew fue capaz de anotar un FG con mucha incertidumbre para poner el partido al descanso en un 17-7.

Matt Prater celebra el FG anotado tras rebotar en el palo. Fuente: Detroit Lions
Matt Prater celebra el FG anotado tras rebotar en el palo. Fuente: Detroit Lions

Con un público cada vez más enfadado con el equipo, los Giants lograron un drive casi perfecto para acabar con un holding y un delay of game en un 4 down que acabó provocando que solo subiesen tres puntos al marcador. Cuando parecía que el equipo de Nueva York podía recuperarse, un punt fue transformado en un Touchdown, dejando el marcador en 24-10 y la sensación de que el encuentro estaba más que terminado.

A pesar de que Eli Manning dio un pase espectacular el drive acabó en un cuarto drive con una ruta absurda. La defensa consiguió mantener al equipo en el partido, y Eli estuvo a la altura, pero los receptores empezaron a fallar como escopetas de feria para aún mayor cansancio de la afición, cuyas expresiones faciales ya eran de desesperanza.

Matt Stafford logró solo 121 yardas de pase pero sí consiguió dos touchdowns, además de 23 yardas en solo tres carreras. Por el otro lado Eli Manning logró conectar para 239 yardas de pase con 23 pases acertados de 39 intentos, un Touchdown y una intercepción. En cuanto al juego de carrera los Lions destrozaron a los Giants, mientras que Abdullah consiguió 86 yardas en 17 carreras, el mejor corredor de los Giants fue Vereen con 28 yardas en seis carreras, símbolo del hundimiento total del equipo.

Sin ataque Nueva York parece perdida y con 0-2 es un milagro que siquiera puedan competir por el playoff esta temporada. Mientras tanto los Lions siguen volando alto, con un Stafford dominante, el inicio de un juego de carrera más o menos positivo y una defensa que está a gran nivel. Si consiguen mantener a la secundaria sana, estamos hablando de un serio aspirante a la NFC North.

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