La temporada avanza y los Nashville Predators continúan con paso firme en su andadura por liderar la División Central y la Conferencia Oeste, lucha por la cual tanto St. Louis Blues y Anaheim Ducks (en la conferencia) también se encuentran involucrados a día de hoy.

Transcurrida más de la mitad de campaña regular, los Preds van aumentando sus respaldos entre la crítica, los cuales les empiezan a ver como claros candidatos a representar al Oeste en la mismísima final de la Stanley Cup.

Tras acabar la pasada temporada fuera de los playoffs, nadie se imaginaba un cambio de rumbo tan drástico como el dado los de Tennessee, incluido el cambio de técnico en pretemporada, siendo Barry Trotz (hasta la fecha era el único entrenador que había conocido la franquicia) sustituido por Peter Laviolette.

Pekka Rinne |Zimbio.com

Varios nombres propios resplandecen en la regeneración espectacular del equipo. Pekka Rinne vuelve jugar a un nivel de Vezina, convirtiéndose en pieza básica del sistema, además de contar con un suplente (Hutton) el cual ha rendido notablemente. En defensa Shea Weber hace gala de sus más de $10 millones anuales en nómina, liderando a la plantilla desde la capitanía y rayando a un magnífico nivel.

Forsberg lleva 45 puntos en 50 partidos

En la vanguardia, nombres como James Neal, Mike Ribeiro y Filip Forsberg están haciendo olvidar el curso pasado en términos ofensivos, en ellos Nashville era uno de los peores conjuntos en ataque. Ribeiro (el cual siempre rinde en todos los equipos en los que juega) y Forsberg (uno de los novatos más destacados de la liga) ocupan los primeros puestos en anotación del equipo, Neal aporta pero no en los números esperados. Varios secundarios más completan una plantilla sólida en todas sus facetas.

¿Es temprano para darles la categoría de favoritos al título? Sin ninguna duda, pero si entrados en la postemporada las tornas no cambian mucho, Nashville se podría colar entre los cuatro “finalistas” y soñar ilimitadamente con el campeonato. Algo que unos años atrás, con Jim Balsille intentando mover la franquicia a Hamilton, parecía inimaginable.