Diego Torres: "A veces he sido excesivamente crítico con Mourinho"

Tranquilo, pausado, bebe su té mientras ojea una revista en la cafetería de la redacción de El País en Miguel Yuste, Madrid. Diego Torres (Argentina, 1972) llegó a España con 18 años para estudiar Derecho y conocer mundo. "Quería saber cómo se vivía aquí; mi madre era española y yo tenía pasaporte". Día tras día, desde hace más de una década, sus informaciones nos desvelan los entresijos del vestuario del Real Madrid. 

PREGUNTA: ¿Cuál ha sido su trayectoria periodística desde que acabó la carrera?
 
RESPUESTA: Fundamentalmente en El País. Estudié Derecho en la Universidad Complutense, y como me gustaba la idea del periodismo, decidí hacer el Máster de El País. Segurola me llevó a la sección de deportes, empecé a hacer prácticas allí y me quedé como becario. Y hasta hoy. No conozco el periodismo desde otro punto de vista. He hecho radio, he trabajado en la BBC como corresponsal del servicio de Ámerica Latina, pero siempre información deportiva. Rara vez me he salido del guión.
 
P: El periodismo actual, por desgracia, está sumergido en una crisis profunda, ¿cuál cree usted que es su posible futuro?
 
R: El futuro me parece similar al pasado. Lo veo adaptado a una realidad tecnológica distinta, nueva, pero las reglas del periodismo no van a cambiar.
 
P: ¿No piensa que van a desaparecer los periódicos diarios y que van a quedar reducidos a publicaciones puntuales cada semana o fin de semana?
 
R: Primero en internet lo que encontrábamos era un exceso de información, pero ahora se ve mucha información mezclada con propaganda. Cada vez hay más información, pero información más mala, desvirtuada por intereses de todo tipo. Es más fácil desvirtuar la información con el fenómeno de internet. Hay muchas fuentes, pero no son fuentes fiables. La buena información es cada día más extraña. En este ámbito de crisis, en que están desapareciendo periódicos, creo que vamos a llegar a un punto en que la buena información se va a pagar muy bien, pues va a ser rara. A partir de ahí se podrán hacer negocios relacionados con el periodismo, que será un bien escaso. Falta poco para que se empiecen a cobrar por los contenidos. 
 
P: Tema de máxima actualidad es el ERE que se ha producido en el diario en que usted trabaja, ¿qué opina que un periódico como El País, con esa importancia y dimensión, haya ejecutado un ERE?
 
"Los periódicos no pueden sobrevivir con la dimensión que tenían antes" R: Soy parte afectada, por lo que mi opinión tiene un valor relativo. Creo que los periódicos no pueden sobrevivir con la dimensión que tenían antes, o al menos éste. Se exigía una transformación, un recorte. Es un fenómeno que ocurre en todas las empresas periodísticas. Están condicionadas por una realidad económica que las supera. PRISA no está en su mejor momento, económicamente hablando. Se hace inevitable hacer algún tipo de ajuste. 
 
P: ¿Cómo está el ambiente en la redacción?
 
R: El ambiente es muy triste, muy deprimente. El País es un periódico que nunca despidió a nadie, que ha protegido mucho a los redactores. Cuando un periodista tenía un problema personal el periódico muchas veces se ha hecho cargo de los gastos de los empleados. Yo no recordaba que El País echase a nadie. De pronto ver a compañeros, que han hecho muchos méritos para estar aquí, hacer el petate y recoger sus cosas para marcharse es un mensaje tremendo para el resto de la redacción.
 
 
P: Ciñéndonos a su tarea diaria, ¿cómo llegó a hacerse cargo, casi de forma exclusiva, de la información del Real Madrid?

R: Cuando llegué al periódico, en 1997, empecé a trabajar en el Real Madrid en el verano haciendo la información que hacen todos los becarios. A nosotros nos asignaban las tareas que no podían hacer los redactores, ya que estaban de vacaciones. Como Mábel Galaz, que era la reportera que hacía el Madrid, estaba de vacaciones me dediqué a hacer la información del equipo durante la pretemporada. Cuando Mábel volvió, alterné un poco al Atlético con el Madrid y otros clubes. Buscaba cubrir esa parte de la actualidad que no estaba cubierta por ningún compañero. Miraba el calendario, y cuando alguien cogía unas vacaciones yo me apuntaba a trabajar. Procuraba moverme contra la jugada. El Madrid es un club donde siempre pasan cosas.

P: ¿Le gusta dedicarse a ello o preferiría hacer alguna cosa relacionada con otro deporte? A veces ha hecho natación, atletismo...
 
