Milan e Inter se enfrentaban en un nuevo Derby della Madonnina en esta era actual en la que ambos conjuntos tratan de recuperarse de sus repetidas ausencias competitivas en el máximo nivel en Europa e Italia. Esta temporada, bajo dos de los proyectos más importantes -a nivel deportivo y económico- de los últimos años en la ciudad de Milán, ambos se encontraron en la previa de este derby tan especial en puestos europeos; el Inter en acceso a la Champions League mientras el Milan para Europa League, en cuarta y sexta posición respectivamente. La jornada se correspondía a la número 27, siendo uno de los partidos aplazados tras el repentino y trágico fallecimiento del capitán de la Fiorentina, Davide Astori.

El Inter quiso aprovechar su mejor momento

La forma reciente de ambos conjuntos era bastante diferente. El Inter llegaba a este duelo de forma intratable, con tres victorias en los últimos cuatro encuentros habiendo anotado en 10 ocasiones mientras mantenía la puerta a cero en todos ellos. El Milan por su parte llegaba tras una dura derrota en Turín, a pesar de haber mostrado una buena imagen, y siendo mucho menos contundente en sus cifras que su vecino, aunque obteniendo eso sí una buena cantidad de puntos en las últimas jornadas, para permitirle seguir en puestos de Europa League.

Sin embargo ambos tienen la mirada puesta en el retrovisor, pues alejarse de sus inmediatos perseguidores, Lazio en el caso neroazzurro y Sampdoria -entre otros- en el rossonero, es el objetivo principal ahora mismo para ambos. Por ello una victoria en el derby, además de por lo anímico, suponía un balón de oxígeno en las aspiraciones de ambos equipos. Nada de esto parecía pesar en la mente de los jugadores, pues el partido que se vio fue más una cuestión de corazón que de cabeza. El juego fue atropellado, demasiado precipitado y poco organizado. El Inter propuso más, llevó la manija del encuentro a través de la posesión y un imperial Brozovic en un rol más organizativo del habitual, pero fue incapaz de concretar en el área milanista.

Más errores que aciertos

No solo en la fluidez del juego ambos conjuntos se mostraron erráticos, también, y no menos importante, en la finalización. Muchas de las "ocasiones" del partido se trataron de disparos desde lejos, fáciles para los guardametas o en todo caso para los recogepelotas. Los dos conjuntos de la capital de Lombardía se mostraron vulnerables en defensa a lo largo de los noventa minutos, dando pie a algunas ocasiones claras que ninguno de ellos supo aprovechar.

Icardi lamenta una de sus dos ocasiones más claras | Foto: Getty Images
Icardi lamenta una de sus dos ocasiones más claras | Foto: Getty Images

El Milan plantó una línea defensiva bastante adelantada, con la mira puesta como es habitual sobre el máximo artillero rival, Mauro Icardi, que sin duda no tuvo su tarde. El delantero argentino pareció haberse calzado las botas al revés, puesto que disfrutó de ocasiones que el punta de Rosario no acostumbra a fallar. Dos balones rasos y mansos llegados desde la parcela derecha de un hiperactivo Cancelo en ataque, fueron desaprovechadas por el bueno de Mauro con la portería vacía, Donnarumma batido y la mitad de San Siro celebrando mientras la otra mitad se acongojaba. Ninguna acabó dentro y nadie se lo podía creer. Ni siquiera esa última, en el minuto 92, que hubiera dado tres puntos importantísimos para acercarse más que nunca en la era reciente a la Champions League. Es cierto que Icardi sí anotó a lo largo del partido, pero su gol fue anulado por un ajustado fuera de juego que invalidó la jugada.

También dispuso el Milan de sus ocasiones, con un remate en la primera mitad de Bonucci, tratando de reeditar lo que venía de hacer en Turín, aunque se topó con la felina respuesta de Handanovic. Y también tuvo el sabor amargo de un gol anulado. En este caso muy agridulce. Pues el tanto lo había anotado un canterano, Patrick Cutrone, en una especie de semi-chilena, aunque de nuevo el linier se encargó correctamente de anularlo.

Cutrone ante la oportunidad de marcarle al máximo rival | Foto: Getty Images
Cutrone ante la oportunidad de marcarle al máximo rival | Foto: Getty Images

Un reparto de puntos que no satisface a ninguno, ya que no les permite acomodarse en sus objetivos europeos, aunque como mucho se puede decir que vale más para un Inter que está mejor colocado en su disputa, pero con el mal sabor de boca que deja el añadido de haber podido derrotar a tu máximo rival local, sobre todo habiendo contado con opciones importantes para ello.