Todo lo que ha hecho Nashville en las dos últimas semanas ha sido ganar. Ya sea por remontada, en la prórroga o dejando la portería a cero, el equipo del entrenador Peter Laviolette está haciendo un trabajo impoluto. Y a medida que los Predators avanzan hacia los playoffs, parece que están decididos a asegurarse de que no haya dudas sobre su estatus como el principal contendiente de la Copa Stanley de la Conferencia Oeste.

En las últimas semanas, ese estado ha sido impulsado por el juego de Pekka Rinne bajo palos. Durante la actual racha ganadora de nueve encuentros de los Preds, Rinne ha conseguido un récord perfecto de 8-0-0, un porcentaje de paradas de 0.942 y dos de esos encuentros logró mantener la portería a 0, precisamente, contra oponentes divisionales como son Dallas y St. Louis. La buena racha de Rinne abarca mucho más estos 10 partidos consecutivos obteniendo la victoria Nashville. De hecho, data del 1 de enero.

En los últimos dos meses, Rinne ha sido el rey indiscutible de la portería. En 20 partidos, tiene un récord de 18-2-1, 0.934 porcentaje de paradas y cuatro porterías a 0, habiendo perdido solo uno de sus últimos 20 juegos en la liga regular. Otros, como John Gibson de los Anaheim Ducks y Antti Raanta de Arizona Coyotes, han logrado resultados desde enero, sin dudas, pero Rinne es el único guardameta que lo hace mientras enfrenta una pesada carga de trabajo, ya que es el que más pucks repele.

El buen estado de forma de Rinne, la gran retaguardia y una ofensiva a la alza, son las claves de la consolidación entre la élite de la liga Sin lugar a duda, el buen juego de Rinne ha sido ayudado desde hace tiempo por la colaboración de todo el equipo que tiene enfrente, y el impacto que el regreso del defensa Ryan Ellis tuvo en Nashville no puede pasarse por alto. De hecho, la brillantez de Rinne en los últimos 20 partidos se alinea perfectamente con el regreso de Ellis de la lesión en la rodilla que lo mantuvo fuera de acción durante los primeros 38 juegos de la campaña, y los números subyacentes de los Predators respaldan el argumento de que casi han sido una bestia completamente diferente desde que Ellis volvió a la rotación.

De ninguna manera se puede decir que Nashville fuera un equipo mediocre a niveles defensivos en la primera mitad de la campaña, pero en términos de posesión, disparo, posibilidad de gol y probabilidades de alto peligro, los de Nashville no fueron tan superiores como lo son ahora. De octubre a enero, todos los números eran algo normal, más bien malos, especialmente para un equipo proyectado para ser un aspirante serio a la Stanley Cup.

La vanguardia llega para quedarse

La guinda del pastel para los Predators es que sus líneas ofensivas, aunque quizás no tan temibles en el papel como las de Tampa Bay Lightning, Pittsburgh Penguins, Boston Bruins o incluso el rival divisional Winnipeg Jets, sigue siendo tan profunda como cualquiera en la liga. Ese éxito ofensivo se debe al hecho de que los Preds tienen ocho jugadores con al menos 15 puntos desde el comienzo del nuevo año, y el único otro combinado que puede hacer esa afirmación son los San Jose Sharks.

El líder de este equipo es Arvidsson, quien también es uno de los líderes del conjunto con 49 puntos en la temporada, pero no muy atrás hay un trío en la retaguardia muy importante: P.K. Subban, Roman Josi y Ellis. Y ahora que Ellis ha llegado a 20 puntos en el presente curso, Nashville ha tomado el liderazgo de la liga en jugadores de 20 puntos. En total, hay 21 equipos con entre 10 y 13 anotadores de 20 puntos, pero los de Nashville son el único club que tiene 14 jugadores con 20 o más puntos esta temporada. Por lo tanto, mientras que otros clubes importantes tienen una línea o un top-6 que es de temer, ninguna franquicia se ha asegurado de que cada una de sus líneas debe respetarse al igual que Nashville.

Y dada la profundidad de la ofensiva, el buen hacer de Rinne en la portería y cómo el regreso de Ellis ha influido en la obra de los Predators, no es difícil considerar a Nashville como el mejor del Oeste, ya que prevén un viaje de regreso a la final de la Stanley Cup, como hicieran ya la campaña pasada.