Los duelos divisionales suelen ser encuentros duros. Los equipos se conocen y se tienen ganas, y por muy favorito que parezca uno de los dos, siempre hay que bajar al barro a pelearlos. Los New England Patriots sufrieron más de lo esperado para deshacerse de los Miami Dolphins, en gran parte por errores propios que dieron vida a los visitantes.

Los Patriots comenzaron como un tiro, anotando catorce puntos en el primer cuarto mediante Gronkowski y Rex Burkhead. Entonces, con el balón en su poder, un mal snap del center Ted Karras —en sustitución del habitual David Andrews— provocó que la defensa de Miami recuperase el balón y anotase directamente. En las subsiguientes secuencias tanto una intercepción de los Dolphins tras un mal balón de Brady como una serie de penalizaciones contra la defensa local mantuvieron en el partido a los de Florida, que sin embargo no fueron capaces de sacar más de tres puntos del caos.

Al descanso el marcador era de 17-10 a favor de los locales. Fueron los propios Patriots los que recibieron las peores noticias en el partido, con Nate Ebner, Trey Flowers, Marquise Flowers, La'Adrian Waddle, Trevor Riley y Kyle Van Noy abandonando el emparrillado con diversas lesiones. Aún así en la segunda parte consiguieron imponerse y tanto el juego de carrera —Dion Lewis se apuntó 112 yardas en 15 carreras— como la defensa —dos intercepciones y siete sacks— mantuvieron a raya al rival.

El partido de Brady, a pesar de ser estadísticamente bueno, estuvo repleto de altibajos. Las bajas en la línea ofensiva provocaron que el pasador recibiese más presión de la habitual. Los golpes se acumulaban y los pases no eran del todo precisos. Aún con todo lanzó cuatro pases de touchdown —dos a Gronk. uno a Burkhead y otro a Cooks— y completó 18 pases de 28 intentados para 227 yardas, además de la previamente mencionada intercepción. Matt Moore no tuvo su tarde y completó 23 de 35 para unas escasas 215 yardas, una anotación y dos pases interceptados. El partido se zanjó con un marcador final de 35-17.

Los Patriots (9-2) se mantienen en la carrera por el seed #1 de la AFC mientras que los Dolphins (4-7) se hunden en tierra de nadie. Ambos conjuntos se las verán de nuevo en dos semanas, esta vez en el Hard Rock Stadium de Miami, donde los pupilos de Adam Gase querrán devolverle el golpe a los vigentes campeones y complicarles un poco el panorama de postemporada. Los rivales divisionales no dejan pasar ni una.