Reuben Fosterlinebacker de los San Francisco 49ers, ha sido detenido por la policía de Los Gatos, California debido a un caso de violencia doméstica el sábado. El jugador durmió en la cárcel y fue liberado el domingo por la noche. 

Es el segundo encontronazo con la justicia de Foster desde que concluyó la temporada, ya que el 13 de enero fue detenido en el estado de Alabama (estado natal y donde fue a la universidad) por posesión de marihuana. 

El linebacker, de 23 años, se enfrentará entonces a tres posibles sanciones, suspensiones, multas y posibilidad de acabar en la cárcel en los próximos meses. 

La primera, y más importante, es la de la justicia. No se conocen muchos detalles, pero la policía encontró en el lugar del altercado un rifle de asalto, lo que complicaría la defensa. 

La segunda es la de la NFL. Para ejemplificar lo que puede hacer la liga, hay que recordar dos casos: el de Ezekiell Elliott y el de Ray Rice.  

En cuanto al corredor de los Cowboys, quien fue encontrado culpable de maltratar a una mujer en el proceso previo al Draft, la NFL actuó tarde, ya que más de un año después decidió suspender al ex Buckeye por seis partidos y una multa. 

Lo de Rice fue mucho peor. Un corredor que venía en alza y que había solucionado uno de los tantos problemas de los Ravens en la ofensiva, pero con un carácter impulsivo. Tras varias denuncias de violencia realizadas por su esposa, terminó apareciendo un video en el que se ve a Rice en un hotel de Atlantic City noqueándola a golpes. 

Foster no tuvo suspensiones en su primer año en la NFL, pero si se perdió partidos por lesión. 

La tercera sanción que tendrá que afrontar es la de los propios San Francisco 49ers. Esta es una franquicia que ha sido muy contundente a la hora de aplicar sanciones con aquellos que deciden romper la ley. Específicamente hablando de violencia doméstica, no les tembló el pulso a la hora de despedir a Ray McDonald en circunstancias similares. 

Por supuesto, el caso de ambos jugadores, en lo que se refiere a su rol en el equipo es muy diferente. Foster es un novato de primera ronda en el que hay puestas enormes expectativas sobre su carrera debido a su innegable talento en el campo. Pero San Francisco sabía cuándo lo seleccionó que no es alguien con un comportamiento ideal fuera del terreno de juego. 

Ya el año pasado en el Combine previo al Draft fue mandado a casa tras diluir una muestra de un control antidopaje. 49ers fue el único equipo que quiso correr el riesgo de seleccionarlo, ya que para ellos era uno de los mejores tres jugadores del Draft. 

Foster jugó diez partidos para el equipo californiano esta temporada, finalizando el año con 72 tacleadas. Tiene material técnico, pero a este jugador le falta mucho material humano.