A la cuarta fue la vencida para John Isner. Después de tres infructuosos intentos en Indian Wells 2012, Cincinnati 2013 y París 2016, el estadounidense ya le podrá contar a sus nietos que ganó un Masters 1000. En la que ha sido la última edición del torneo de Miami en su sede actual, Crandon Park, el de Greensboro se rehizo y remontó al teórico favorito, el alemán Alexander Zverev, número cinco del mundo y cuarto favorito del cuadro, por un marcador de 6-7(4) 6-4 y 6-4 en dos horas y media de intensa batalla. 

44 golpes ganadores de Isner, 18 de ellos saques directos, por 27 errores no forzadosEl encuentro fue un cuerpo a cuerpo constante, sin respiro. El respeto habitual de una final no existió e Isner desató pronto las hostilidades. Al igual que hizo contra Chung y Del Potro, el norteamericano salió a por todas, buscando presionar al máximo desde el primer momento. Fruto de esa presión, Isner gozó de tres 'break points' para colocarse 2-0 y saque, pero no logró aprovechar ninguno de ellos, en especial uno en el que tiró fuera una volea aparentemente sencilla. 

Zverev no se quedó atrás. El alemán comenzó a leer el potente servicio de su rival y también tuvo su opción de adelantarse en el marcador en el quinto juego. Desafortunadamente para él, Isner contrarrestó el problema como mejor sabe hacer, con un saque directo. No había tregua y las oportunidades se sucedían. Con ayuda también de su servicio y de cierta sangre fría, Zverev salvó otros dos puntos de quiebre en el siguiente juego (3-3). Superados estos momentos de dudas, ambos jugadores se concentraron en no dar ya más opciones al resto y tras 51 minutos de plena intensidad, el set se fue al 'tie-break'.

Los nervios marcaron un desempate plagado de errores no forzados. Dos con el revés por parte de Zverev situaron a Isner 4-3 arriba pero al estadounidense también le temblaron los nervios y cedió, no uno, sino sus dos turnos de saque (5-4). Esta vez sí, su rival no desaprovechó el regalo y sentenció por 7-4

Isner saca el orgullo americano

La lógica invitaba a pensar que, con un set abajo, Isner acusaría el esfuerzo de un set tan duro como el primero. Pero contra todo pronóstico, el que se despistó fue Zverev. Con 4-4 en el marcador del segundo parcial, el alemán cometió varios errores y dio una oportunidad de 'break' al estadounidense, que éste supo hacer buena con un derechazo que tocó línea por muy poco y que tuvo que ser revisado por el 'ojo de halcón'. Pero todavía quedaba rematar la faena y, pese a disponer de su servicio, a Isner le costó dios y ayuda cerrar el set. En un momento de máxima tensión y con la adrenalina a tope, Isner se sacó de la manga un 'passing shot' milagroso con su 'drive' para salvar su servicio y a la segunda, terminó cerrando por 6-4

Tres puntos perdió solamente Isner en el tercer set, 83% de efectividadEn toda su carrera, el estadounidense había ganado 73 partidos y perdido otros 172 tras comenzar perdiendo la primera manga, pero hoy iba a ser diferente. El físico de ambos jugadores se encontraba al límite pero Isner fue el que más hizo por ganar el partido. Zverev, por contra, jugó con fuego y finalmente se quemó. Tras no poder aprovechar un 0-40 en el quinto juego, el norteamericano continúo porfiando y se ganó otro 15-40 cuatro juegos más tarde. Ahí, la resistencia y los nervios de Zverev, que llevaba flaqueando durante toda la tercera manga, dijeron basta. Un error con su derecha, de los más de veinte que cometió hoy, le costó el 'break' decisivo y con ello el partido (5-4). El alemán, conocido por su fuerte carácter, no aguantó más y destrozó su raqueta al estamparla contra el suelo. 

Había llegado el momento con el que John Isner había estado soñado desde siempre. A cualquier otro en su lugar le hubiera estallado la cabeza, pero el gigante de Greensboro usó su mejor arma para cerrar en blanco (6-4) y, por supuesto, con un saque directo una final que resultará inolvidable para él. Un premio más que merecido para un jugador que ha vuelto a demostrar que no es sólo servicio, como algunos han querido ver. Un jugador con un enorme carácter y raza que, después de tanto buscarlo, ya tiene su primer Masters 1000. Además, con este título, el número 13 en su carrera, mañana igualará su mejor ránking ATP, el número nueve, que no ostentaba desde abril de 2012

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Sobre el autor
Manuel García
Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.