La posición de quarterback sufre mucho con los golpes de los rivales pero el mayor problema es la colocación para el lanzamiento. En situaciones de presión el QB no puede colocarse bien teniendo que forzar la espalda para lanzar, lo cual provoca graves problemas de estrés en la zona lumbar. Esta presión desemboca en que un golpe pueda provocar una lesión de larga duración o incluso en algunos casos la retirada.

Ahora mismo es Derek Carr quién está sufriendo de este tipo de lesión debido a un placaje en el cual su parte baja colisiona con la rodilla del hombre que le placa de forma involuntaria. A pesar de que no se sabe si está recuperado al cien por cien esta semana volverá a jugar frente a los Chargers según ha informado el propio entrenador de los Raiders, Jack Del Río.

Pero a pesar de las aparentes buenas noticias con Carr, esta clase de lesiones dejan una marca más que demostrada en los jugadores que la sufren. Antes de hablar del caso más paradigmático de esta lesión, Tony Romo, cabe destacar el caso de Cam Newton, el cual tuvo que perderse la antepenúltima jornada de la temporada 2014 debido a una lesión en esta zona tan delicada del cuerpo. Estas molestias en la espalda le impidieron dar su mejor nivel en los Playoffs de esa temporada, provocando además mayor incomodidad en el pocket, acrecentada actualmente por sus lesiones de hombro.

Pero si alguien se lleva la palma es el antiguo QB de los Cowboys, Tony Romo. Tras ser considerado uno de los mejores jugadores sin draftear de la historia de la liga sus lesiones le obligaron primero a perder el puesto ante Dak Prescott y luego a su prematura retirada. Las bromas sobre la facilidad para lesionarse del QB vienen por una operación de espalda en 2013, a partir de ese momento su carrera dio un vuelco completo.

En abril de 2013 los dolores le hicieron operarse para poder jugar con comodidad, pero antes de que acabase el año, en diciembre de 2013, sufrió una hernia de disco que le hizo perderse un partido. Al año siguiente volvió a fracturarse la espalda a pesar de lo cual solo se perdió un encuentro pero con evidentes signos de dolor y sufrimiento que perjudicaron a su juego. En 2016 en la pretemporada frente a los Seahawks una jugada muy extraña provocó que se aplastase una vértebra, acabando con su temporada al darle la titularidad a Prescott y con su carrera, debido a que el jugador ya no quería arriesgar más a un mal golpe.

El caso de Carr no tiene porqué ser similar, pero la lesión que ha sufrido es exactamente la misma que persiguió a Romo en 2014, y al igual que el veterano QB solo se ha perdido un partido de la temporada. Aunque parezcan lesiones menores la espalda y la seguridad que provocan en un jugador del nivel de Derek puede ser la diferencia entre una temporada mediocre y una temporada de Playoff. Habrá que ver como siguen los Raiders y como protegen a su jugador franquicia pero por desgracia ahora mismo Derek Carr está a un golpe de poder perderse la temporada o más.

Como siempre en estos casos lo mejor es esperar a que el jugador diga cómo se siente y observar su posición en el pocket frente a los Chargers, pero en estas lesiones es mejor no arriesgar. La otra opción es que le ocurra como a Sam Bradford con su lesión de rodilla frente a los Bears, la cual solo se ha agravado debido a arriesgar en exceso. Carr es clave para los Raiders y precisamente por eso hay que tener mucho cuidado en que vuelva perfectamente para evitar acortar su carrera.