Tres derrotas consecutivas. Cada vez más abajo en los Power Rankings para alcanzar los playoffs. Encuadrado en la división más difícil de todas. Su quarterback, una de las estrellas de la liga y con una lesión importante, estará mermado durante unas cuantas semanas (y eso si puede jugar). Sumémosle uno de los calendarios más duros de la competición (Chargers, Chiefs, Bills, Dolphins, Patriots, Broncos, Giants, Chiefs de nuevo, Cowboys, Eagles y Chargers de nuevo para cerrar). Éste es el difícil panorama que afrontan los Oakland Raiders la presente temporada. El equipo de Jack del Rio ha pasado de ser uno de los grandes favoritos para llegar a la Superbowl a estar en serias dificultades para, ni siquiera, conseguir alcanzar la postseason. Y una de las causas principales es la poca productividad de los Raiders en ataque, especialmente en estos tres partidos saldados con derrota.

Un quarterback mermado

Empecemos con Derek Carr. Tras sufrir una lesión en su espalda en el partido contra los Broncos, la posición de quarterback la ha asumido el suplente E.J. Manuel. Carr llevó a su equipo a ganar los dos primeros partidos convenciendo (cinco touchdowns, ninguna intercepción, y una media de un 75% de pases completados). Luego vino el desastre en Washington y el partido de la lesión contra Denver. Observando estas cuatro jornadas en las que Carr ha estado presente, obtenemos unos resultados diferentes. Según el portal Pro Football Focus (PFF), hasta su lesión, Carr se situaba en el número 20 en las cualificaciones de quarterbacks, sobre todo porque su passer rating cuando está bajo presión es muy bajo. Además, rinde bien en pases cortos, pero cuando sus lanzamientos viajan a distancias intermedias o largas, los porcentajes muestran las dificultades que estaba teniendo. Ante Washington, solo lanzó para 118 yardas y cometió dos intercepciones. Frente a Denver, antes de la lesión, Carr tampoco estaba brillando.

La responsabilidad de la línea ofensiva

¿Gran parte de todo ello es culpa de la línea ofensiva? Es verdad que en los últimos partidos, tanto Carr como E.J. Manuel han tenido dificultades ante el blitz. Y es verdad que Oakland ha concedido ya un total de 10 sacks. Además, uno de los principales jugadores de esta línea, Donald Penn, ha sido noticia por tener una pelea con unos aficionados a la salida del estadio tras la derrota con Baltimore. Pero aun así, PFF dice que hasta el momento es la tercera mejor línea ofensiva de la liga en jugadas de pase. Y eso es así porque aparte de los 10 sacks, apenas ha concedido presiones o golpes al quarterback por parte de los defensores. Solo por poner un ejemplo, el centre Rodney Hudson ha estado perfecto: no ha permitido ni una presión al Carr o a E.J. Manuel. Eso sí, recordemos que la lesión de Carr vino con un sack, y por lo tanto, parte de la responsabilidad de dicho contratiempo lo podríamos atribuir a la línea ofensiva.

Dificultades para coger un balón

Amari Cooper: 118 yardas en 13 recepciones y un touchdown. Son números que no suenan nada mal… si no fuera porque son los totales de Cooper en las cinco primeras jornadas. Solamente ha cogido cuatro recepciones (23 yardas) en las tres derrotas consecutivas, siendo prácticamente un objetivo no utilizado de los pasadores. Y sobre todo, destaca en los pases que ha dejado caer de sus manos (drops). Lidera la liga en esa estadística con siete. Sin ninguna duda, los Raiders necesitan de vuelta a este receptor dos veces Pro Bowl.

Por contra, Michael Crabtree, sin ser el más brillante de la liga, ha rendido bastante mejor que Cooper. Se perdió por lesión el partido contra los Broncos. En el resto, a excepción de la pobre actuación conjunta en Washington, Crabtree está por encima de las 80 yardas de recepción de media, totalizando cuatro touchdowns.

Finalmente, Jared Cook, el tight end fichado este año, tampoco tiene unos grandes números. En el último partido, cometió un fumble que fue retornado para touchdown. El resto de receptores y tight ends no han lucido tampoco cifras destacadas.

El retorno de Marshawn Lynch

El juego de carrera tampoco ha brillado, y eso que Oakland llamó la atención en el mercado de fichajes trayendo de vuelta a la competición a Lynch. Pero Lynch ocupa el puesto 25 entre el ranking de corredores hecho por PFF. En este caso, la línea ofensiva también tiene parte de la responsabilidad, pero de Lynch siempre se espera más. Aun así, y aunque ante los Ravens no obtuvo grandes estadísticas (43 yardas de carrera), 28 fueron tras contacto. Lynch, pues, hizo de Lynch. Ahora ya solo faltan las yardas.

Una ofensiva poco ofensiva

Todo esto converge hacia un ataque que ha dado mucho menos de lo que se podía esperar. Los Raiders anotan poco más de 21 puntos por partido, ocupando la posición número 16 en este ranking, y tan solo son capaces de avanzar 279 yardas por encuentro (los antepenúltimos de la liga). Oakland ha tenido enormes dificultades para convertir terceros downs, y ello se ha traducido en poca consistencia en ataque: es el conjunto con menos snaps por partido. El entrenador de la escuadra californiana, Jack Del Rio, ha sido criticado por la toma de algunas decisiones, como haber optado (en la jornada 5) por chutar un punt en “4th & 3” en la yarda 44 de los Ravens cuando el equipo perdía de 10 y restaban menos de nueve minutos para el final. Una toma que sorprendió especialmente porque si en una cosa ha destacado en las últimas temporadas Del Rio es por su atrevimiento en los momentos complicados.

Como se ve, son muchos los factores que explican porque los Raiders están como están en ataque. Pero a pesar de que el camino que les espera va a ser duro, Carr va a volver pronto. Mermado o no, Carr es Carr. Lynch mostró algunos destellos en el último encuentro que hacen pensar que irá a más. Crabtree está a un nivel más que aceptable y aún puede mostrar más su potencial. Y si la extraordinaria línea ofensiva puede dar un punto más (especialmente reducir el número de sacks para que la afición de Oakland no tenga que rezar por Carr) y Cooper deja de cometer drops, el ataque de los Raiders solo puede ir a mejor. Y todos sabemos de qué son capaces.