"El Real Madrid es el club menos rutinario del mundo" R: No estoy cansado; me entretiene el trabajo. Siempre me ha parecido atractivo, aunque a veces es rutinario. En el fondo, cualquier trabajo te va a parecer rutinario en algún momento, pero tengo que decir que el Real Madrid es el club menos rutinario del mundo, donde suceden las cosas más extrañas e inesperadas. 
 
P: ¿Cuál le parece la situación general del Real Madrid desde el punto de vista institucional y deportivo?
 
R: Institucionalmente me parece un club que atraviesa un periodo de búsqueda de una identidad nueva, puesto que ha cambiado el orden de poder que tradicionalmente lo ha gobernado. Florentino Pérez ha decidido dar un paso al costado y dejar que al club lo gestionen directamente dos técnicos: uno que se ocupa del aspecto económico, José Ángel Sánchez, y otro que se ocupa del aspecto deportivo, que es José Mourinho. Esto nunca había ocurrido de forma tan radical en el club 
 
Desde el punto de vista deportivo, el Madrid vive la paradoja de tener posiblemente la mejor plantilla de su historia, pero, sin embargo, los resultados no son los mejores de su historia. Esto se da por una serie de circunstancias. En primer lugar, por la competencia con el Barcelona, que es la más feroz que ha tenido nunca el Real Madrid en 110 años de existencia. Por otro lado, los problemas de gestión del club, que también hacen que deportivamente le cueste encontrar una continuidad en el proyecto. Al haber tantos accidentes, cambios y esa desconexión con la bases que forman la cantera, ha hecho que sea un equipo irregular sobre el campo. 
 
P: Muchas de sus informaciones, artículos y reportajes están trufados de confidencias del personal del Real Madrid y de jugadores de la primera plantilla, ¿no le supone un problema ético utilizar informaciones de gente que traiciona los códigos del vestuario y a sus propios compañeros?
 
"En las condiciones actuales del Real Madrid, contar lo que ocurre dentro del club es especialmente delicado" R: No. Nunca he tenido dudas cuando me he planteado esa pregunta; la he resuelto de forma rápida. La información es lo más valioso que tenemos para ofrecer a la gente. A mí no me paga ni el Real Madrid ni ninguna institución vinculada con el fútbol, me paga un periódico que me obliga con los lectores, y creo a los lectores les puedo servir si les cuento la verdad. En las condiciones actuales del Real Madrid, contar lo que ocurre dentro del club suele ser especialmente delicado porque el club nunca estuvo tan cerrado como ahora y nunca empleó los métodos totalitarios de control de la información que emplea de un tiempo a esta parte. Yo no voy a señalar ni a darte un ejemplo concreto, pero si tú estudias los casos de estados totalitarios a lo largo de la Historia, la libertad de expresión y de prensa siempre estuvo muy amenazada, y los periodistas, bajo esas condiciones, no tienen por qué respetar ningún código interno. No hay código que esté por encima del derecho a la información y a la libertad de expresión. 
 
P: ¿No cree que utilizando esos informantes a la larga se puede producir mal ambiente en el vestuario entre compañeros?
 
R: Sí, es posible que se produzca mal ambiente. De todas maneras, los periodistas solemos generar mal ambiente en las instituciones poderosas. Cuanto más poderosa es una institución o un grupo, más incómodo le resulta que un periodista cuente lo que pasa. Tenemos que estar acostumbrados a vivir con ello. O si no, trabajar en un gabinete de prensa: también podemos hacer propaganda. Si nos sentimos incómodos haciendo periodismo independiente, lo que podemos hacer es trabajar en un gabinete de un club alimentando la fantasía de los aficionados, que siempre es un placer. También los periodistas alimentamos la fantasía de los hinchas contando nuestras historias, lo que pasa es que no siempre podemos hacerlo, a veces debemos contar cosas desagradables. En cualquier caso, eso es elección profesional de cada uno. 
 
P: ¿No se plantea que esos informantes pueden estar utilizándole para beneficio propio?
 
R: Seguro. Todas las personas que te dan información van a utilizarte para beneficio propio. El que sale a una rueda de prensa para hablar, va a intentar utilizarte para beneficio propio; la persona del club que te coge el teléfono, va a intentar utilizarte para beneficio propio; el Presidente que ofrece un discurso en una asamblea, va a intentar utilizar la información que da para beneficio propio. El periodista debe ser consciente de ello y tomar distancia, tomar distancia en el sentido de no da por cierto lo que se dice, simplemente contar que se está diciendo una cosa, es decir, intentar contrastar la información que se tiene. Hay que hacer un esfuerzo razonable por contrastarlo, tampoco somos científicos, no tenemos diez años para publicar un artículo: muchas veces tenemos una tarde. Debemos publicar lo que, razonablemente, es verosímil y hemos podido contrastar.
 
