De nuevo reinaba un ambiente eléctrico y cargado en Nashville para la disputa del cuarto choque de la final de la Stanley Cup 2017 entre los Pittsburgh Penguins y los Nashville Predators, la cuál estaba temporalmente del lado de los Pens.

Con el himno y la espectacular presentación, todo estaba dispuesto para empezar el partido. Sin muchos minutos jugados se veía desde el primer momento que los Penguins parecían mucho mejor plantados en el hielo que en los anteriores encuentros, donde claramente fueron superiores los Predators a nivel global, no así en los resultados. Aunque serían los locales los que primero golpearían de la mano de Calle Jarnkrok, rápidamente los de Pensilvannia empataría a uno gracias a una buena acción culminada por su capitán, Sidney Crosby. Sin más movimientos en el marcador finalizaba el primer tercio.

En la reanudación, poco a poco los de Tennessee empezarían a hacerse con el control, aunque menos evidente que en los anteriores choques. En una acción muy rápida, Frederick Gaudreau marcaría el segundo gol de Nashville sin que los árbitros se dieran cuenta a la primera, llegando una 'llamada' desde Toronto (cuartel general de la liga) para avisar de dicho tanto. Unos minutos más tarde, Viktor Arvidsson culminaría de forma positiva un disparo que nada podría hacer Matt Murray, dejando el tres a uno en el luminoso. Los visitantes intentarían reducir la desventaja pero un inmenso Pekka Rinne evitaba todas las ocasiones de peligro que le llegaban. Final de los segundos veinte minutos con una clara ventaja para los Preds.

Ya en el tercer acto, el match volvería al terreno de la paridad, con Pittsburgh volcado en ataque pero siendo los Preds muy peligrosos en cada acción de ataque. Ambos guardametas rendían excelentemente, con Murray jugando de nuevo muy bien tras un periodo anterior muy dubitativo. La oportunidad más clara para los Pens sería un disco al poste de la portería local pero sería Nashville el que volvería a marcar, esta vez a puerta vacía mediante Filip Forsberg. El partido terminaría del lado de los Predators por cuatro a uno, igualando la serie a dos triunfos a la espera de jugar el próximo jueves el quinto en la ciudad del acero.

Encuentro marcado por los detalles, con una mayor eficacia de cara al gol por parte de Nashville y una mejor actuación bajo los tubos de Rinne, por lo demás, el choque más igualado de toda la serie final. Destacar la poca destreza de ambos conjuntos en superioridad numérica, tras cinco ocasiones desperdiciadas por los dos equipos.

En definitiva, los Predators dejan un gran sabor de boca tras ver como recobran todas las opciones de ser campeones mientras que Pittsburgh puede al fin abandonar Nashville, donde se han encontrado un ambiente espectacular pero muy adverso, necesitando regresar al PPG Paints Arena para recobrar sensaciones perdidas.

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