VAVEL: diarios de diario

“No es este un relato de hazañas impresionantes. Es un trozo de dos vidas tomadas en un momento en que cursaron juntas un determinado trecho, con identidad de aspiraciones y conjunción de ensueños”. Con esto abre Ernesto Guevara las notas que escribió durante el largo viaje que le cambió la vida, que le ayudó a conocer todo aquello por lo que años después lucharía. Junto con Alberto Granado recorrió Latinoamérica, y el recorrido le mostró el rostro más humano del hombre, la realidad de un continente que moría dormido y que debía levantarse para demostrar que no se dejaría vencer. VAVEL ha sido el motor de mis ganas, la isla perdida que encontré sin querer y que me acogió a la deriva de un periodismo deportivo que creía ahogado en el fondo, mientras a flote imperaban la voracidad de directores hambrientos de dólar y el desdén de los que escriben por narrar solo la superficie. Los tiburones no asustan si el mar no está agitado, y nada parece indicar que ninguna inquietud se mueva en el interior de cuatro grandes con hojas mustias. Llegué a la isla hará un año, y fue entonces cuando empecé a comprender el rostro más humano de una realidad perenne, la juventud de un sueño que Javier tuvo para despertar a otros muchos y contagiar su pasión por el cambio. Mi pasión por el cambio.

VAVEL es aquella parte de Latinoamérica que comprendió que tener vendados los ojos no es estar ciego, que la unión hace la fuerza cuando abundan los motivos para permanecer juntos. Es la manera de hacerlo bien (o de poner todo el empeño en que así sea), lo mejor posible para conseguir que el lector se sienta respetado, con el rigor y la profundidad como monedas de cambio del que llama a nuestra puerta para encontrar información de calidad. Puede criticarse esta calidad por no formar parte de nuestra gran familia de redactores un elenco de periodistas de éxito, porque hay quienes no se han licenciado aún y no será cada texto una pieza de museo, pero crecemos. Lo hacemos al mismo tiempo que nuestra ilusión por dar la talla, por estar a la altura de unos vientos que soplan aún en contra.
 
Esto no es una guerra. Sí una revolución. Armados con una vida por delante, con la esperanza del niño que cree que las expectativas serán el resultado sin importar lo que conlleve, conocedores de una bicefalia dañina y acostumbrada al éxito mediante humo. “Deja que el mundo te cambie y podrás cambiar el mundo”, dijo también Guevara. Algo ha cambiado el mío, alimentando un idealismo fundamentado por las ganas de conocer mejores días en el panorama informativo. Las opiniones se convierten en intenciones y los pensamientos en actos cuando vives y conoces por tu propia mano. Cuando ves qué ocurre es cuando te quitas la venda, cuando palpas la situación del periodismo es cuando quieres ver la reacción escrita. Cuando veas que lo damos todo, que cada pequeño paso que nos hace avanzar nos sabe a gloria, que hacemos del trabajo duro el hábito de un equipo, entonces pensarás en VAVEL. 
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