La NFL esta presentando últimamente algunas escenas de violencia que no benefician en nada la buena imagen de este deporte.

Estas escenas, como la vista con A.J.Green o Mike Evans, suelen ser algo más atípico de lo que uno piensa a pesar de la agresividad con la que se juegan los partidos. Esto se debía en gran parte a las políticas sancionadoras del comisionado de la NFL.

Pero estas secuencias se repiten y se producen cada vez de manera mas habitual. ¿La culpa? La pérdida de autoridad por parte de la liga y la permisividad de los entrenadores.

La NFL como plataforma

La liga no es sólo una organización muy lucrativa sino que también, gracias su imagen global, una plataforma para muchos deportistas. Crutial Catch, Salute to Service, Cancer Awareness Month y muchas otras campañas han gozado de voz gracias a la NFL. Pero como todo, también tiene un efecto negativo y es que a parte de poder proyectar una buena imagen también es capaz de magnificar como una lupa cualquier mal acto.

Si bien Roger Goodell ha extendido su contrato por su capacidad para exportar la NFL, el comisionado también tiene muchos detractores por la mala imagen que ha sufrido los últimos años. El asunto Ray Rice, el deflagate y la caza de brujas a Tom Brady y más recientemente, el caso de Ezekiel Elliot y su caso de violencia doméstica no han favorecido nada a la imagen de la NFL.

No se trata de si Elliot es o no culpable, pero el sistema de penalización y sanciones de la NFL debe ser más estricto para evitar que estos casos se extiendan en el tiempo y acaben agotando a la población. Se trata de mantener la importancia de lo que ocurre en el campo, no fuera de este.

Más sanciones menos violencia

La pelea entre A.J. Green y Jalen Ramsey ha sido una de las más duras que se recuerdan, el uso de puñetazos le ha dado un toque más violento que va mas allá de los empujones que solemos ver durante los partidos. La culpa, además recae casi en toda su totalidad en la súper estrella de los cincinati. Por su parte, el conflicto entre el duo Jameis Winston y Mike Evans ante Marshon Lattimore de los Saints también ha dado mucho que hablar. Con la culpa, en su totalidad, recae en el quarterback de los tampa que, a pesar de su lesión, no le faltó tiempo para mostrar su inmadurez y Mike Evans cuyo sentido de la protección esta un poco en desintonía le llevó a empujar al defensa de Nueva Orleans.

Sin embargo, la liga no ha sancionado a todos los implicados, suspendiendo tan solo a Mike Evans con un partido. Lo que deja un poco expuesta la permisividad del comisionado frente a estas situaciones.

Además, si bien esta situación no ayuda nada a la liga, mucho menos las respuestas de los entrenadores y general managers están ayudando a atenuar el carácter de sus jugadores. Los entrenadores se juegan mucho (su puesto principalmente) por lo que dependen en gran medida de sus jugadores. ¿Que ocurre si, por ejemplo A.J.Green no presenta buena conducta? Pues lamentablemente nada, ya que cada partido cuenta y los entrenadores no pueden permitirse castigar con un partido de sanción a sus jugadores estrella porque saben que en estos reside su puesto de trabajo.

Una situación que no favorece en nada a la imagen de la NFL que ofrece tanto a los espectadores y da tanto espectáculo. Tan solo es cuestión de tiempo para ver cómo afronta el comisionado el siguiente acto de violencia que, muy a pesar, es cada vez mucho más frecuente de ver.