Este año los Detroit Red Wings iniciaban su primera temporada en su nuevo hogar, el Little Caesars Arena (LCA), una instalación vanguardista y que sobrepasa en mucho al legendario Joe Louis Arena. Para nada fuera de lugar el pensar que los llenazos que se veían en el más que espartano "Joe", se seguirían viendo en el LCA, pero a pesar de que oficialmente se agotan las entradas, hemos tenido oportunidad de conocer de sobra el tapizado rojo de los sillones.

Un hecho que no afecta solo a los Wings, los partidos de los Detroit Pistons en la NBA, sufren el mismo fenómeno.

¿Demasiado lujo alrededor de la pista?

Una de las razones que se esgrimen para la contradicción entre las entradas vendidas y el aspecto de las gradas, es que las comodidades e instalaciones del pabellón son tan espectaculares, que mucha gente pasa su estancia en el mismo disfrutando de las mismas mientras visualizan los partidos en los monitores distribuidos por todo el edificio.

Aunque ese parece ser el factor primero al que se ha atribuido el triste paisaje ofrecido hasta ahora, con el paso del tiempo se han ido añadiendo más factores que contribuirían a esta situación.

Relacionado con el factor anterior, está el hecho de que los precios de las entradas y otros servicios del pabellón, como aparcamientos, restaurantes, o puestos de bebidas estarían acordes al despliegue de oropel actual, algo que echaría atrás a un público que sigue pagando en sus carnes la recesión sufrida por la industria automovilística local.

Por otro lado, se habla de los abonos corporativos, asientos vendidos a empresas para agasajar a invitados o utilizarlos en promociones dirigidas a sus clientes, que no estarían siendo utilizados al ciento por ciento por las mismas.

Y como no, la mala temporada pasada que cortó la presencia en play offs durante 25 años más la irregular presente, podrían haber afectado también. Aunque aún así, la temporada pasada los Red Wings acreditaron la tercera media de espectadores más alta de la liga, y es bien conocida la fidelidad y la pasión por su equipo que siente la gente de Michigan por su equipo de hockey, así que este factor solo sería una contribución mínima al fenómeno.

De momento no hay declaraciones desde la franquicia al respecto, pero sin duda alguna, de continuar la situación se tomarán medidas, ya que la imagen de las gradas, forma parte también de la imagen del club, y la vista se va demasiado a las gradas vacías mientras se ven los partidos en televisión.