Hay pocos partidos tan enigmáticos en la historia de la NFL como la Super Bowl XIII. En el primer año con 16 partidos durante la temporada regular, al partido final llegaron los dos equipos que marcaron la década de los 70': los Cowboys, conocido como "America's Team", y los Steelers de Chuck Noll. Dos defensivas feroces enfrentándose. Roger Staubauch contra Terry Bradshaw, QBs que marcaron su tiempo. Con un total de 13 jugadores que luego fueron al Salón de la Fama, el final de la temporada 1978/79 dio a Pittsburgh imponiéndose sobre Dallas en un ajustado, combativo y entretenido 35-31. 

Ante casi 80 mil personas en un Orange Bowl donde no cabía un alfiler, fue un partido frenético desde el primer segundo, en donde ambas ofensivas hacían lo posible por lidiar con la enorme calidad defensiva que había en el emparrillado.  

En la primera serie ofensiva del partido, los Cowboys perdieron el control del ovoide en una jugada, que según el receptor Drew Pearson, había sido practicada muchas veces: reversible hacia el lado izquierdo, otro hacia el lado derecho para que el mismo Pearson sea quien lance el ovoide. La jugada salió horriblemente mal, y los Steelers recuperaron la pelota con muy buena posición de campo. En ese drive, seria Pittsburgh quien abriría el marcador, gracias a una gran recepción acrobática de John Stallworth.  

Los Cowboys, aprovechando una de las dos entregas de balón de Pittsburgh que tuvieron en el primer cuarto, llegarían al empate gracias a una recepción de 39 yardas de Tony Hill, en una jugada en la que los dirigidos por Chuck Noll habían mandado su clásico All-Out Blitz (ocho jugadores cargando contra el quarterback). 

En el segundo cuarto, la cuenta de turnovers se iría en contra de los Cowboys. Tres pérdidas de balón condicionarían ese segundo periodo, a pesar de que Pittsburgh tampoco sacaría una gran ventaja. Fue Dallas quien se adelantó primero con un fumble provocado a Bradshaw que fue devuelto para TD. Pero rápidamente el QB de los Steelers se redimiría primero con un pase pantalla a Stallworth, quien corrió 75 yardas hacia la anotación, y luego con una acrobática atrapada por parte del corredor Rocky Bleier que decretaría el resultado al entretiempo: 21-14 en favor de Pittsburgh. 

La segunda mitad arrancaría lenta, con un tercer cuarto que no se pareció para nada a la primera mitad. Los Steelers perdieron por el resto del partido a John Stallworth, y  fue un FG a favor de los Cowboys y el increíble pase que Jackie Smith dejó caer en la zona de anotación para Dallas. Mucho se habló después de esa jugada, sobre todo porque hubiera puesto en ventaja al equipo de Tom Landry (coach que al igual que Noll ingresó unos años después al Hall of Fame). 

En el último periodo, el partido tomaría su caratula de enigmático. Franco Harris, con un acarreo de 22 yardas, y Lynn Swann con una recepción de 18 yardas, aprovechando que Dallas había entregado el ovoide en una extraña jugada en los equipos especiales, pusieron contra las cuerdas a los Cowboys. Faltaban menos de cinco minutos para el final y los Steelers tomaban una ventaja de 35 a 17. Pero el fútbol americano tiene esa magia que lo hace tan especial, y si se enfrentan dos grandes equipos, en una situación tan especial como es la Super Bowl, cosas increíbles pueden pasar.  

Roger Staubach condujo a su equipo 89 yardas en ocho jugadas, finalizando ese drive con un TD de Billy Joe Dupree. Faltaba bastante, pero ocurrió otro milagro. Dallas recuperó el onside kick de la mano de Dennis Thurman, tras un error garrafal de los equipos especiales de Pittsburgh. Los Cowboys evitaron perder el ovoide en cuarta y 18 y llegaron al touchdown con una recepción de Butch Johnson, poniendo así el partido 35 a 31 con 0:22 por jugar. 

Finalmente, y en el último suspiro, la Super Bowl XIII quedaría para los Steelers de Pittsburgh, que solo tuvieron que quemar el tiempo que quedaba en el reloj y llevarse su tercer trofeo Vince Lombardi a casa tras recuperar el segundo onside kick intentado por los Cowboys. Terry Bradshaw fue nombrado MVP, con 17 pases completos para 318 yardas y cuatro touchdowns.

Pittsburgh ganó su tercera Super Bowl en ese 1979. Este equipo también fue nombrado como "The Team of the 70'" tras ganar el Lombardi al año siguiente por sobre los Rams. 

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Sobre el autor
Agustin Esposito
En Vavel desde 2016, siempre escribiendo de NFL. Fanático de Temperley y de cualquier deporte que involucre una pelota.