Tras unos últimos años en los que la asistencia en Ottawa iba decayendo, ha sido esta campaña 2016-17 la que parece haber tocado fondo. En el encuentro frente a los Coyotes el Canadian Tire Centre presentó su mínimo histórico desde que se trasladó al nuevo estadio en la temporada 1995-96. No obstante, la baja afluencia de público se dio, paradójicamente, tras haber ganado sus primeros tres choques en casa, hecho que no sucedía desde hace nueve años. A pesar de los datos negativos y la clara preocupación en el entorno de Ottawa el equipo no ha querido pronunciarse al respecto y ha decidido mantenerse, de momento, al margen. Es seguro que la franquicia estará estudiando un cambio en su gestión para provocar una mayor afluencia en sus gradas, ya sea con un descenso en el precio de las entradas o con una proyección diferente en su comercialidad.

La franquicia de Ontario fue fundada en 1990. En sus más de veinte años de historia los Senators solo han podido alcanzar una final por la Stanley Cup, en el 2007 frente a los Anaheim Ducks. Desde ese año, los Senators han sumado un fracaso tras otro, logrando ganar una única serie y perdiéndose en cuatro ocasiones los playoffs. Su inconsistencia durante estos últimos seis años hace imposible denotar una dirección para el equipo, el cual ha perdido totalmente el rumbo. Esto, unido a una discutible gestión y a una poco ilusionante visión de futuro les han hecho perder el favor del público. Unos datos preocupantes para un equipo que despertó entusiasmo durante sus primeros años en la National Hockey League. Es evidente que Ottawa necesita un referente o un revulsivo para que sus aficionados vuelvan a creer y acudan nuevamente a ver a su equipo. 

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Gaizka Mata Vila
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