Que la falta de los jugadores de la NHL iba a dotar al torneo olímpico de una emoción e incertidumbre adicional, era uno de los pros con los que nos podíamos consolar por no ver a la constelación de los mejores jugadores de la Tierra reunidos en una sola competición esta vez. Aún así, nadie podía esperar una salida de guión como la del combinado alemán, que en el último día de los juegos, disputará el oro a unos favoritos atletas olímpicos rusos (OAR).

Unas semifinales que más allá del resultado, han ido a la contra en el desarrollo,  el a priori más interesante e incierto OAR contra República Checa, estuvo dominado por los jugadores rusos de principio a fin, mientras lo que parecía el calentamiento de Canadá frente a Alemania antes del partido por el oro, hizo que más de uno acabara el partido de pie frente al televisor.

OAR 3 - República Checa 0, cocción a fuego lento

Empezaba la jornada de semifinales con el que a priori era el partido más interesante de los dos, ya que enfrentaba a dos equipos pertenecientes a la parte más selecta de la élite del hockey sobre hielo mundial. 

Foto Larry W. Smith/EPA-EFE
Foto Larry W. Smith/EPA-EFE

Sin embargo los jugadores rusos  impusieron un ritmo lento desde el principio que los checos a pesar de sus múltiples intentos fueron incapaces de romper al igual que tampoco pudieron generar tráfico delante de la portería de un Vasily Kosechkin que sin límites a su visibilidad, firmó un cerrojazo a pesar de los 31 tiros recibidos.

Unos atletas de Rusia que han ido de menos a más en el torneo y que quieren refrendar en la final un favoritismo que ya traían desde antes del torneo.

Canadá 3 - Alemania 4, convirtiendo en creíble lo increíble

Pocas personas aparte de Marco Sturm y sus muchachos, podían pensar antes del inicio de la segunda semifinal, que después del partido, el segundo puesto disponible para la final sería para ellos. Analistas y público en general nos poníamos delante del partido dispuestos a ver como el equipo norteamericano acababa con el sueño de los europeos como previa a un duelo por todo lo alto frente a los rusos.

Pero si el deporte es bonito, el hockey sobre hielo en concreto es más, obviamente como en cualquier competición, el talento se impone, pero la capacidad de sacrificio del equipo alemán, la creencia en sus propias posibilidades y el liderazgo de Patrick Hager en ataque y de Danny Aus den Birken en la portería, obraron una nueva hazaña.

Una Alemania que resistió el embate del hockey directo con el que los canadienses iniciaron el partido. Los alemanes a lo suyo, nadando y guardando la ropa salían desde atrás para golpear a los canadienses, logrando un sorprendente 0-3 en un segundo periodo que finalizó con un resultado de 1-4.

En el tercer periodo, los de la hoja de arce sabedores de su superioridad técnica lograron a falta de diez minutos colocarse 3-4, pero Alemania no cedió a la presión y logró mantener el resultado.

OAR contra Alemania, y el recuerdo de 1980

Seguro que no pocos tras el final de la jornada, trajeron a su memoria el "Milagro sobre hielo", en el que unos jóvenes e inexpertos universitarios estadounidenses, lograron batir a la que era sin duda la máquina de hockey más engrasada y afinada de la historia, la Unión Soviética.

Lake Placid 1980 Foto John Lipincott

Los alemanes como contra Suecia en octavos y Canadá en semifinales, parten como víctimas de su rival, y como en este mundo hay refranes para todo, mientras los teutones apostarán por el "no hay dos sin tres", desde el lado ruso se mascullará el "a la tercera va la vencida"

Puede que nos hayamos quedado sin el duelo de dos gigantes del hockey por la medalla de oro olímpica, pero lo que sin duda tendremos en la madrugada del sábado al domingo (05:15 CET), es un partido intenso y quien sabe, puede que presenciemos uno de esos partidos que sobrepasan a la historia.