El nuevo estadio de los Red Wings ya tiene nombre y no es otro que la tercera franquicia de pizzas de Estados Unidos: Little Caesars, originaria de Detroit. Además los edificios centrales de la cadena están en la misma ciudad de Detroit. El contrato es de 125 millones en 20 años lo que equivale a 6,25 millones por temporada. Este desembolso supone un quinto del coste total del estadio, un importante ahorro para las arcas. Con esta venta del nombre del estadio el único pabellón de la NHL sin nombre corporativo será el Madison Square Garden de Nueva York. Además la condición de estadio más antiguo de la liga pasará al estadio de los Calgary Flames: el Scotiabank Saddledome.

El nuevo pabellón sustituirá el mítico Joe Luis Arena a partir de la temporada 2017-2018. Tendrá una capacidad de 20000 espectadores, una muy similar a la que tenía su antiguo pabellón. Se alejará del rivera del río Detroit y se adentrá 5 kilometros más al interior. Al lado del estadio se encontrará el Fox Theater, el estadio de los Detroit White Sox (MLB): el Comerica Park y el estadio de los Detroit Lions (NFL): el Ford Field.

Este nuevo estadio generará dos mil millones de dólares de impacto económico, 12500 trabajos relacionados con la construcción y 1100 empleos fijos, según cifras de los propios Detroit Red Wings. Little Caesars por su parte a proporcionando una cifra de beneficio económico que ronda los 100 millones de dólares además de una excelente campaña de mercadotecnia a nivel mundial. Además en una nota de prensa, haciendo uso de la responsabilidad social corporativa, ratificando su actuación y la compra con el fin no solo de mercado sino de apoyo a una de las grandes insignias de la ciudad de Detroit como son los Red Wings.

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Sobre el autor
Adrian Cobo Garcia
Amante del deporte. Periodismo (UMA)