Ezekiel Elliott ha desistido. Tras meses de lucha intentando demostrar que no merecía la sanción de seis partidos que la NFL le había impuesto por un supuesto caso de violencia doméstica, el corredor ha decidido retirar la apelación y de esta forma, aceptar el castigo de la liga. Consecuentemente, no volveremos a Elliot correr sobre el terreno de juego hasta el 24 de diciembre ante los Seahawks. Es decir, la penúltima jornada.

Un culebrón de más de un año

El calvario del corredor de los Cowboys se remonta al verano de 2016, cuando una exnovia le denunció por violencia doméstica en Ohio. Aunque las autoridades decidieron no condenar a Elliot, la NFL emprendió una investigación propia que duró un año. Finalmente, y a diferencia del proceso judicial, la liga le consideró culpable de los hechos que se le acusaban. La sanción que la NFL creyó justa fueron seis partidos.

Siempre defendiendo su inocencia, Elliott ya recurrió hace unas semanas dicha sanción. Cuando todo indicaba que hace cosa de un mes la iba a tener que cumplir, el mencionado recurso le funcionó para dejar en el aire la suspensión. Se alargaba el culebrón y Elliott hacía oídos sordos cuando le aconsejaban que era mejor aceptar el castigo cuanto antes y olvidarse de la historia cuanto antes. Finalmente, ahora ha decidido terminar con el caso y resignarse a cumplir la sanción.

Ya se nota su ausencia

El fin de semana pasado, de hecho, ya cumplió su primer partido sin jugar. Su equipo le echó de menos y los Cowboys cayeron claramente ante los Falcons. Dallas no lo tendrá fácil para alcanzar los play-off este año. Con un registro de 5-4 y encuadrado en la misma división que los imparables Eagles, deberán afrontar sin su corredor de segundo año el tramo final de temporada regular para conseguir la plaza de wildcard. Los rivales de los Cowboys durante el período en el que no estará Elliot serán los Eagles, Chargers, Redskins, Giants y Raiders.

Tras una espectacular temporada debut, Elliot había acumulado ya 783 yardas en 191 carreras y siete touchdowns. Para suplirlo, Jason Garrett tendrá que tirar de sus corredores suplentes, sobre todo de Alfred Morris