Con la elección de Deshaun Watson en el número 12 del draft, pagando además dos primeras rondas a los Cleveland Browns para subir a por él, muchos dudaron de si habían acertado (se decía que no estaba preparado para dar el salto al football profesional). Incluso se planteó la posibilidad de que fuera suplente todo el año. Y en efecto, así fue: el primer partido de la temporada lo empezó Tom Savage. Pero el inicio del veterano quarterback fue tan malo que en la segunda parte le sustituyó Watson.

El resultado de ese partido fue horroroso para los Texans, pero el rookie anotó su primer touchdown y demostró que debía ser él quien moviera las cadenas.

Cinco semanas después, Watson es líder en pases de anotación y una de las sensaciones entre los novatos.

Su éxito se basa en un ataque con un playbook adaptado en el que número 4 de los Texans se siente cómodo. El juego de carrera le ayuda mucho, pues entre Lamar Miller y D’Onta Foreman suman casi 500 yardas por tierra, lo que le libera en muchos lances del juego. A esto se le suma la capacidad de Watson de ganar yardas corriendo, bien cuando colapsa el pocket, bien con jugadas diseñadas para sacar jugo a su velocidad. Es tan evidente la adaptación del libro de jugadas de los Texans al estilo del novato que incluso han añadido la read zone option, un tipo de jugada muy visto en las spread offense de la NCAA pero muy poco utilizada en la NFL.

Los Texans por fin tienen juego aéreo

Hacía ya tiempo que en Houston no se veía a alguien mover así de bien las cadenas. Watson se apoya muy bien en las rutas medias de sus tight ends Ryan Griffin y Stephen Anderson, y utiliza con maestría a su mejor receptor, DeAndre Hopkins, convirtiéndole además en un arma peligrosísisma en la end zone (con 6 recepciones para touchdown es líder de la NFL en esta estadística). No obstante, también es capaz de encontrar a otros receptores como Will Fuller y Bruce Ellington en rutas profundas, y ha anotado conectando con hasta seis receptores distintos. Los 74 primeros downs conseguidos por aire en seis partidos dan fe de la mejora que Watson ha provocado en esta ofensiva.

Los Browns no se fiaron de él

Con Deshaun Watson cayendo hasta la duodécima posición, pick que poseían los de Cleveland, se pensó que podrían escogerle. Sin embargo, continuaron con su política de acumular rondas del draft y traspasaron su elección a los Texans. Ahora, irónicamente, ese quarterback está a un nivel increíble en los propios Texans y es quien más touchdowns ha lanzado de toda la liga mientras que los Browns ya han mandado al banquillo a DeShone Kizer y colocado en su lugar a Kevin Hogan, haciendo fehaciente la desesperación de Hue Jackson con la posición de quarterback (puede que le quede poco tiempo en el banquillo del FirstEnergy Stadium). Quizá la situación venga provocada porque Kizer fuera lanzado al campo con un playbook mucho más complejo que el de Watson con los Texans. O porque Kizer es peor jugador que Deshaun Watson.

Pero eso de momento ni se sabe ni se puede adivinar, es demasiado pronto para ese tipo de valoraciones. Pero lo que sí es seguro, es que los Browns han vuelto a dejar pasar en el draft a un buen jugador.

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