Cuando empezó la temporada parecía que los Giants iban a seguir siendo el equipo contendiente por el anillo mientras que los Jets iban a ser una mera comparsa, pero después de tres jornadas parece evidente que este año no va a ser el de ninguno de los dos equipos. Los Jets han logrado una sorpresiva victoria con los Dolphins mientras que los Giants siguen sin una victoria, logrando el equipo verde ponerse por primera vez por delante desde la última jornada de 2015.

Los New York Giants han empezado con un 0-3, algo que prácticamente imposibilita entrar en playoff, pero el problema va más allá del récord. El equipo ha dado señales de estar derrotado y acabando un ciclo glorioso gracias a la incompetencia desde el banquillo. Mientras que con Tom Coughlin y a pesar de su horrendo último año se veía a unos Giants que siempre salían a por todas, este año se ha visto a un equipo plano y que en muchas ocasiones parece indolente.

Es evidente que no se puede esperar el mismo carácter que tenía aquel equipo pero es increíble ver el cambio del año pasado a este. Se ha pasado de un equipo competitivo, complicado de ganar y con muchas bazas a ganar la NFC a una especie de Buffalo Bills en la que el talento se presupone y sobre el papel existe pero no así sobre el campo, donde en ataque lo único que se ve es desesperanza.

La defensa de Spagnuolo sigue siendo de las mejores de toda la liga, dura para la carrera y agresiva en el pase, es una de las pocas cosas que aguanta en Nueva York desde la marcha del constructor de las dos Superbowls. Normalmente con una defensa así, los Giants tendrían una opción de remontar este horrendo inicio pero es imposible que una defensa aguante el ritmo duplicando el tiempo que está el ataque sobre el campo.

Todos los quebraderos de Giants vienen por donde se supone que McAdoo es un genio, el aspecto ofensivo. La línea ofensiva es digna de los mejores momentos de esta temporada de los Seattle Seahawks, un chiste que se cuenta solo, ni protegen el pase ni consiguen abrir huecos para la carrera. La sola presencia de Ereck Flowers ya debería provocar una sonrisa en la línea rival, es incapaz de bloquear nada en una actuación solo comparable al año pasado de T.J. Clemmings.

Detrás de esa línea no puede crecer nada y es el principal problema del juego de carrera. Darkwa parece que puede ser un buen corredor, al menos se le ven maneras para ello, pero cuando le llega el balón se encuentra rodeado de cuatro o cinco jugadores dispuestos a placarle debido a que su protección ya ha colapsado por completo.

El juego de pase por otro lado tiene a uno de los cinco mejores receptores de la NFL, Beckham, y a un QB que ha demostrado que cuando quiere es muy bueno, Eli Manning. Beckham se perdió el primer partido y los Giants fueron incapaces de ser operativos en ataque, con Manning llevándose golpes de forma constante y un par de drops inaceptables por parte de los receptores.

Pero la vuelta de Odell tampoco mejoró la capacidad de pase de los Giants, deben soltar el balón con uno o dos segundos y sin ser capaces de hacer una sola jugada profunda. La cosa no mejora además cuando tu entrenador se lanza a por el QB en lo que parece la idea de la franquicia, tratar de provocar la retirada de Eli Manning para poder poner como titular al QB drafteado este año, Davis Webb. El problema con Webb es que según todos los analistas y la propia gerencia cuando lo firmaron actualmente está muy verde para ser titular en la NFL.

Pero si alguien ha sido culpable para el público del MetLife Stadium es el propio Ben McAdoo. Su playbook ofensivo ha provocado burlas debido a su simpleza y a su incapacidad para adaptarse a lo que el equipo necesita en cada momento. En el enfrentamiento ante los Detroit Lions la afición acabó silbando al head coach harta de carreras que no iban hacia ningún lado y sin dejar a Eli soltar el brazo en ningún momento.

Es muy complicado esperar que el peor equipo de la liga, los New York Jets, vayan a hacer mejor temporada que los Giants, pero ya van tres semanas de Liga y ahora mismo los Giants parecen incapaces de ganar un partido divisional mientras que los Jets tienen una división muchísimo más sencilla para conseguir victorias. Sería increíble que el equipo que pelea por el número 1 del draft superase a un equipo de PO en la pelea por el dominio de Nueva York pero es algo que de momento no se puede descartar.

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