P: A colación de esto, hace poco publicó un artículo sobre una reunión entre Mourinho, José Ángel Sánchez y el padre de Higuaín. ¿No es difícil en ese caso contrastar la información? Sólo había tres personas en esa reunión...
 
R: En ese caso hay que tener cuidado. Yo incluso puedo ser un censor de mí mismo. No sé si en este caso he puesto “según versiones del entorno del jugador”, pero es lo que debería haber hecho...
 
P: No, creo recordar que escribió “según uno de los presentes”...
 
"La realidad no la conocemos con certeza, debemos interpretarla continuamente" R: Bueno, es todo lo que puedo hacer por los lectores, que cada uno después interprete lo que quiera. No puedo poner un pie de página diciendo que todo lo que me cuentan está sujeto a debate. Cada uno debe interpretarlo libremente. Yo sólo digo que una persona que asistió a esa reunión me ha contado esto, y el contenido de esa reunión en concreto me la confirman por dos vías. La versión que yo tengo hay más de una persona que la maneja. A veces no podemos hacer más. Si en el club no nos desmienten esa información,  o la versión que nos da el club nos hace pensar que esa información es veraz, hay que darle crédito. Evidentemente, la versión del club o de otra persona nunca se va a ajustar cien por cien a la realidad. La realidad no la conocemos ni tú ni yo, debemos interpretarla continuamente. 
 
P: ¿Se guarda información?
 
R: Muchas veces, sí. Muchas veces te piden que no cuentas las cosas y otras te piden que cuentes situaciones desagradables, o que añaden un detalle morboso que no es necesario contar o que te lo impide el libro de estilo. 
 
P: ¿Cuál puede ser un ejemplo? En una información de fútbol es muy difícil contar algo que moleste a los lectores, ¿no? Se me viene a la cabeza el famoso artículo del Red Bull... 
 
R: No, eso no. Muchas veces los entrenadores tiran cosas contra las paredes. Quizás lo más llamativo fue que Mourinho se puso a llorar. Es muy teatral, muy actor. 
 
Hay cosas desagradables en natación, las cuales no voy a contar, que no tiene sentido escribirlas porque no aporta nada, a no ser que apoye una historia y sea útil para el lector. Este periódico es muy riguroso para eso, muy conservador. Hay que tener cuidado en cómo se cuentan las cosas.
 
P: Antes de publicar los artículos, ¿se los mira alguien para corregirle?
 
"Todas las personas que te dan información van a utilizarte para beneficio propio" R: Sí, a veces mi jefe me dice “oye, te estás pasando, coño”, “quita esto” o “suaviza lo otro”. Sámano, normalmente, me echa una mano: es la función del editor. Cuando te sientas a escribir, lo haces con el corazón, y si no tienes tiempo y estás agobiado porque tienes que cerrar en una hora, a veces no te das cuenta de lo que estás escribiendo, no eres consciente totalmente de la trascendencia de las palabras. La palabras escritas tienen un peso muy fuerte, y por eso conviene leerlo con más pausa y editarlo cuando hablas de un tema delicado. Incluso conviene editarse a uno mismo, aunque a veces resulta difícil. 
 
P: ¿Qué opinión tiene, en general, de Mourinho?
 
R: Buen entrenador.
 
P: ¿Bueno o muy bueno?
 
R: Tengo dudas de si es un muy buen entrenador.
 
P: ¿Cuáles son esas dudas?
 
R: Yo dudo que un buen entrenador necesite ser cruel con los jugadores, los intimide de forma tan grosera y se rodee de futbolistas representados por el mismo agente. Creo que eso desvirtúa mucho la autoridad de un entrenador. Debe ser un ejemplo moral, un líder moral...
 
P: A lo mejor es más fácil para él ser un líder moral sobre jugadores cuyo representante es el mismo 
 
R: Supongo que cuantos más vínculos hay entre un entrenador y un jugador es más fácil dirigirlo...Y si no lo orientas tú, tu agente le come la cabeza. No estoy seguro de si es más fácil, pero sí que altera el equilibrio que debe haber en un vestuario, altera la noción de justicia que hay en un vestuario. En un vestuario sano, el entrenador debe poner a los que cree que tienen que jugar por motivos deportivos, y no por otros motivos, por motivos empresariales. En este caso siempre cabe la duda de si Mourinho toma  determinadas decisiones no sólo por motivos deportivos, y es una duda que se traslada y se impregna a todo. 
 
P: Tal vez se refiera, por ejemplo, al caso Coentrao-Marcelo, que es quizás lo que más llame la atención a muchos aficionados
 
"Mourinho tiene muchas cualidades, pero a medida que lo he ido conociendo he ido teniendo más dudas" R: Esas decisiones crean mal ambiente y acaban afectando al propio Coentrao, que juega muy nervioso, muy presionado. Te pasaría a ti, si te obligan a cargarte a un compañero sabiendo que es mejor que tú, que tiene más experiencia que tú, y que te ponen por intereses puros. Eso te llenaría de presión, no te sentirías seguro. 
 
