"No vamos a amenazar con irnos, simplemente nos iremos"

Así de directo se mostraba Brian Burke en un almuerzo empresarial en el Canadian Club de Calgary el pasado miércoles, al hablar sobre el estancamiento de la construcción de un nuevo pabellón para los Flames.

Obviamente el tono del mensaje era lo bastante incendiario como para que la noticia recorriera toda la ciudad en un instante, provocando respuestas a la misma. La primera, incluso llegaría desde el mismo club por parte de Ken King, presidente y consejero delegado que puntualizó que Burke no es portavoz autorizado del club en temas que respectan a la construcción del nuevo pabellón, y que por parte de los Flames siguen trabajando junto a las autoridades locales en vista a una solución.

Scotiabank Saddledome. Foto: Oficina de turismo de Calgary

Con el cierre esta temporada que termina del Joe Louis Arena de Detroit, el Scotiabank Saddledome, que se construyó en 1.983 de cara a los juegos olímpicos de invierno de 1.988, se convierte en el pabellón más antiguo entre todos los que alojan a equipos de la NHL, 34 años de vida que lo han dejado obsoleto y lejos de las capacidades de comodidad, seguridad y capacidad de generar ingresos que se requiere hoy día.

Un proyecto liderado por el consorcio CalgaryNEXT ya se frustró porque los terrenos para el mismo estaban contaminados con creosota, más un costo de 1,800 millones de dólares canadienses (unos 1,185 millones de euros), de los que dos tercios deberían ser financiados con dinero público.

Tras esto hay otro proyecto en estudio en la zona de la ciudad conocida como Victoria Park. Ahora el principal escollo es la financiación del proyecto, ya que Brian Burke apela a la revitalización del centro de la ciudad que produciría el nuevo pabellón más el impacto económico sobre la ciudad que produce la presencia del equipo en la NHL, para justificar la aportación de dinero público a la construcción de la nueva casa de los Flames.

Respuesta contundente del alcalde de Calgary

Naheed Nenshi, alcalde de Calgary. Foto. Wikipedia

Argumento que no termina de convencer al alcalde de la ciudad Naheed Nenshi, y es que este afirma que el "99.999997 por ciento" de las llamadas y mails que se reciben en su oficina, son para que no se invierta ni un solo dólar en un pabellón para los Flames. Y frente a los que afirman que debe dar un paso adelante como la ciudad de Edmonton y financiar la construcción, ha respondido que la situación de Calgary no es la misma, ya que el pabellón de Edmonton revitalizaba una zona de la ciudad que estaba deprimida.

Frente a posibles amenazas en el proceso negociador, avisa de que no todas las bazas están de parte de los Flames, Rogers la empresa multimedia y gran patrocinador del equipo, no vería con mucho agrado que se moviera el equipo del oeste de Canadá, y ante los cantos de sirena desde Quebec y su Videotron Centre huérfano de hockey, les espeta que no recibirán allí mejores condiciones de las que disfrutan en Calgary.

El acuerdo hoy día parece lejano, solo queda ver si las dos partes liman asperezas para que la NHL siga en la ciudad.