Cuando Case Keenum empezó el año aún estaba en la plantilla de Los Ángeles Rams sabiendo que Jared Goff le había quitado de forma definitiva el puesto de titular y que contaba entre poco y nada en los planes de Sean McVay. Sus últimos partidos de titular con Jeff Fisher tampoco eran muy ilusionantes, propios de un jugador mediocre y con unos números que, si bien no eran malos malos (nivel Tim Tebow), tampoco valían para ser titular en ningún lado.

El jugador tenía muchos récords en la Universidad de Houston que aún siguen vigentes, pero eso no sirve de absolutamente nada en la NFL por lo que tuvo que aceptar un contrato casi por el mínimo. Dos millones y un solo año de contrato con los Minnesota Vikings, calentando banquillo detrás de Sam Bradford a la espera de que Bridgewater se recuperase a mitad de año y por tanto fuese cortado.

Hay algo que no se debe olvidar, Case Keenum mide un metro ochenta, lo cual es la demostración casi fehaciente de que un QB va a ser minusvalorado constantemente, lo cual le pasó a Drew Brees durante los primeros años de carrera hasta llegar a los New Orleans Saints. Con esto y con la sensación de que Sam Bradford podía tener el año de su vida, Keenum llegaba a una nueva ciudad, a un sitio opuesto del calor de Los Ángeles y Houston donde había pasado toda su vida.

Pero Case no falló en pretemporada, jugando al más puro estilo Favre para no perder su puesto de QB2 con un jugador no drafteado como Sloter. La temporada arrancó con un extraordinario Sam Bradford que dirigió con facilidad al ataque en una brillante victoria frente a los New Orleans Saints. Pero cuando Minnesota empezaba a soñar, Bradford sufrió una misteriosa lesión de rodilla que obligó a Keenum a debutar en Pittsburgh como jugador morado, solo para recibir una masacre de golpes y ver como se perdía el partido.

Sam Bradford se dispone a recibir el snap con Keenum al fondo. Fuente: Minnesota Vikings
Sam Bradford se dispone a recibir el snap con Keenum al fondo. Fuente: Minnesota Vikings

La sensación era que una vez más la temporada se había acabado con la lesión de Sam Bradford pero el partido frente a los Buccaneers volvió a dar ánimos al equipo gracias a un gran trabajo de un Keenum totalmente desatado ante su víctima favorita. El siguiente partido frente a los Lions acabó en derrota y con la lesión de Cook, el RB estrella de la temporada. Ahora sí que definitivamente la temporada acababa para los Vikings.

Case nunca se rinde

La decisión de Mike Zimmer de arriesgar a Sam Bradford era fruto de la más absoluta desesperación. Con 2-2 era necesario ganar sí o sí en Chicago pero Bradford no estaba ni de cerca preparado y hubo que sentarle en el descanso. Keenum salió, ganó el partido sin destacar mucho y sabiendo que al menos los siguientes dos partidos sería titular indiscutible del equipo hasta que Bridgewater saliese de la IR.

Case no desaprovechó esos partidos ganando a Packers y Ravens (aunque en este último no jugase excesivamente bien) y demostrando tener una gran química con Adam Thielen, el cual se convirtió en su receptor predilecto igual que Kyle Rudolph lo había sido de Bradford la temporada anterior. Tras un partido  bastante sencillo ante Cleveland Browns, llegó el bye y Teddy Bridgewater fue nombrado QB2 empezando los comentarios de que había que sentar a Keenum a pesar de su récord de 5-2 sin contar la victoria en Chicago.

Zimmer parecía dispuesto a apretar el gatillo en cualquier momento pero permitió a Keenum jugar contra los Redskins y dio el do de pecho. En su segundo mejor partido del año bailó durante tres cuartos en Washington para darle la victoria a su equipo y asegurarse el puesto de cara al enfrentamiento con su exequipo y decisivo para jugarse el puesto en playoff.

Ayudado por su defensa y por un juego de carrera que con McKinnon y Murray funciona, logró vengarse de su equipo, ganando a los Rams y colocando al equipo en una increíble cifra de 8-2 imposible de pensar cuando arrancó la temporada. Decidido a demostrar su valía en Acción de Gracias y a cerrar el debate de una vez por todas además de asegurarse la división, Keenum dio una actuación memorable frente a los Detroit Lions logrando un 9-2 y confirmando que la NFC North volvía a pintarse de morado.

Case Keenum se dispone a lanzar. Fuente: Minnesota Vikings
Case Keenum se dispone a lanzar. Fuente: Minnesota Vikings

Frente a Falcons en Atlanta volvió a demostrar su sorprendente confianza en sí mismo, la misma que le había faltado durante toda su carrera como profesional. La derrota frente a los Panthers también dio una lección sobre el Case compañero de equipo. Sin el puesto asegurado no culpó a sus receptores en un mal partido de los mismos ni a una línea que le dejo desprotegido, provocando que tuviese que escapar constantemente de la línea defensiva azul.

Keenum se había ganado el respeto de los aficionados de Minnesota gracias a sus actuaciones, pero se ganó el cariño de todos gracias a los últimos segundos del partido contra los Bengals. Después de otra buena actuación, Zimmer decidió sacar a Bridgewater lo cual provocó la emoción en el público local, Keenum no solo no pareció enfadado sino que fue el que se encargó de levantar los cánticos a favor de Teddy.

Case Keenum ahora mismo es el hombre que mejor representa la temporada de Minnesota, minusvalorado durante más de diez jornadas ahora todo el mundo quiere saber cuál es la metodología de las victorias. Y la respuesta es también el motivo de que ahora mismo Case sea uno de los QB de moda, creer en ti mismo y que el siguiente esté preparado para ser el titular. Él era el tercero en la fila, un jugador prácticamente desahuciado de la liga, ahora tiene la oportunidad de ser titular en el primer partido divisional desde 2009 en Minnesota.

En aquel momento Brett Favre era el QB titular en lo que era su última gran noche en la NFL. Ahora es Case quien se encuentra en la oportunidad que le fue quitada a Doug Flutie, no es el mejor de la liga, no destaca en ninguna característica pero al igual que Minnesota está dispuesto a competir hasta donde le den la oportunidad y hasta donde alcance su juego.