P: Hay opiniones suyas, de hace aproximadamente tres años, en las que ensalzaba a Mourinho como un grandísimo entrenador. Me refiero a la previa de la final de la Champions Inter-Bayern, en la que describía a su equipo como ágil, veloz, capaz de improvisar, y todo eso situando a Mourinho como el culpable, ¿qué le ha hecho cambiar tanto de idea?
 
R: ¿Dije grandísimo?
 
P: No, no, pero por lo que escribía daba la sensación de que pensaba eso...
 
R: Mourinho tiene muchas cualidades, pero a medida que lo he ido conociendo he ido teniendo más dudas. Hace buen trabajo de campo, sus entrenamientos son bastante buenos, y luego maneja la parte política del fútbol muy bien. Maneja muy bien el poder, sabe convencer a los equipos de hacer lo que él quiere, es un buen psicólogo... Tiene muchas cualidades. Y sabe imponerse a los presidentes: hay entrenadores que tienen miedo a los presidentes, pero él no, y eso es un valor. 
 
 
P: ¿Piensa que la figura de un entrenador en un club es más decisiva que la de un presidente?
 
R: Depende de cómo esté organizado el club. En el Sevilla, donde el Presidente interviene mucho, es más decisivo el presidente. Bernabéu era más decisivo que sus entrenadores. Y Mourinho, en el Madrid, es más decisivo que Florentino. 
 
P: ¿Cómo valora, deportivamente, la trayectoria de Mourinho en el Madrid hasta ahora?
 
R: Ha tenido buenos resultados, pero no creo que le haya sacado todo el partido que podía sacarle a este equipo. En las dos semifinales de Champions, frente al Bayern y el Barça, comete errores gravísimos. Frente al Barcelona, en el Bernabéu, cambió radicalmente su idea, deformó a su equipo, lo mutiló. Igual que frente al Bayern en Munich, que tras el gol de Ozil reforzó su centro del campo. En la vuelta, en el Bernabéu, el Madrid había marcado dos goles y estaba lanzado, pero decidió echar al equipo atrás. Para mí, se carga él la eliminatoria. Él quiere que se note su mano. 
 
P: En ocasiones, leyendo informaciones suyas o crónicas da la sensación de que cualquier mínimo detalle es suficiente para criticar a Mourinho, y otras veces, cuando lo hace bien, quizás no se le pondere lo suficiente...
 
"Me cuesta encontrarle virtudes a Mourinho, dado el equipo que tiene" R: Sí, es probable que sea muy crítico, excesivamente crítico, pero es algo que me viene de fábrica. No es porque le tenga manía ni nada: también he sido crítico con Del Bosque. De todas formas, a veces prefiero pecar por exceso que no por defecto. Si tengo dudas, prefiero ser crítico. Es mi trabajo, y el trabajo de un periodista es ser crítico, y más con Mourinho, que tiene muchos vehículos que lo engrandecen. Lo que no puedo asumir es convertirme en un pelota de Mou, porque además no lo necesita. Pero sí, es probable que a veces haya sido excesivamente crítico con él y no haya sabido ver su parte buena, su virtud. También es verdad que me cuesta encontrarle las virtudes, dado el equipo que tiene. 
 
"Khedira tiene una relación bastante fría con Mourinho"
 
P: Entonces otros entrenadores, como por ejemplo Guardiola o Del Bosque, que tienen o han tenido grandes equipos, es difícil encontrarles también virtudes, ¿no?
 
R: A Guardiola le han encontrado muchas virtudes, quizás más de las que merecía. De todas formas, el funcionamiento del Barça sí me parece relevante, pero el del Madrid, el comportamiento colectivo del equipo, nunca ha sido tan completo como el del Barcelona. 
 
P: ¿Cuándo habla de la distancia marcial que hay entre los jugadores y Mourinho, se refiere sólo a los españoles o al resto del equipo?
 
R: Me refiero a la mayoría de los jugadores. Puedes incluir ahí a Higuaín, a Ozil, a Kaká, en menos medida a Marcelo, a Benzema, e incluso a Khedira, quien tiene una relación bastante fría con Mourinho. Aunque muchos lo defiendan en público, de puertas para dentro es otra historia. 
 
Con mucha prisa, casi sin tiempo para despedirse, Diego se levanta de la silla y abandona la cafetería. En menos de una hora es el cierre y debe escribir la previa del Real Madrid-Athletic de Bilbao. Pero no una previa al uso, sino otro tipo de información: información en la que el lector descubra algo novedoso; algo que consigue desde 1996, cuando con apenas 24 años aterrizó en la redacción de El País. 
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